¿Qué necesitamos?
- 250 g de harina
- 50 g de mantequilla
- 100 ml de agua tibia
- 60 g de azúcar glas
- 1 huevo
- Ralladura de limón
- Esencia o bien un chorrito de anís
- Una pizca de sal
¿En cuánto tiempo?
Aproximadamente, unos 40 minutos, sin contar el tiempo de reposo de la masa.
Dificultad
No mucha, aunque la clave es que la masa nos quede fina y crujiente.
¿Cómo se hacen?
Vamos a empezar mezclando todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea, elástica y manejable. Una vez hecho esto, dejamos reposar una hora.
A continuación llega el quiz de la cuestión: estirar la masa, ya que no se trata sólo de darle forma de oreja de cerdo, sino de que quede lo más fina posible para que luego las orejas nos salgan crujientes.
Un truco: Para evitar que la masa se nos pegue (lo hará, seguro) podemos utilizar aceite de oliva en el rodillo y en la superficie de trabajo.
Una vez que les hemos dado forma, vamos friendo las orejas en una sartén con aceite muy caliente, preferiblemente de girasol. A continuación se retiran y se dejan escurrir sobre papel de cocina y se espolvorean con azúcar glas.
Una sugerencia de degustación: Si has conseguido unas orejas finas y crujientes, sólo queda acompañarlas de un café de sobremesa en buena compañía, verás como están deliciosas. ¡Buen provecho!.