1. Favorece el funcionamiento digestivo. El aceite de oliva tiene un efecto digestivo, favorece la absorción de nutrientes y reduce la acidez gástrica. Además, estimula el tránsito intestinal y tiene un suave efecto laxante que ayuda a combatir el estreñimiento. De hecho, se ha demostrado que el consumo frecuente actúa sobre el sistema hepatobiliar estimulando el funcionamiento de la vesícula y reduciendo la formación de los cálculos biliares.El aceite de oliva también ayuda a desintoxicar al organismo y facilita el proceso de digestión porque es rico en oleiletanolamida, una sustancia capaz de convertir las grasas saturadas en grasas insaturadas. Además, contiene muchísimo hidrocortisol, un compuesto fenólico que tiene un potente efecto antioxidante e inhibe la proliferación de las células cancerígenas, previniendo la aparición de los tumores en el sistema digestivo.2. Previene las enfermedades vasculares. Así lo confirma un estudio francés, según el cual, las personas que consumen aceite de oliva con frecuencia tienen un 41% menos de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular. Lo que sucede es que los componentes antioxidantes del aceite de oliva frenan la formación de las placas de ateroma en los vasos sanguíneos, que son las principales precursoras de la ateroesclerosis y la obstrucción arterial.Además, se conoce que la acción antioxidante del aceite de oliva contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL, también conocido como colesterol malo, a la vez que aumenta el colesterol HDL o bueno. Este efecto incrementa la vasodilatación arterial, mejora la circulación sanguínea y regula la presión arterial, según indica un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition.3. Reduce las complicaciones propias de la diabetes. Una investigación publicada en la American Diabetes Association ha demostrado que el consumo frecuente de aceite de oliva contribuye a regular la producción de insulina pancreática, controlar los niveles de glucosa en sangre y retrasar el tratamiento con fármacos en las personas que ya padecen diabetes.Este efecto se debe a que el aceite de oliva tiene altas concentraciones de ácido oleico y otras grasas monoinsaturadas, un tipo específico de grasas que activa el metabolismo, reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad, y ayuda a controlar muchos de los factores implicados en el desarrollo de la diabetes como el aumento de los niveles de triglicéridos y de glucosa en sangre.4. Mejora la salud ósea. El consumo diario de tan solo 100 gramos de aceite de oliva extra virgen nos aporta el 96% de vitamina E y el 50% de vitamina K de las dosis diarias recomendadas. Además, estas vitaminas son dos agentes antioxidantes que previenen el desgaste neuronal e incrementan la densidad ósea de los huesos.De hecho, un estudio español realizado por PREDIMED afirma que consumir todos los días entre una y dos cucharadas de aceite de oliva previene la pérdida de la densidad ósea que se produce como resultado del envejecimiento y, por ende, las patologías que se derivan de este problema, como la osteoporosis y la artritis.5. Combate el cáncer. Se conoce que el aceite de oliva es rico en polifenoles, un agente antioxidante natural que combate los radicales libres, previene numerosas enfermedades degenerativas propias del envejecimiento, como el Alzheimer, y ayuda a destruir las células cancerígenas. De hecho, se ha demostrado que el consumo frecuente de aceite de oliva no solo sirve para prevenir muchísimos tipos de cáncer sino también para controlar su crecimiento cuando ya se ha instaurado.Así lo confirma un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona, en el que se ha podido apreciar que los antioxidantes del aceite de oliva disminuyen la formación de las células cancerígenas, a la vez que estimulan la muerte de las células tumorales del cáncer de mama.
Fuente: Beneficios del aceite de oliva para tu salud - Nutrición Saludable