Lo solemos encontrar como suplemento alimenticio pero también se destina a otros usos como la cosmética. Si hablamos de su valor nutricional, resaltamos sus vitaminas del tipo A, B y D, ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6, y también los minerales como el calcio o el hierro.
De esta manera, es bueno para la salud general del organismo, al activar y fortalecer los huesos, prevenir ciertas enfermedades y proteger el sistema inmunológico. Para prevenir la osteoporosis, que afecta en gran medida a la población más mayor, es bueno tomar aceite de pescado. Esta enfermedad, causada por un déficit de calcio, se caracteriza por tener los huesos débiles y ser más proclives a romperse.
Gracias al Omega 3 y 6, el aceite de pescado puede reducir los niveles de colesterol malo, llevando una vida más saludable. Es algo bastante común en los pescados azules en general. También aporta antioxidantes, por lo que favorece que la piel esté más joven y espléndida. Es una de las maneras de actuar contra los radicales libres para prevenir el envejecimiento.
Como el resto de pescados azules, lo ácidos grasos del aceite de pescado son altamente saludables y protegen el corazón. Además reducen el riesgo de padecer diabetes y previenen ciertas enfermedades como la arteriosclerosis.
Hemos apuntado anteriormente que el aceite de pescado incide directamente en la buena salud del organismo, pero no solamente ayuda al cuerpo sino también a controlar diversos aspectos psicológicos. Pues diversos estudios han demostrado que mantiene la salud mental de los niños que tienen déficit de atención e hiperactividad.
El aceite de pescado también trata problemas oculares. Pues es bueno para reducir las cataratas u “ojo seco”. A su vez, evita derrames cerebrales, ya que mejora la salud de las venas, arterias y favorece la circulación de la sangre.
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