¿Cómo ayuda la práctica deportiva a reducir la ansiedad y la depresión?
La realización de actividad física tiene diferentes efectos en nuestro cuerpo, y muchos de estos son positivos para combatir cuadros de depresión o ansiedad. En primera medida, se liberan endorfinas que hacen que la persona tenga una sensación de bienestar general. También hay otras sustancias que intervienen y ayudan a mejorar la sensación positiva en general.Al ocupar nuestra mente con la práctica deportiva, nos despejamos de las preocupaciones y de aquellos pensamientos que nos generan ansiedad. Al menos durante un tiempo, y a medida que aprendemos a desprendernos de esos pensamientos que nos mantienen ocupados todo el tiempo, podemos tener una perspectiva más optimista.
La práctica de ejercicio en forma regular también ayuda a ganar confianza en uno mismo. Ir alcanzando distintos objetivos que nos proponemos, es una manera de generar una rutina positiva para nuestro día a día. Se trata de ganar constancia y promover la confianza en nuestras propias capacidades.
El deporte es una excelente plataforma para la socialización. Ya sea a través de deportes en equipo, o mediante compartir la experiencia de entrenar o incluso con rivales. Aprender a tratar con otras personas, poder interactuar y abrirnos a otras personas, para contarles nuestros problemas, escuchar los suyos y también desconectar y charlar de cosas alegres o interesantes. Todo este factor social, incluido en la práctica deportiva y en el entrenamiento o la realización de actividad física, ayuda a obtener un mejor estado de ánimo general.
Otra de las ventajas de practicar deportes de forma regular es que nos ayuda a encontrar estrategias para enfrentar nuestros problemas de manera más saludable. Hacer actividades positivas para controlar la ansiedad o la depresión nos ayuda a obtener nuevas alternativas de acción y estrategias de comportamiento.
Evita las sustancias
Ante casos de depresión y ansiedad, es común que las personas se decidan por la ingesta de alcohol, por la comida excesiva o incluso por medicamentos con efectos sobre el estado anímico. Sin embargo, este es un gran error, ya que este tipo de acciones terminan generando un efecto rebote y hasta la posibilidad de adicciones.El ejemplo más común es el de las personas que, ante una situación de estrés, ansiedad o depresión, empiezan a comer en grandes cantidades. Es muy probable que una vez superado el momento de angustia, se lamenten por haber actuado de esa forma. Los efectos negativos de la ingesta de comida o sustancias para intentar alejar episodios de ansiedad y depresión deben ser evitados a toda costa.
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