Llegada esta época debemos saber que tomar el sol de forma adecuada tiene efectos beneficiosos sobre nuestra salud. También sabemos que puede representar un peligro, por lo que debemos tomar algunas precauciones y proteger siempre la piel.
Es cierto que las radiaciones ultravioleta procedentes del Sol pueden llegar a matarnos si no nos protegemos correctamente de ellas, pero eso no quiere decir que la solución adecuada sea huir, pues no exponernos nunca a su luz también puede matarnos.
Entre los beneficios de tomar el sol con moderación podemos destacar:
- Ayuda a fortalecer los huesos: cuando tomas el sol, se produce vitamina D. Esta tiene un papel muy importante en nuestro organismo, ya que favorece la asimilación del calcio, por lo que contribuye a fortalecer nuestros huesos. La vitamina D es muy importante para la mineralización de los huesos, al favorecer la absorción en el intestino del calcio y el fósforo y evitar su pérdida en el riñón. Bastan 5 ó 10 minutos de sol, dos o tres veces por semana para recargar los depósitos de vitamina D.
- Mejora la piel: siempre en dosis moderadas, el sol es de gran utilidad para eliminar impurezas y grasa de nuestra piel, de modo que contribuye a la desaparición de algunos problemas dermatológicos comunes como el acné. El sol con moderación puede ayudar a controlar el acné. Basta media hora de sol al día para mejorar el aspecto de la piel. La clave está en tomar el sol a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando no hay peligro de quemaduras y siempre que no sobrepasemos los 30 minutos.
En la primera semana puede aparecer un empeoramiento, debido a que el sol está provocando una reacción de limpieza. Se trata del recurso que tiene la piel para eliminar la grasa e impurezas que expulsar lo que sobra para poder arreglar el problema.
Las exposiciones moderadas a la luz del sol tienen un efecto muy beneficioso en el tratamiento del acné, la psoriasis y otras enfermedades dermatológicas, algo que además se complementa genial con el contacto con el agua del mar.
- Reduce la presión sanguínea: el sol mejora nuestra circulación manteniendo la presión sanguínea más baja. El sol provoca una vasodilatación de los vasos sanguíneos superficiales y aumenta la circulación de la sangre en la piel, disminuyendo los valores de presión arterial.Por otro lado, la conversión a vitamina D cursa con una mejor metabolización del colesterol, disminuyendo los problemas derivados de su acumulación en venas y arterias.
- Fortalece el sistema inmunitario. Un deterioro de los niveles de vitamina D deriva en un aumento de las probabilidad de padecer infecciones. Una de las funciones asociadas a esta sustancia es el fortalecimiento del sistema inmunológico, debido a un incremento de los niveles de glóbulos blancos en la sangre.
- Ayuda a prevenir determinados tipos de cáncer: gracias a la ya mencionada vitamina D, el porcentaje de riesgo de padecer un cáncer de colon o de mama se reduce considerablemente.
El efecto protector de la vitamina D frente a los tumores es muy importante. La luz solar ayuda a proteger no sólo del cáncer de mama y colon, también frente a otros tumores como el de ovario, vejiga, útero, estómago, linfomas y próstata.
- Aumenta nuestra felicidad. Gracias al sol producimos serotonina, una sustancia ligada directamente a nuestros niveles de bienestar y felicidad, por lo que tomar el sol hará que te sientas mejor y estés más contento. No hacen falta muchos experimentos científicos para saber que el tiempo afecta a las emociones, utilizamos la palabra "gris" para designar un estado de ánimo que coincide con los días nublados. Bajo la luz del sol es más fácil ver el lado positivo de la vida y se aleja el cansancio, la depresión y el estrés.
También afecta a los niveles de melatonina. En verano resulta más fácil levantarnos descansados a pesar de haber dormido pocas horas. Se debe al efecto de los rayos UV en la melatonina que se encarga de regular los ciclos de sueño. Cuando hay luz, la melatonina desciende y nos sentimos más despiertos y activos.
También favorece la actividad sexual. Hay más sexo en verano que en invierno. La explicación está en la testosterona. El sol tomado con moderación aumenta los niveles de testosterona en la sangre, y esta hormona es una de las responsables del apetito sexual.
Como consecuencia, se puede decir que tomar el Sol es el mejor de los antidepresivos.