Hace ya algún tiempo intenté tomarlo pero pudo conmigo (y eso que me gusta casi todo). Era tal su acidez, que me llevaba a confunsión, para mí era un sabor tan desagradable que parecía que estuviera caducado. En las dos ocasiones que lo intenté, lo terminé tirando a la basura...
Hace unas semanas estuve con mi amiga Claudia y me comentó que una amiga le había regalado hongos para elaborar kéfir. Me llamó mucho la atención y le pedí que me explicara cómo lo preparaba.
Así que saqué mi "mini libreta" del bolso y empecé a tomar apuntes como si fuera lo más importante del mundo mundial jajaja (de mientras nuestros chicos conversaban plácidamente de sus cosas en el sofá).
Te explico paso a paso cómo empecé a elaborar el kéfir (según recomendaciones de Claudia) y cómo lo preparo en la actualidad. Te aconsejo que leas detalladamente todo el post porque es importante que no pierdas detalle para mantener los hongos siempre saludables.
Tanto los nódulos como el resultado final: leche o yogur, se denomina Kéfir o búlgaros.
El kéfir es originario de las montañas del Caúcaso. Es un probiótico natural con multitud de propiedades beneficiosas para nuestro organismo.
Tiene una combinación de levaduras y bacterias probióticas en un núcleo de azúcares, proteínas y lípidos.
Estos hongos de aspecto son muy parecidos a la coliflor, pero con una textura más gelatinosa y blanda, y están envueltos en un núcleo polisacárido que se denomina kefirán (es un hidrato de carbono), de ahí su nombre "kéfir". También dicen que la palabra kéfir es originaria de la palabra turca keyit, que significa "sentirse bien después de comer" también significa "bendición".
Hay tres tipos de kéfir; de agua, de leche y de té. Los tres tienen la misma flora intestinal.
El kéfir de leche es el más popular, seguramente porque es el que más se semeja al yogur.
El kéfir de agua, facilita su consumo a los alérgicos a la leche conservando las mismas propiedades que el kéfir de leche.
Cuando añadimos los hongos de kéfir a la leche, los microorganismos actúan fermentando la lactosa (el azúcar de la leche).
El kéfir de leche en la fermentación produce una pequeña cantidad de CO2 y alcohol.
El probiótico más conocido es el yogur, sin embargo, el kéfir contiene más probióticos. Cerca de 30 microorganismos diferentes.
Por cada 175 ml. de kéfir obtenido de leche conseguirás:
Fósforo: 20% de la cantidad diaria recomendada
Vitamina B2: 19% de la cantidad diaria recomendadacantidad diaria recomendada
Vitamina B12: 14 % de la cantidad diaria recomendada
Magnesio: 5 % de la cantidad diaria recomendada
Hidratos de Carbono: 7,8 gr.
Calorías: 100
Vitamina D, Vitamina K2
Calcio: 20 % de la cantidad recomendada de la cantidad diaria recomendada
Compuestos bioactivos: Ácidos péptidos y orgánicos
Proteínas: 6 gr.
Grasas: de 3 a 6 gramos, según el tipo de leche (semi desnatada, entera, cabra, vaca...)
Existen numerosos estudios probados entorno a las propiedades del kéfir en cuadros de gastroenteritis, procesos inflamatorios gastrointestinales y diarreas, realizados por el equipo del Dr. J.M. Schneedorf publicado en Inflammofharmacology (año 2005), donde aseguran que tras consumir kéfir, la inflamación se redujo un 44% gracias a sus propiedades probióticas.
Numerosos estudios demuestran que tomar kéfir ayuda a equilibrar y regenerar la flora intestinal.
Ayuda a facilitar las digestiones lentas.
Elimina toxinas.
Ayuda a reducir problemas dermatológicos.
Antioxidante.
Digestivo, depurativo intestinal de antibióticos, de químicos y de bebidas alcohólicas, además de diurético.
Regula el estreñimiento.
Enfermedades respiratorias: Algunos médicos rusos curaron la tuberculosis
Si lo dejas fermentar 12 HORAS tendrá un efecto laxante.
Si supera las 24 HORAS de fermentación puede producir estreñimiento.
Mejora la salud ósea cuando lo elaboramos con leche, porque es rico en calcio y vitamina K, nutrientes imprescindibles para cuidar nuestros huesos y retrasar el desarrollo de la osteoporosis. Hay estudios hechos en animales que indican que la ingesta de kéfir aumenta la absorción de calcio de las células de los huesos, esto facilita la densidad ósea y puede ayudar a evitar fracturas óseas.
Ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en sangre.
El kéfir tiene un probiótico único, el Lactobacillus kefiri, capaz de impedir el crecimiento de bacterias dañinas como Helicobacter pylori, salmonela y Escherichia coli.
Estudios en animales, demuestran que mejora síntomas de alergias y asma.
Diferentes estudios realizados en tubos de ensayo en animales, indican que puede parar el crecimiento de células cancerígenas. De momento no se ha estudiado en humanos para garantizar si esta información es realmente eficaz. En el estudio realizado en animales, se redujo un 56% el número de células cancerosas de mamas, el extracto de yogur lo redujo un 14%.
