Tal es el caso del oído, que también se beneficia de la actividad física. No son pocos los estudios que señalan la relación directa entre obesidad y pérdida auditiva. Uno de los motivos principales es que una persona sana y activa goza de una mejor circulación, y eso incluye a las arterias que nutren el sistema auditivo.
De hecho, el oído es, en muchas ocasiones, el primer indicador que señala un problema circulatorio. Los comunes pitidos o zumbidos o la pérdida de audición pueden estar ligados a exceso de colesterol y triglicéridos.
Por ello, es importante mantener la actividad física para conservar un buen oído. No está de más prevenir, y realizar una revisión anual de los mismos. Los centros GAES, presentes en toda España y con muchos años de experiencia siendo líderes en nuestro país, permiten realizar la prueba auditiva en unos minutos. Unos auriculares y una cabina insonorizada nos permiten evaluar la capacidad de ambos oídos de forma fácil, gratuita y sin dolor. En caso de detectarse alguna anomalía, allí mismo nos informarán de la mejor forma de solucionarla.
En muchos casos un diagnóstico temprano permite tratar cualquier lesión con mayores garantías de éxito, por lo que es recomendable acudir al primer síntoma. Una concienciación que precisamente en GAES vienen impulsando desde hace mucho tiempo.
Además del ejercicio, protegernos del ruido también ayuda enormemente a nuestra salud. Desde usar una protección auditiva si practicamos un deporte de motor, a evitar las zonas de más ruido y tráfico si lo que hacemos es correr por las calles, ayudarán a dar un descanso a nuestros sufridos oídos.
Otro elemento a evitar son los auriculares mientras hacemos deporte. Si somos incapaces de eliminarlos de nuestra rutina, hay que intentar al menos bajar el sonido todo lo posible, y minimizar su uso, ya que son uno de los mayores factores de riesgo dentro de nuestra vida diaria.
Así que ya sabéis, ¡a mantener esos oídos sanos, que aún tienen mucho que escuchar!