Hay dos tipos de colesterol, el endógeno que fabrica el cuerpo y el exógeno que tomamos a través de la alimentación. Si producimos mucho no hace falta ingerir mucho y viceversa. El colesterol está presente en todas las células del cuerpo, y sin colesterol no hay vida. El 75% del cerebro es grasa, del que 25% es colesterol. Los médicos de cabecera siempre aconsejan bajar el colesterol. Esto es un error. Además en la mayoría de los casos no tienen el dato real del paciente porque los análisis solo miden el colesterol en el plasma sanguíneo, que sería solamente el 8%. El 10% del colesterol se produce en el hígado.
Del colesterol que tomamos en la alimentación asimilamos lo que el cuerpo necesita. Lo que no, lo expulsamos a través de las sales biliares en la defecación. Y no existe una relación directa entre el colesterol ingerido y el colesterol en la sangre. ¡Cuántas veces nos habrán dicho lo peligroso que es comer más de 3 huevos a la semana! Falso mito.
Dicho esto, el colesterol alto por sí solo no es un factor de riesgo cardiovascular. Lo sería tener predisposición genética, fumar, tener el HDL(colesterol bueno) bajo, etc. Un dato curioso es que el 75% de los infartos tienen su colesterol por debajo del máximo.
Las estatinas son un negocio de las farmacéuticas. Inhiben la producción de colesterol y son antiinflamatorios naturales. En la mayoría de los casos es innecesaria, pero claro, da dinero y es lo que importa. Y la industria alimentaria no se queda atrás y saca su “medicamento” que son los esteroles. Estos inhiben la absorción del colesterol. Añaden fitoesteroles al yogur, salsas, sopas, etc. Pero la cantidad es mínima en el caso de que quisiéramos beneficiarnos de este efecto, que para colmo es negativo porque los esteroles inhiben la absorción de vitamina A.
¿Entonces?… Vivimos equivocados y engañados temerosos del colesterol que tanto se ha demonizado, y sin saber que no nos mata el colesterol sino la inflamación, y el principal causante es… ¡tacháaan!…
El azúcar. Otro gran negocio de la industria alimentaria.
Comemos más azúcar de la cuenta. En España en 2.003 se dijo que estábamos moderando el consumo de azúcar, pero es falso. Del 75% del azúcar que consumimos no somos conscientes. Casi todos los productos tienen azúcar. Hasta en los productos que indican sin azúcar añadido, tienen azúcar en su listado de ingredientes.
El azúcar es un producto altamente procesado. El azúcar moreno no es más inofensivo, es azúcar blanca con melaza, que como curiosidad te diré que la melaza se usa para engordar el ganado.
El azúcar genera endorfinas en el cerebro. Nos hace sentir bien. Muchas veces me he preguntado por qué me gusta tanto el sushi. En 1 kg de arroz de sushi hay medio kg de azúcar. Ahora ya lo sé.
La sacarosa es una molécula compuesta por glucosa y fructosa. Nuestro cuerpo utiliza la glucosa como energía, la absorbe de manera inmediata. La fructosa se metaboliza más lentamente en el hígado. Así que del azúcar de la fruta tampoco hay que abusar, al menos si tu intención es perder peso.
¿Por qué poner azúcar en todo, además del efecto opiáceo que nos empuja a consumir más y más favoreciendo a la industria alimentaria? Pues también sirve como conservante, así que aunque en muchos productos ponga sin conservantes, ya ves que es mentira, llevan azúcar. También tiene un componente estructural, le da una textura a la bollería incomparable.
Problemas de salud asociados al azúcar:
- Inflamación crónica.
- Suprimir el sistema inmunológico, con las consecuentes infecciones y enfermedades asociadas que ello conlleva
- Envejecimiento prematuro
- Cáncer del pecho, de los ovarios, de la próstata, y del recto
- Menor absorción de calcio y de magnesio
- Hígado graso
- Diabetes
- Fatiga
- Disminución de energía y capacidad de construir músculo
- Enfermedades cardíacas
- Enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa
- Osteoporosis
- Infecciones por hongos o candidiasis
- Depresión
- Enfermedades dentales y de las encías, etc.
Por último, no quería dejar de señalar la importancia de la educación a los niños. Enseñarles a leer etiquetas, que sepan lo que comen, y predicar con el ejemplo. Ellos harán lo que vean. Debemos ayudarles a crear hábitos saludables. Que los niños se contagien de los mayores y viceversa, es una buena forma para que toda la familia esté motivada y en el mismo barco. Se puede probar a hacer diferentes recetas de verduras que sean atractivas y sabrosas, y tanto de fruta como de verdura ir incorporando nuevos sabores poco a poco.
El primer día puede que rechace el kiwi, el brócoli o el pimiento, pero insistiendo y mezclándoselo con otros sabores que le gusten más, acaba por caer en las redes de la dieta vegetariana. Y un día de fiesta, se le premia con una “chuche”. No es tan difícil como parece, y sí es más importante de lo que creemos.
Somos lo que comemos, lo que absorbemos, y debemos esforzarnos por estar informados, por educarnos, y no dejarnos llevar por los intereses de otros. Nadie velará por tu salud si no lo haces tú. A mí me tocó ponerme las pilas cuando no me quedó más remedio, y es verdad que nunca es tarde. Pero no esperes a que salten las alarmas. Como dice Serrat Hoy puede ser un gran día.
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¡Gracias por leerme y hasta muy pronto!