Espero que aún no hayáis tirado la toalla con vuestros retos de vida sana porque hoy vengo a daros algunos consejos para poder perder un poco más de esa odiada grasa.
Lo primero es controlar las porciones que comes, no todo lo que es “light” o bueno puede comerse sin control.
Es bueno consumir más proteínas que carbohidratos ya que de esta manera consumirás menos calorías, teniendo en cuenta que la proteína sacia más, controlando así el apetito y la glucosa.
Esto no quiere decir que dejemos de comer carbohidratos, si no que debemos incluir en cada comida proteína.
A veces parece una tontería, pero masticar más tiempo la comida hará que aumenten las hormonas encargadas de la saciedad y al acabar el día no notarás que has comido menos de lo normal.
Una norma principal, deja a un lado el sedentarismo. Si no puedes apuntarte al gimnasio haz que tu vida tenga un poco de él.
Sube las escaleras en vez de utilizar el ascensor, camina por la calle como si te persiguieran, habla por teléfono moviéndote de un lado para otro, aparca el coche más lejos de casa, aprovecha los anuncios para hacer sentadillas cerca del sofá…¡Mira si hay cosas para cambiar tu estilo de vida!
Piensa que nuestro metabolismo necesita ese movimiento, estamos hechos de muchísimos músculos que necesitan ese funcionamiento. ¡Si te quedas en el sofá provocarás un retroceso!
Volviendo a la comida, intenta que sea lo más natural del mercado. Este consejo es muy importante ya que durante el proceso de la digestión se queman más calorías cuando los alimentos no están procesados.
Por último, el consejo más sincero, debes aprender a escucharte a ti mismo. A entender si lo que sientes es hambre o capricho.
Si se trata de hambre comerías espárragos, guisantes o pollo; en cambio si lo que estas queriendo comer es bollería…claramente es ansiedad y capricho, ¡así que intenta evitarlo; el único que puede cambiar las cosas eres tú!
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