El debate no es "grasas sí/ grasas no", sino la cantidad y calidad de los lípidos de nuestra dieta. Y esto, indudablemente pasa por la cocina.
Si queremos hacer gala de nuestra dieta Mediterránea, tendremos que hacer uso mayormente de aceite de oliva. Mayormente, pero no únicamente. Los aceites de semillas (girasol como primera elección) aportan cantidades importantes de ácidos grasos omega-6, y resisten las frituras mejor que el aceite de oliva. Combinar eficazmente los dos, es cuestión de tenerlo en mente... Yen la cocina.
Y siempre, animaros a dedicar tiempo a la cocina, donde se previenen muchos problemas nutricionales que nos acechan hoy, debido al enorme cambio de estilos de vida (comidas preparadas, fast- food, alimentos procesados en detrimento de productos frescos de mejor y mayor calidad). El tiempo es escaso, pero ¿por qué no dedicar un tiempo a cocinar si ganamos tanto?