Hacerlo es una actitud esencial para no caer en las garras de la ansiedad o, peor aún, de la depresión. Cualquier cosa puede ser causa de que se dispare una preocupación y si no la gestionamos a tiempo nos puede causar un bloqueo, impidiéndonos avanzar y progresar en la vida.
La preocupación nos aleja de la felicidad, porque nos ata al pasado y nos sitúa en un futuro irreal e incierto. Crear pensamientos sobre hechos que ya pasaron no tiene sentido, no hay forma posible de regresar. Anticipar e imaginar situaciones negativas sobre hechos que no han sucedido y sobre los que no tienes control, solo te creará ansiedad y exacerbará tus miedos. La preocupación surge cuando nos enfrentamos a situaciones de inseguridad y miedo, cuando nos enfrentamos a algo que es amenazante para nosotros y, ante esto surgen dos reacciones la gestión de ese miedo o evitarlo, no enfrentarlo mientras lo rumiamos en la mente causando la preocupación.
Preocupación adaptativa
Si tu preocupación te permite prever y actuar es una preocupación adaptativa, porque te orienta a buscar soluciones, es cuando nos enfrentamos a situaciones en donde el peligro es real y accesible. Por ejemplo, si te has quedado dormida y te preocupa llegar tarde al trabajo, pero decides tomar un taxi, esa preocupación te ha sido de utilidad. Pero suponiendo que no tienes dinero para un taxi y de todas maneras llegarás tarde, preocuparte no arreglará las cosas, en ese caso deberás asumir tu responsabilidad. No digo que vayas por la vida sin que nada te importe, sino que ante hechos que salen de tu control solo queda buscar soluciones o aprender de los errores.
La preocupación es útil en cuanto permite alertarnos ante un posible peligro, nos causa un temor o ansiedad y esto nos sirve como información para decidir pasar a la acción, hacer algo para evitar que pase lo que tememos o simplemente asumir que debe ser así; una vez solucionado el problema dejamos de sentir ansiedad y desaparece la preocupación. Aquí podemos usar la conocida frase: ‘En lugar de preocuparte, ocupate’.
Preocupación desadaptativa
Esta es la preocupación que solo se limita a anticipar amenazas, llegando a niveles muy altos de ansiedad y estrés y causando desorientación en la persona que entra en un bucle de preocupación olvidando, incluso, el hecho concreto que la causó. Preocupación sin encontrar una solución, su mente se inunda de pensamientos negativos sintiéndose indefensa ante el sufrimiento.
La preocupación excesiva nos bloquea o incluso nos hace actuar de forma equivocada porque nos enfrenta con hechos del futuro que no han sucedido y que no tenemos la certeza de que sucederán, de esa forma dificulta nuestra adaptación y respuesta. Por ejemplo, si tienes 40 años y vives preocupada por las leyes de la jubilación no tiene mucho sentido, no sabes qué pasará en el futuro, para combatir la preocupación lo único que puedes hacer es vivir el presente y disfrutar de tu trabajo, preocuparte solo te desmotivará y llenará tu mente con pensamientos inútiles.
Estar siempre preocupados por algo es dañino, generamos ansiedad y estrés y esto es causa de muchas enfermedades. El Dalai Lama dice, “cuando la mente está tranquila y ocupada con pensamientos positivos, es más difícil que el cuerpo enferme”. Científicamente se ha comprobado que muchas de las enfermedades tienen su origen en la mente, de ahí la importancia de vigilar nuestros pensamientos negativos. Muchas veces nos creamos películas que solo existen en nuestra mente y que están muy alejados de la realidad.
La dimensión de futuro de la preocupación también tiene un componente de evitación, es necesario que pienses si esa preocupación ha surgido para que te puedas evadir de algo, pregúntate ¿por qué quieres llenar tu vida de preocupación?, ¿qué quiero ocultar? o, ¿es que mi aquí y ahora me resulta intolerable y me hace desgraciada?
¿Cómo podemos distinguir cuando es justo preocuparnos?
