Ansiedad ¿Qué me está pasando? Tengo una preocupación constante, estoy irritable, me encuentro cansad@, me cuesta conciliar el sueño. Además cuando me viene a la cabeza me aumenta el pulso, me tiemblan las manos y aumenta mi sudoración.
El antes y el después
Pocas veces antes de mi enfermedad había sentido ese estado físico y emocional de bloqueo, de ahogo, de oscuridad, de desesperación, esos cambios de humor, esa irritabilidad. Para mi el ataque de ansiedad severo era un perfecto desconocido al que nunca había tenido la ocasión de conocer, no imaginaba lo que un día pude llegar a vivir.
La Ansiedad
Os hablo de estar sentada en el sofá y sin ton ni son sentir una sensación de ahogo, la vista nublada, querer salir corriendo y necesitar aire. También de ese momento en que sientes que quieres hacer algo y no puedes sentirte preparada (aunque en otros tiempos era trivial), o de pronto ver como se acelera tu corazón, como se nubla tu cabeza, como tu cuerpo se siente sin fuerzas y notas que no puedes, que no lo vas a conseguir nunca.
De cuando llega la noche y sentir que tu habitación es como una jaula, no poder cerrar la puerta, ni conciliar el sueño, sentir ese dolor que se va aumentando con el paso de la noche y la impotencia de no poder dormir, es entonces cuando la tristeza se apodera de ti.
Aunque también he experimentado ataques en el coche, en el metro, en los ascensores ante cualquier situación en la que yo diviso un peligro que es como mi propia realidad virtual.
Compañeros de viaje
La Ansiedad, el Estrés post-traumático y el dolor crónico son mis compañeros de viaje, aunque también lo son la vida misma en toda su esencia, por lo que cada día es un reto para mi. Deciros que amo la vida y que tengo infinitas ganas de vivir.
Ahora, en esta etapa de mi vida cuando me ahogo pongo en práctica todas las técnicas que conozco, aunque también soy muy disciplinada en mi día a día para que esos “achaques, ataques o brotes” se produzcan lo más mínimo posible, pero hay días que resulta difícil, muy difícil, o momentos en los que es prácticamente imposible y el comienzo de este episodio representa ver borroso con el ojo derecho, descontrol sobre esfínter, dolor, calambres, llantos…
Compartir mis vivencias
He aprendido mucho a la gestión de estas situaciones de la mano, por supuesto, de especialistas. Desde aquí envío un cálido abrazo a Magdalena, Miguel y Lorena.
A continuación os hablo de mi experiencia, y os recomiendo que si creéis que podéis tener alguna enfermedad debéis ir al médico lo antes posible, sin excusas por favor. La salud siempre en manos de especialistas y profesionales titulados y cualificados.
Entender qué es la Ansiedad
Lo primero que me enseñaron es que la misma manera que un cierto grado “saludable” de ansiedad nos puede ayudar a mantener la concentración, afrontar nuevos retos, o situaciones imprevisibles, si este estado de ansiedad llega a desbordarse puede ocasionarnos bloqueos, tristeza, agresividad, desconcentración, etc. Pero vamos por partes.
¿Que nos puede llegar a causar una ansiedad desbordada o “no saludable”?
La genética
Hechos traumáticos puntuales inesperados
Abuso en el consumo de drogas y/o alcohol
Cambios inesperados en nuestra vida
Hechos traumáticos puntuales inesperados
Este fue mi caso personal, debido a mi tumor intraraquídeo- intramedular de la L1 a la L5 caí empicado en un estado de ansiedad profundo y una depresión no menos grave, lo cierto es que no solo no entendía nada, si no, que no podía aceptar y/o entender la nueva Olga. El antes y el después del hecho dibujan dos personas totalmente diferentes, una en aquel entonces, la perfecta desconocida para mi.
De ser ejecutiva dura, agresiva, con un fuerte carácter, ambiciosa, llena de objetivos a largo, a corto, a larguísimo pasé a tener un solo objetivo, una sola ilusión: poder vivir y poder andar acompañada de mi familia.
El cambio de vida
Un cambio de vida en el que el primer reto fue aceptar lo que me estaba pasando, no sumergirme en mi vida anterior, no tener miedo, afrontar la situación y no intentar huir mentalmente de la realidad. Además tuve que aprender a respirar, si, si, aunque parezca extraño, detenerme e ir a mi rincón favorito respirar pausadamente y concentrarme en momentos felices, en la propia vida. También es de gran ayuda controlar la respiración cada vez que notas que aumenta tu sudoración, se acelera el pulso, comienzas a estar más irritable.
Este cambio también me invitó a pensar, a valorar más las pequeñas cosas y a cambiar la perspectiva, eliminando los pensamientos negativos y teniendo siempre una actitud positiva frente a la vida esforzándome por seguir adelante, por vivir, por sentir…
A vivir los momentos más lentamente dándoles el valor que tiene la vida, y a intentar mantener al margen asuntos que no puedo controlar no estando siempre preocupada, aunque tengo que deciros que el antes de cada resonancia todavía me mantiene en vilo e incluso me emociona.
Además es importante resolver si está en tu mano las cuestiones que te preocupan y que se pueden cerrar con una conversación, con una llamada, con una visita, la cuestión es estar en paz contigo mismo.
Me contaron que algunas personas que tienen una ansiedad constante pueden sufrir algunos síntomas similares a los de la depresión, en mi caso así fue.
También me ayudó y me ayuda:
Hablar y hablar de mi problema:
De que no controlaba el esfínter de la orina
El dolor crónico
La falta de empatía
Mis ataques de ansiedad
Los nuevos miedos
Frustraciones y añoranzas
Esas taras que me habían quedado para toda la vida
La felicidad que sentía por seguir viva
El amor y el trato de mi familia
Éxitos y fracasos
Sobre nuevos retos (pequeñitos, a corto plazo, pero reales)
Con los amig@s
Y además para mi es clave:
La ayuda profesional
Ser asertiva, creo que el equilibrio es primordial, siempre dando importancia a decir y actuar según los propios sentimientos. No necesitas generar pena, ni gustar a todo el mundo.
Cuidar la alimentación, aunque te aseguro que comer ecológico o equilibrado en estos momentos no garantiza un cuerpo 60-90-60 pero si ayuda muchísimo a la salud y al estado de ánimo.
Reir siempre que puedas. Si te pasa un pensamiento duro, triste, intenta rápidamente ver lo positivo y esbozar una sonrisa, esbózala!!!
Descansar en el momento que realmente me lo pedía el cuerpo, los días de insomnio sin dolor procura leer, o dar un paseo por el piso, estirar tus articulaciones.
Para concluir, otras pautas muy terapéuticas
La entrada aparece en Blog BIO por Olga Carrera Blogger.