Para llegar a las conclusiones de este estudio, se analizó el proceso de formación de una conducta en 96 voluntarios. El tiempo que les tomó a los participantes “automatizar” este nuevo hábito varió de los 18 a los 254 días, pero la media fue de 66 días.
“Aunque estaban motivados para crear una nueva rutina, casi la mitad de ellos no realizó el comportamiento de manera consistente, para que este alcanzara la condición de hábito”, explican los autores.
“Al principio, se siente incómodo cuando vas en contra de un hábito. Dependiendo de la frecuencia con que este nuevo hábito se ve reforzado, se necesitan centenares de repeticiones de un nuevo comportamiento para reemplazar al viejo”, enfatiza Stosny.
Esta cifra pulveriza otras que se habían utilizado anteriormente, como los famosos 21 días que en 1960 indicó el doctor Maxwell Maltz o los 28 de otros estudiosos. Con solo 28 días, las neuronas no asimilan lo suficiente un determinado comportamiento y es fácil abandonarlo, nos indican.
Pero ahora mi duda es:
Ahora 66 días, y dentro de 10 años ¿cuantos?
En psicología se dice que el hábito es “cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato”
En “El poder de los hábitos” su autor Charles Duhigg, señala que “los hábitos no nacen, sino que se crean. Cada hábito malo, por muy insignificante que sea, comienza con un patrón psicológico llamado un circuito de hábito”.
El proceso del hábito
Duhigg fija el circuito del hábito en tres partes:
1.Se le dice al cerebro que haga la actividad,
2.Se crea una conducta o la rutina al hacer la actividad y repetirla.
3. Finalizada la tarea conseguimos una recompensa, algo positivo que permita a nuestra mente recordar este “circuito” en el futuro.
Un hábito en 66 días ¿Es posible?
Podemos decir, independientemente de la cifra de días, aun cuando mi intuición me acerca más a los 66 días que a los 21, que la clave es la repetición y dedicarle el tiempo necesario para que el hábito se considere arraigado en nuestra vida, por lo que para darle fuerza quizás la recomendación es que realicemos controles de como van integrándose en nuestro “chip”, las nuevas instrucciones, por ejemplo semanalmente, estudiando detenidamente al “enemigo”, y realizándonos preguntas del tipo:
¿Por qué lo quiero integrar en mi vida?
¿Cuales son los beneficios que me aportará?
¿Para qué lo quiero en mi vida? (¡Ojo a la diferencia con la primera pregunta!)
En el diseño de ese plan de acción, debemos tener en cuenta que nuestro cerebro quiere algún tipo de recompensa para salir de su zona de confort, por lo que te recomiendo que le ofrezcas algo que le satisfaga, si no , estás perdido.
Asimismo también es necesario fijar mini objetivos que nos vayan motivando para llegar a la consecución de ese hábito final… por ejemplo si se trata de conseguir no tomar refrescos azucarados, ¿que tal si nos damos un premio cada 10 días de abstinencia?
Y esto de modificar y crear nuevos hábitos lo debemos hacer cuanto antes, no permitas que la procrastinación frene tu vida. ( te recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo)
La importancia de generar buenos nuevos hábitos es primordial. Un dato: la Universidad de Scranton, en EE. UU realizó un estudio que se publicó en la Revista Europea de Psicología Social en el cual revela que solo un 8% de las personas tienen éxito con sus proyectos de año nuevo. siendo, los más comunes perder peso, organizarse mejor, gastar menos y ahorrar más. Si quieres ser de ese privilegiado 8% es fundamental que trabajes y mucho tus hábitos. ¿No crees?
Cultiva solo aquellos hábitos que quisieras que dominaran tu vida. E. Hubbard - ¡Compártelo! Para finalizar, creo que lo mejor es que empecemos poquito a poco y sin prisas, siendo conscientes de nuestro objetivo y de nuestras capacidades, a partir de ahí… ¡a por todas!
Cómo te veo interesado, te recomiendo la lectura de Cambiar hábitos: Guía definitiva. ¡Te ayudará mucho! Y te recomiendo que eches un vistazo a esta interesante entrevista acerca de los hábitos en 66 días.
¡Que tengas un gran día!¡Namasté!
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