La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sabido definir a la actividad física como todos los movimientos que forman parte de la vida diaria, incluyendo el trabajo, la recreación, el ejercicio y las actividades deportivas.
Es por ello que es muy importante tener presente que no se requiere un movimiento muy intenso para estar haciéndole bien a nuestro cuerpo. Pero sí es necesario que el mismo sea día a día.
Desde subir o bajar escaleras, bailar y cantar, caminar, levantar ciertos pesos y demás actividades que a diario hacemos sin casi darnos cuenta, nuestro cuerpo se pone en movimiento y esto resulta muy favorable para nuestra salud.
Sin embargo, es preciso aclarar que a veces estas actividades terminan siendo insuficientes y se requiere un esfuerzo mayor para que nuestro cuerpo esté óptimo en sus condiciones de salud.
Para un adulto que atraviesa una vida sedentaria, hacer 30 minutos de ejercicios al día con una intensidad media o moderada, le ayudará a prevenir una gran cantidad de enfermedades si suele hacer estos ejercicios varios días a la semana.
Pero esta misma actividad no es necesaria que la persona la haga de corrido. Sino que podrá ir alternándola durante varios lapsos de sus días. El fin es hacer el o los ejercicios, no importa en qué momento, sino realizarlos cotidianamente.
Gran cantidad de personas fallecen anualmente en el mundo por enfermedades relacionadas con el sedentarismo. Los malos hábitos incrementan los riesgos de adquirir estas enfermedades también.
También hay que tener presente que no es necesario gastar grandes cantidades de dinero para poder realizar actividad física. Incluso ésta puede ser gratuita, solo basta la predisposición e informarnos un poco acerca de lo que más nos convendría hacer según nuestras necesidades.
Los beneficios de un cuerpo en movimiento son múltiples. Destacan el gasto de energía, que viene de la mano con un equilibrio calórico y por lo tanto, un control de nuestro propio peso.
Los riesgos de sufrir accidentes cerebro-vasculares, así como también cardiopatías se reducen notablemente. Como también la no aparición de la diabetes tipo II. La reducción de contraer cáncer de colon, de mama y de otras enfermedades se achica notablemente al realizar de forma cotidiana ejercicio.
Y ni que hablar de lo bien que hace para reducir niveles de estrés, ansiedad y depresión, así como también nos ayuda a controlar la hipertensión. Por todas estas razones y muchas más, la ausencia de ejercicio en nuestra vida cotidiana termina siendo un factor muy nocivo para nuestra salud y algo a lo que debemos prestarle mucha atención.
Es notable como cada vez más personas en el mundo adquieren hábitos sedentarios, muchas veces potenciados por sus propios trabajos que los obligan a estar muchas horas sentados frente a una computadora.
Es por ello que debemos ser muy conscientes de esta realidad y hacer algo más por nuestros cuerpos, en pos de mejorar a diario nuestra calidad de vida.