¿Cómo funciona la percepción en las mujeres?
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Los órganos sensoriales o perceptores sirven como puertas de acceso por medio de las cuales todos los acontecimientos del entorno entran en la mujer para que por medio de las correlaciones establecidas entre las sensaciones recibidas pueda crear una percepción del mundo que habita.
Cada mujer tiene una manera diferente de percibir e interactuar con el mundo que habita. Pero todo este proceso de creación de significados con relación a las vivencias y sensaciones, trascienden la capa superficial de los sentidos y nos lleva a un viaje por nuestro cerebro; que por medio de relaciones de significación permeadas por la cultura ha condicionado nuestra evolución neurológica y ha creada huellas que determinan el modo de recepción frente a los sucesos del mundo.
La mujer se desarrolla conforme se van desarrollando las habilidades de sus sentidos y su forma de relacionarse con el mundo es inherente a la utilización que cada una haga de los diferentes sentidos. Así, mujeres que tienen daños cerebrales en zonas donde se almacena y transfiere la información de alguno de los perceptores, ven alterada inevitablemente la relación que se tiene frente a la interpretación de algunos fenómenos del mundo.
La atrofia en uno de los sentidos, hace que otro tenga un mayor desarrollo, de este modo el cerebro busca compensar las áreas dañadas y suplir la necesidad de uno de los perceptores, mediante la utilización más detallada de otro.
La vista, el gusto, el tacto, el oído y el olfato son los que nos permiten recibir los estímulos del exterior. De este modo para que el cerebro acceda a una decodificación de los signos, actuarán los perceptores para aprehender parcelas del mundo y por medio de está el cerebro decodificará los diferentes signos asociados a estos estímulos inyectados a los sujetos por la cultura, a través de la relación sensorial con que el sujeto desde su infancia ha ido descifrando el mundo.
Los estímulos recibidos por los sentidos, configuran además los recuerdos, el desarrollo de los instintos y otras interacciones de reacción que tiene origen en el cerebro para condicionar la conducta de la mujer, y es el punto donde la percepción se transforma en interpretación, donde se trasciende el punto de la sensación y el ser humano se adhiere a una experiencia por medio de la significación.
Todo proceso de significación está ligado al funcionamiento social, a la relación que tiene la mujer con el colectivo al que pertenece. De este modo ciertos sabores, imágenes, aromas, texturas y sonidos serán percibidos de modos distintos de acuerdo a la cultura que tenga la receptora; de este modo ciertas manifestaciones como la gastronomía, determinante para una población tendrán connotaciones diferentes como el consumo de ciertos animales en distintas culturas y las diferentes reacciones sensoriales que genera.
De este modo la mujer se relaciona con el mundo a través de los sentidos, y el mundo con esta por medio de la cultura, ambos crean mecanismos que en el cerebro generan diferentes redes neuronales de percepción iniciando así en el cerebro el nacimiento de un microuniverso configurado a partir de la mujer y su relación con lo que percibe.
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