El yoga es una disciplina que debería ser practicada por muchas personas.
Y para motivar a que se inscriban en un programa de yoga, nada mejor que hablar sobre los recientes beneficios atribuidos a esta antigua práctica.
Hacer yoga durante unas pocas horas cada semana te ayudará a sentirte más tranquilo y más equilibrado, tanto física como mentalmente.
Ahora, una nueva investigación sugiere que dicho hábito también podría aportar beneficios al corazón.
Una revisión reciente del yoga y la enfermedad cardiovascular, publicado en la Revista Europea de Cardiología preventiva indica que yoga puede ayudar a minimizar el riesgo de enfermedad cardíaca de forma similar a los efectos obtenidos caminar.
los estudios en revisión consultaron diferentes tipos de yoga, incluyendo tanto formas suaves, como las más enérgicas.
Los participantes variaron desde personas jóvenes y saludables hasta personas mayores con problemas de salud.
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Sobre todo, las personas que tomaron clases de esta disciplina vieron mejoras en una serie de factores que afectan el riesgo de enfermedad cardíaca.
Perdieron un promedio de cinco libras, se comprobó una reducción del 5% en su presión arterial y del 12% en sus niveles de colesterol malo LDL nocivo.
Los hallazgos no fueron ninguna sorpresa según comento la Dr. Gloria Yeh, profesora asociado de medicina en Harvard Medical School y coautora de la revisión mencionada.
El yoga y las enfermedades del corazón
El yoga es único porque incorpora tanto actividad física, como respiración y meditación, dijo la Dr. Yeh.
Como explica, cada uno de estos elementos afecta positivamente los factores de riesgo cardiovasculares, su combinación definitivamente debía reportar beneficios.
Además, otras dos antiguas prácticas que unen movimientos lentos y fluidos con respiración profunda, Tai chi y Qigong, parecen ofrecer ventajas similares.
Realizar la variedad de posturas de yoga se extiende suavemente hasta afectar los músculos.
Ayuda a ser más sensibles a la insulina, que es importante para el control de azúcar en la sangre.
La respiración profunda puede ayudar a bajar la presión arterial.
La meditación permite disfrutar de calma, otra pieza clave de esta antiquísima disciplina, además relaja el sistema nervioso y alivia el estrés.
Todos estos beneficios pueden ayudar a prevenir enfermedades del corazón y sin duda pueden ayudar a las personas con problemas cardiovasculares.
La mayoría de las clases de yoga terminan con unos minutos de meditación, a menudo se medita acostado sobre la espalda con los ojos cerrados.
Esta pose se llama savasana.
Algunos maestros dicen que los estiramientos y las posturas liberan energía, haciendo más fácil relajarse en un estado meditativo.
Sin duda que es verdad.
Cuando se medita, algunos profesores suelen decir al comienzo de savasana: Ningún lugar a donde ir. Nada que hacer. Relájate.
Como es una disciplina menos vigorosa que otros tipos de ejercicio y es fácil de modificar, es perfecto para las personas que deben ser cautelosas con el ejercicio.
Puede ser una buena adición a la rehabilitación cardiaca, ya que ayuda a la gente a recuperarse de un ataque al corazón o cirugía cardíaca.
Integrar la disciplina en las clases de rehabilitación cardiovascular y la prevención de la enfermedad cardíaca sería una excelente medida por parte de los hospitales.
El estiramiento muscular favorecido por sus posturas es una buena manera de refrescarte después de caminar, montar en bicicleta, u otro acondicionamiento aeróbico.
La respiración profunda y la meditación también ayudan.
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Prestar atención a tu respiración es importante durante la parte de entrenamiento de fuerza de rehabilitación.
La atención y la mayor conciencia de la meditación pueden ayudar a lidiar con el estrés de su enfermedad, comer más saludablemente, y dormir más profundamente, factores que ayudan a la recuperación.
Si estas comenzando con la disciplina, considera la posibilidad de comenzar con los tipos suave, especialmente si eres mayor de 65 años o padeces alguna condición médica.
De las formas más populares de yoga que se enseñan son el hatha y Iyengar, son buenas opciones para principiantes.
Hatha yoga cuenta con movimientos suaves y lento, con un enfoque en la integración de la respiración con el movimiento.
Iyengar es similar, pero pone más énfasis en la alineación del cuerpo y el equilibrio, y utiliza accesorios como correas, mantas y bloques.
Un buen maestro siempre pregunta sobre la existencia de lesiones o condiciones que debería conocer antes de empezar.
Los mejores maestros hablan con cada estudiante personalmente mientras el resto de los alumnos están desplegando sus esteras y preparandose.
Si es posible, trata unas cuantas clases diferentes con distintos profesores para encontrar la mejor opción de yoga.
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