Conseguirás una mascarilla facial si mezclas kéfir con patata o pepino.
Dicen que su sabor tan característico envía señales nerviosas al cerebro a través de los nervios gustativos.
-Si presentas alguno de estos cuadros, consulta a tu médico antes de consumir kéfir-
Si tu alimentación es variada, rica en fibra, tu salud es sana, y no has tenido problemas intestinales o digestivos, seguramente que no tendrás ningún problema cuando ingieras kéfir, pero es mejor que conozcas sus contraindicaciones.
Las personas con estómagos sensibles pueden presentar síntomas de malestar abdominal, hinchazón abdominal o diarrea. Si te ocurriera, con dejarlo de tomar sería necesario. Como hacemos habitualmente con alimentos que no nos sientan bien.
"Si tomas alguna medicación, mejor que lo consultes con tu médico antes de tomar kéfir.
Hay fármacos que disminuyen la acción del sistema inmunológico, se suelen prescribir en trasplantes, o tratamientos de enfermedades autoinmunes como lupus, artritis reumatoide, SIDA..." Al contener levaduras y materias vivas, el sistema inmunitario controla las bacterias y levaduras que ayudan a prevenir infecciones. Si consumes kéfir y tomas algún fármaco que disminuye la acción del sistema inmunológico, esto podría provocar la alteración del sistema inmune y con ello la posibilidad de contraer infecciones. (consultar a su médico)
Las personas que tomen anticuagulantes (consultar a su médico)
Personas que presentan sensibilidad a las levaduras. (consultar a su médico)
Intolerancia a la caseína. (consultar a su médico)
Alergia a los lácteos. (consultar a su médico)
Personas que sufren o sufrieron candidiasis. (consultar a su médico)
Flatulencia. (consultar a su médico)
Estreñimiento. (consultar a su médico)
Cólicas.(consultar a su médico)
Consulta previamente con un pediatra si quieres que lo consuman tus hijos.
Contiene alcohol en dosis terapéuticas, la cantidad no supone adicción ni ningún riesgo de embriaguez.(consultar a su médico)
Durante los primeros días de consumir kéfir, el intestino se adaptará a la presencia de probióticos y sus nutrientes. Reduciendo bacterias malas en su interior. Puede ser que hasta que se "acomode" a estos probióticos, puedas sentir algunas incomodidades los primeros días. Si pasados unos días continuaran las molestias, deja de tomarlo.
Si consumes ciertos fármacos puede que se vea afectado la absorción de algunos fármacos: (consultar a su médico)
Si nunca has tomado kéfir, te recomiendo que empieces tomando poca cantidad al inicio, hasta que te familiarices con su sabor ácido.
A mí me ha costado, pero ahora lo tomo como si de un yogur se tratara y no le añado ningún ingrediente para edulcorarlo.
Si no consumes más de un vasito diario (125 ml), comprobarás que con el paso de los días comenzarán a crecer..., será el momento de empezar a regalar "hongos kéfir" a tus amigos, familiares y conocidos. Dicen que cuando los compartes, regalas "la suerte". ¡MI CONSEJO ES QUE NO LOS COMPRES POR INTERNET!, nunca sabes qué te pueden vender. Existen webs que distribuyen hongos de kéfir de manera gratuita. Si tienes prisa en adquirirlos, los puedes encontrar en herboristerías.
Lo primero a tener en cuenta: ¡MUY IMPORTANTE!
No es una ciencia exacta. Con el paso del tiempo quién decide es tu paladar. No es como una receta de cocina pesada en gramos y con tiempos de cocción exactos...
Claudia cuela su kéfir pasadas 12 HORAS y seguidamente pone los hongos en el mismo recipiente cubriendo 3/4 partes con agua. Los deja reposar otras 12 HORAS ¡FUERA DE LA NEVERA!. Así sucesivamente.
Durante 10 días así lo hice y a continuación te lo explico, pero actualmente ya no los dejo en agua. Sólo cuando tengo exceso de kéfir en la nevera y no quiero hacer más durante días.
A continuación te explico qué hice con los hongos que Claudia me regaló:
Al llegar a casa, los hongos que Claudia me regaló, los colé desechando el agua. Seguidamente los pesé (60 gr.), y repartí en dos tarros; uno para mí y otro para Jordi (este paso es opcional), lo suyo es ponerlos en un bol y no en dos.
Si quisieras repartirlos en dos tarros, no será necesario pesarlos, lo puedes hacer "a ojo".
Cubrí con leche 3/4 partes del recipiente y cerré herméticamente.
Si vieras que te queda un sabor muy ácido, no tapes herméticamente el bol, déjalo entreabierto tapado con un papel de cocina o una gasa (más adelante te lo explico con imágenes).
Con la leche que añadí dejé reposar un mínimo de 12 HORAS FUERA DE LA NEVERA.
A la mañana siguiente, elegí un vaso grande y coloqué el colador sobre él. Volqué la mezcla que dejé reposar un mínimo de 12 HORAS y con ayuda de una cuchara de plástico colé todo el kéfir ¡SIN CHAFAR LOS HONGOS!. Trata los hongos con cariño cuando cueles el kéfir. No los chafes con la cuchara.