Si lo que te preocupa te induce a realizar una acción concreta para solucionar esa situación que se te presenta cómo un problema, esa preocupación es adaptativa porque te ha permitido gestionar la situación, enfrentar los problemas y encararlos, entonces la ansiedad y el temor que sentimos nos han ayudado a pasar a la acción.
Si por el contrario no puedes actuar porque no sabes lo que pasará, eso que temes aún no existe, pero a pesar de eso no dejas de preocuparte, es desadaptativa. Si no hay solución, olvidar, y no volver a pensar en el tema, porque de lo contrario nos conduce a una preocupación que ocupa todos nuestros pensamientos volviéndose crónica y obsesiva, hasta el punto de causarnos un gran sufrimiento
La impermanencia es un concepto muy útil cuando de preocupación hablamos, porque nos ayuda a tener una visión más amplia en nuestra forma de ver la vida y es así como vamos a evitar menos desasosiegos a nuestra existencia. Significa que nada es estático en la vida, que todo cambia, se transforma o desaparece para dar cabida a lo nuevo. Con esta perspectiva de pensamiento te preocuparás menos, porque te darás cuenta que la vida es cíclica, que así como todo llega cuando tiene que llegar también se irá o cambiará. Esto no quiere decir que deje de importar lo que pase, si no más bien, tiene que ver con la aceptación de aquellos hechos que salen de tu control. Por ejemplo preocuparte por la vejez, es una preocupación desadaptativa, es ley de vida, todo tiene un ciclo.
C“Todo sufrimiento es creado por el ego mediante la resistencia. Asimismo, mientras estés en esta dimensión, estás sujeto a su naturaleza cíclica y a la ley de impermanencia de todas las cosas, pero no la percibes como algo ; simplemente es. […] Hay fases de éxito en que las cosas vienen a ti y se desarrollan, y fases de fracaso en que las cosas se marchitan, se desintegran y tienes que dejarlas ir para que puedan surgir otras nuevas, o para que se produzca la transformación. Si, llegado ese punto, te apegas y te resistes, te estás negando a seguir el flujo de la vida, y eso te hará sufrir” Eckhart Tolle *(1)
¿Cómo combatir la preocupación? Hazte estas 5 preguntas
¿Mi preocupación hará que encuentre una solución efectiva o más rápida? No. Entonces no te preocupes, el tiempo que usas en estar preocupada puedes usarlo en encontrar la solución, y si no hay solución, para qué te preocupas, eso no cambiarás las cosas. Lo que sucedió o vaya a pasar así será, además la preocupación nubla tu intelecto y no te deja pensar con claridad. Toma conciencia de la realidad
¿Mis pensamientos son negativos? Cuida lo que te dices y piensas de ti misma, a través de ellos estás creando tu realidad. Practica tecnicas de meditación y relajación son muy útiles y te sentirás más conectada contigo misma.
¿Qué puedo hacer, puedo cambiar la situación? Todas las alternativas son válidas, en principio; plantear todas las alternativas, sopesarlas y elegir la que consideres más adecuada. Para actuar debes tener información concreta para poder modificar lo que te está afectando. El paso siguiente es ponerla en práctica inmediatamente.
¿De qué me estoy evadiendo en este momento presente, qué estoy evitando? Muchas veces preferimos ocupar nuestros pensamientos con preocupaciones para evadirnos de situaciones actuales y reales.
¿Es algo realmente mío, son creencias, temores infundados o temores aprendidos? Vive el presente. Piensa qué probabilidad hay de que ocurra, de dónde viene ese temor, cuál es su origen.
Muchas veces el preocuparnos ya es un problema, como dice Bob Marley, “no te preocupes, sé feliz; en la vida todos tenemos problemas; si te preocupas, los duplicarás”.
Adopta una actitud más filosófica de la vida, por ejemplo, haz tuyo el concepto de impermanencia, acepta los ciclos de la vida. Es imposible tener el control absoluto de las cosas, no te resistas a lo que tiene que ser, busca la alegría de vivir dentro de ti y vive más en el presente.
Si consideras que no puedes combatir tu preocupación, no la puedes gestionar por ti misma y te ves paralizada o te genera un gran sufrimiento, lo mejor es que recurras a un profesional.
*(1)Eckhart Tolle El poder del ahora.
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