Claro está, la solución a los malos hábitos es no dejar que se desarrollen por completo. Es decir, que cuando veamos que estamos cayendo en un patrón de comportamiento de este tipo, parar inmediatamente. Sin embargo, esto no siempre es posible, porque o no nos damos cuenta o cuando nos percatamos ya es tarde.
Beneficios de dejar los malos hábitos
Eliminar los malos hábitos puede generarnos múltiples beneficios en nuestra vida. En primer lugar, supone una mejoría personal, física o mentalmente. Esto depende del hábito del que estemos hablando. Por ejemplo, si dejas de comer comida basura, lo más seguro es que te sentirás mejor con tu cuerpo, y esto también hará que mejores en tu autoestima.
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Si te muerdes las uñas, además de un beneficio estético (porque tendrás unas uñas más bonitas), también podrías prevenir ciertas enfermedades que vienen de las bacterias que podía haber debajo de tus uñas.
Dejar otros hábitos, que afectan más a lo mental que a lo físico, como puede ser el cotilleo o la procrastinación, también te pueden dar muchas ventajas, ya que dejarás de perder tanto el tiempo, y no solo eso, sino que podrás invertirlo en ser más productivo y así, dejar un mal hábito puede repercutir de forma beneficiosa en el campo laboral o académico.
¿Qué es lo que causa un mal hábito?
Lo que causa los malos hábitos son principalmente dos razones: el aburrimiento y el estrés. Pueden ser situaciones muy distintas, pero dan lugar a este tipo de comportamientos. Estamos hablando de hábitos como el picotear entre horas, fumar o morderse las uñas. A largo plazo, este tipo de acciones pueden incluso afectar nuestra salud.
Es por eso que, para eliminar estos malos comportamientos, lo mejor es solucionar la situación que nos genera estrés o aburrimiento. Es verdad que hay algunos casos en los que hay razones más profundas para estos malos hábitos. Pero en líneas generales, seguramente te estarás dando cuenta que estás repitiendo estos patrones en esas dos situaciones en concreto.
Trucos para eliminar los malos hábitos
Lo cierto es que es realmente difícil eliminar por completo y de raíz un mal hábito. Son muy pocas las personas que dicen “lo dejo y ya está”, y consiguen cumplirlo. Ya sea porque nos ha afectado profundamente, o porque se ha convertido en una adicción, el mayor consejo que se puede dar este caso es el siguiente: no se trata de dejar un mal hábito, sino de reemplazarlo por uno bueno.
Eliminar malos hábitos alimenticios
La alimentación es fundamental para mantener nuestro cuerpo y nuestra mente en perfecto estado. Tener malos hábitos alimenticios puede conllevar el desarrollo de enfermedades como la diabetes, el colesterol o la obesidad, entre otros.
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Para dejar los malos hábitos alimenticios, como picar entre horas o comer comida basura, el truco está en suplirlo por algo que sea mucho más sano. En lugar de comer patatas fritas, sustitúyelas por frutos secos o alguna fruta.
Además, ser consciente de lo que comemos y por qué comemos también es un factor importante. Hay que darse cuenta de que debemos comer porque tenemos hambre, no porque estemos ansioso, tristes o aburridos. Si no eliminamos estos patrones, las consecuencias las pagará nuestra salud.
Otro truco para eliminar este tipo de hábitos es el de la planificación: si estás saciado, no tendrás la necesidad de picotear. Además, tómate tu tiempo para comer y disfrutar de la comida. Si eres consciente de todo lo que estás comiendo, te saciarás mucho más rápido.
Eliminar el hábito de procrastinar
Este hábito cada vez es más común y con todas las distracciones que hay en el mundo, probablemente, sea de las más difíciles. Se cree que con la globalización y el uso de internet, este mal hábito se ha desarrollado aún más, pero no tiene por qué ser cierto. Siempre ha habido distracciones. Y seguramente como estudiante, también has procrastinado hasta el punto de ir a ver el contenido de la nevera cada cierto tiempo.
Para dejar de procrastinar, una de las mejores tácticas es la planificación. No se trata de decir “voy a estudiar una hora”, o “no me voy a meter en internet”, sino de ir cumpliendo, poco a poco, lo que te hayas propuesto.
Puedes informarte acerca de técnicas para aumentar la productividad y ver cuál es la que mejor funciona para ti. Por ejemplo, existe un método en el que te concentras en hacer una actividad durante 25 minutos, y luego tomarte un par de minutos para descansar.
Intenta alejarte de todo lo que te distrae. Si no necesitas internet, desconecta el router. Lo mismo con la televisión. Al menos durante los primeros días, evitarás caer en la tentación, hasta que te acostumbres a tener una rutina más sana.
Dejar de fumar o de morderse las uñas
Aunque no tienen la misma magnitud, los dos son malos hábitos que pueden repercutir en nuestra salud. En este caso, la mejor no es dejarlo de repente, sino cambiar ese hábito por otro que sea bueno. Normalmente, caemos en estos dos hábitos por el estrés. Por eso, cuando tengamos ganas de recaer, una de las tácticas es la de mascar chicle.
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Aunque la sensación no es la misma, también nos quitará el estrés. Mascar chicle tampoco es un hábito demasiado bueno (por el azúcar y porque nos puede generar gases), pero se trata de ir reemplazando las acciones más negativas por otras que no lo son tanto. Y después, ir disminuyendo la frecuencia de la acción menor.
Además, para estos dos malos hábitos, también existen productos específicos que nos ayudarán a dejarlo. Parches de nicotina o productos para amargar las uñas pueden ayudarnos a dejar estos hábitos.
La clave está en ser constante y en no desesperarse. Poco a poco, nos iremos encontrando mejor y llevaremos una vida mucho más saludable.
Y precisamente de un cambio de hábitos es de lo que habla el método Crear Salud a través de tus tres metodologías: necesitamos nutrirnos adecuadamente, activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral y cuidar de nuestra mente gracias a herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí –. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.