¡OJO QUE NO CAIGAN HONGOS EN EL KÉFIR YA COLADO, aunque si cae alguno tampoco ocurrirá nada.
Una vez colado el kéfir, lo cubrí con film transparente e introduje en el refrigerador hasta su consumo. Lo dejé reposar en la nevera unas 12 HORAS.
Tal como me indicó Claudia, una vez colado el kéfir, echaba los hongos nuevamente al recipiente y cubría 3/4 partes con agua.
Cerraba el recipiente y dejaba reposar 12 HORAS ¡FUERA DE LA NEVERA!.
Con el paso de los días fui observando cómo crecían los hongos y adquirían una consistencia un poco más espesa, textura yogur cremoso.
Al tener más hongos adquirieron una textura como "cortada", que desaparecía cuando lo mezclaba con una cuchara y colaba para conseguir mi kéfir.
Cuando pasaron aproximadamente 10 días y vi como mi cantidad de hongos inicial había crecido considerablemente, uno de los bols iniciales lo dejé en la nevera con agua para regalar a una amiga. Lo tuve una semana pero podía haberlo dejado 15 días (como máximo) sin problema.y continué haciendo mi kéfir...
Con unos 60 gr. de hongos (4 cucharadas) (recuerda que el otro tarro lo tenía reservado en la nevera para regalar a una amiga) aumenté la cantidad de leche (2 vasos grandes, 500 ml.) y los pasé a un tarro de vidrio porque leí que es más aconsejable utilizar vidrio y no plástico.
También modifiqué la manera de taparlos. A partir de ese momento, empecé a cubrirlos con una gasa o papel de cocina y dejarlos con la tapa entreabierta, no cerrada. De esta manera he conseguido encontrar "el punto" perfecto de mi kéfir. Con la acidez justa y la cremosidad de un yogur batido.
He leído que por cada 60 gr. se pone un litro de leche. En este caso Claudia no sigue esta regla (yo tampoco).
Calcula que ella, por cada 120 gr. (unas ocho cucharadas de hongos) lo cubría con un vaso grande (unos 250 ml.) de líquido.
También dependerá de los hongos que dispongas y de la temperatura ambiente. A más cantidad, más leche. A más temperatura más rápido fermentará.
Yo actualmente para 4 cucharadas de hongos (unos 60 gr.) añado 2 vasos grandes de leche fresca. Es ir probando hasta conseguir el sabor deseado.
Por supuesto que esto va a gustos. A lo mejor tú lo prefieres con una textura más líquida (12 horas de fermentación), o más espesa (entonces deberás dejarlo fermentar más de 24 horas con un máximo de 36 horas).
Si te gusta muy ácido, deberás cerrarlo herméticamente. Si como a mí te gusta menos ácido, deberás dejarlo con la tapa entreabierta.
Después de colar el kéfir, no lo dejo en agua como hacía al inicio. Ahora únicamente lo hago con leche.
Lo dejo fermentar de 12 a 24 horas y reposar otras 12 horas en el refrigerador. Seguidamente añado más leche y repito los pasos.Entiendo que al principio puede parecer un poco "complicado" pero cuando le coges el truco, se hace en un plis-plas.
Al consumir sólo un vasito diario (125 ml), si tengo mucho kéfir en el refrigerador y un día, o durante algún tiempo no quiero hacer más, pongo los hongos en agua fuera de la nevera COMO MÁXIMO 3 DÍAS (lo cubro con agua 3/4 partes del recipiente). Hay personas que los dejan en leche, yo no lo hago. SIEMPRE QUE REPOSAN LOS DEJO EN AGUA.
Si supera los 3 días y quiero seguir sin hacer kéfir, los paso al refrigerador donde los podré dejar un MÁXIMO DE 12 DÍAS MÁS.
Pasado este tiempo los podría congelar, de momento no lo he precisado.
Si no te gusta su sabor porque lo encuentras demasiado ácido, le puedes añadir azúcar, mermelada, miel, fruta. También puedes preparar smothies, batidos, quesos de untar...
Particularmente me he acostumbrado al sabor ácido y lo tomo tal cual.
Conforme pasan los días la fermentación continuará actuando, por eso aumentará en acidez. Tenlo en cuenta. Es normal si lo encuentras excesivamente ácido.
Si los hongos desprenden un olor muy fuerte o desagradable, lávalos con agua y cuídalos con mimo.
La temperatura ambiente aconsejable: entre 20ª y 35º-
Preferiblemente en un lugar oscuro. Lo puedes tapar con un paño de cocina o dejarlo dentro de un armario.
"INFORMACIÓN RECABADA EN INTERNET. NO CONTRASTADA CON NINGÚN EQUIPO MÉDICO".
FUENTES: Adaptado a:
PUNTO VERDE, NUTRICIÓN SIN MÁS, ABC, NIH, MYPROTEIN, OK DIARIO, ELLAS HABLAN, REIKIACTIVO
NCBI_1, SEDICI, NCBI, NCBI_2, SCIELO, NCBI_3, NCBI_4, EMERALD INSIGHT NCBI_5