En determinados momentos de la vida, sentimos la necesidad de cambiar como personas. De realizar un giro en nuestra forma de ser, pensar, actuar… pero no sabemos cómo hacerlo, o bien sentimos resistencias internas que nos impide avanzar y que al final nos hacen llegar a la conclusión de que “no puedo”.
Últimamente, sobre todo en las redes sociales, suelen lanzarse mensajes del tipo: “No te rindas jamás” “El éxito de tu vida se mide por los obstáculos que superas” “El verdadero luchador es el que nunca se rinde” . Estos mensajes instan al esfuerzo, la lucha,… como si la vida se tratar de una guerra. De esa manera, comenzamos un diálogo interno lleno de frases tales como “Tienes que…” “Debes de..” “Has de…” llenándonos así de autoexigencia, tensión y ansiedad. En el fondo es un ataque hacia nosotros mismos, ya que generamos una violencia interna para alcanzar lo deseado que nos lleva al desgaste, alejándonos así de la serenidad y felicidad que pretendíamos inicialmente.
Todas las personas que habitamos este planeta, tenemos un deseo común independientemente de nuestra cultura, raza, condición social o regilión: SER FELICES. Y la felicidad no se alcanza llenándonos de presiones, miedos, ansiedades, tensiones y culpabilidades. Si buscas la paz… camina desde la paz, pues la vida no es una guerra.
No cambiamos mediante el esfuerzo. Observa cómo siempre que has conseguido crecer, ha sido mediante la comprensión o el sufrimiento. Sólo cuando nos hemos dado cuenta de determinadas cosas, o mediante las lecciones que el sufrimiento nos ha enseñado, es cuando en verdad ha cambiado algo en nosotros de forma progresiva e inclusive expontánea. Es por eso por lo que hemos de potenciar la auto-comprensión la cual, implica no querer cambiarnos, pues ese querer lleva consigo un deseo y por lo tanto una tensión y rechazo a como somos actualmente, jamás te rechaces.
Comprendernos es un vernos a nosotros mismos sin filtros ni anhelos, mirarnos tal cual somos sin juicios ni valoraciones, tal y como lo haríamos con nuestro mejor amigo/a. Ello también lleva consigo un gran ejercicio de autoaceptación, pues no podemos comprender aquello que no aceptamos. Acepta y comprende profundamente inclusive esas resistencias al cambio que todos tenemos, haciéndolo siempre desde el cariño y la ternura hacia ti mismo/a.
Date cuenta de otra cuestión gran cuestión. La parte de ti que quiere cambiar… ya ha cambiado, ya que de lo contrario no estarías planteándotelo. Céntrate en ella, busca lo positivo en lugar de tratar de destruir lo negativo. Reflexiona sobre ello.
Aunque lleve su tiempo…cuando todo ello ocurre… los cambios se producen por si mismos de forma progresiva y natural. Desde la paz.