Hoy vamos a hablar del kéfir, uno de los mejores probióticos que existen y que se puede elaborar fácilmente en casa. Pero … ¿qué es un probiótico?
Los probióticos son microorganismos vivos (bacterias o levaduras) que nuestro organismo puede digerir y que cuando lo hacemos nos aportan grandes beneficios para la salud:
mejoran nuestra flora intestinal (muy importante si se ha visto alterada por la ingesta de medicamentos)
facilitan la digestión
facilitan la evacuación intestinal (y por lo tanto desintoxican nuestro cuerpo)
mejoran nuestro sistema inmunológico
Los más conocidos son los "lactobacillus" y los "bifidobacterium" y se encuentran, de manera natural, en algunos alimentos fermentados como el kéfir, chucrut, kimchi,?
Y ahora, antes de continuar con el kéfir, veamos qué son los alimentos fermentados.
ALIMENTOS FERMENTADOS
Los alimentos fermentados son aquellos en los que intervienen diferentes microorganismos (levaduras, bacterias, mohos, ?). Esta fermentación se produce en medios anaeróbicos (es decir donde no hay aire) y por ello se conoce también como "oxidación incompleta".
Hay alimentos fermentados conocidos por todos como son el pan, el queso, el yogur,… y también bebidas fermentadas como el vino, la cerveza, la sidra, ? pero hay muchos otros fermentados, fundamentalmente en Asia, que no son muy conocidos en occidente y que, sin embargo, tienen unas propiedades muy buenas para el organismo.
El proceso de fermentación será diferente para cada alimento o bebida, necesitando un fermento y un tiempo de fermentación distinto. Durante este proceso se generan gases que pueden llegar a estropear el fermentado si no se tiene un poco de cuidado.
EL KÉFIR
El kéfir es uno de esos alimentos fermentados, concretamente es un producto lácteo fermentado, similar al yogur, y originario del Cáucaso. A su vez es un probiótico.
En el proceso de fermentación de la leche para obtener el kéfir se produce una reacción lacto-alcohólica donde la "lactosa" de la leche (también llamada azúcar de la leche) se transforma en ácido láctico.
En general, cuando tomamos leche necesitamos una enzima llamada "lactasa" para poder absorber bien la "lactosa" de la leche. Si tenemos problemas para su correcta absorción se dice que hay intolerancia a la lactosa. Por ello hay personas que toleran mejor el kéfir que la leche, ya que no contiene lactosa.
El kéfir se elabora a partir de los gránulos de kéfir que se vierten en la leche. El aspecto de estos gránulos es muy parecido a la coliflor, pero no así su textura, ya que son blandos y gelatinosos. Realmente es una mezcla de bacterias y levaduras que pueden variar según la zona donde se cultiven y el tipo de kéfir. Existe kéfir de leche, kéfir de agua y también de té.
Vamos a explicar en esta publicación cómo se elabora el kéfir de leche, pues cada uno tiene un proceso diferente.
Sólo se necesita la leche (puede ser de vaca, cabra, ?) y los gránulos de kéfir. Estos gránulos no se pueden adquirir en el mercado, nos los debe proporcionar alguien que ya lo esté cultivando. Si no conocéis a nadie que los tenga podéis preguntar en herbolarios o en restaurantes vegetarianos. Los gránulos van creciendo con el paso de los días y hay que ir reduciéndolos de la elaboración del kéfir pues cada vez se va haciendo más fuerte de sabor. Por eso es fácil hacerse con estos gránulos, una vez que tengamos conocimiento de alguna persona que lo prepare.
Ingredientes y utensilios:
250 ml de leche templada o del tiempo (mejor que no esté fría de la nevera)
una cucharada o dos de gránulos (dependerá del sabor que más nos guste, podéis ir probando)
un tarro de cristal (tener en cuenta que deberemos dejar ? del tarro libre de leche para que no haya problema con los gases que se generan)
colador de plástico (no utilizar utensilios de metal)
cuchara de madera (no utilizar utensilios de metal)
Elaboración:
** Cuando nos proporcionen los gránulos de kéfir:
Colocar la leche templada en el recipiente de cristal.
Verter los gránulos de kéfir en la leche. Tapar.
Envolver el tarro en un paño para que esté protegido de la luz.
Dejar en un lugar cálido de la casa durante 24 horas (en invierno, dependiendo del frío que haya en la vivienda, tal vez pueda necesitar más tiempo, y en verano menos).
** El kéfir se debe hacer diariamente, por lo tanto a partir del día siguiente lo que haremos será:
En un plato colocaremos el colador de plástico y verteremos el interior del tarro de cristal.
Removemos con la cuchara de madera para que queden arriba los gránulos de kéfir, y la leche ya convertida en kéfir en el plato.
Retiramos con la cuchara los gránulos de kéfir y los introducimos en un nuevo tarro de cristal con leche templada. Tapar y colocar en un sitio cálido.
Así repetimos el proceso diariamente.
De vez en cuando puedes lavar los gránulos de kéfir debajo del grifo en el propio colador.
Y recuerda que puedes ir eliminado gránulos según vayan creciendo (con mayor frecuencia en verano que en invierno) y, por lo tanto, ofrecerlos a otras personas.
Os animamos a que lo preparéis en casa. Este producto fermentado posee más y mejores propiedades beneficiosas para el aparato digestivo que los yogures y además ahorraréis dinero.
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Archivado en: Alimentación Sana Tagged: kéfir, probióticos, sistema inmunológico