El tracto gastrointestinal produce hormonas que estimulan la función regular del intestino, influyendo en el desarrollo de una digestión óptima, facilitando la absorción de nutrientes.
Pero eso no es todo ? el intestino produce neurotransmisores que afectan nuestros estados de ánimos, por ende repercutiendo en la salud cerebral, en la actualidad es considerado por muchos expertos como el segundo cerebro.
Los siguientes son algunos consejos de salud, sencillo y altamente eficaces para incorporar en la vida diaria para fortalecer el cerebro y disfrutar de una óptima salud intestinal.
1. Respiración profunda
Cierra los ojos, imagínate en tu lugar favorito y haz al menos 10 respiraciones profundas y lentas.
Cada respiración profunda refuerza nuestra estudio del estilo de yoga de la respiración profunda pranayama.
Niveles bajos del cortisol optimizan la función intestinal para la digestión, estado de ánimo, e incluso el sueño, recuerda que la melatonina se deriva de la serotonina.
Una respuesta equilibrada al estrés fortalece las bacterias intestinales encargadas de absorber tanto las las vitaminas A, D y E como los minerales de la dieta, entre ellos el hierro y zinc.
Que ayudan a potenciar nuestro sistema inmunológico y la vitamina K, que es importante para la salud de los huesos y la coagulación de la sangre.
Situaciones de estrés elevado o estrés crónico pueden alterar las bacterias intestinales, potencialmente alterar la absorción y minimizar nuestra capacidad para producir hormonas de relajación.
Por ejemplo, el cortisol, la hormona responsable de responder al estrés, puede suprimir la producción de hormonas asociada con la digestión y la reproducción.
Nuestro yo primitivo exige energía para lucha o huir no descanso y digestión.
2. Beber de 1 a 2 tazas de té verde al día.
Aproximadamente 2 kilos de diversas bacterias intestinales contribuyen a producir serotonina la hormona de la felicidad, además de dopamina, la hormona del placer; noradrenalina, la respuesta de lucha o huida; y GABA, ácido gamma-aminobutírico, inhibidor universal del cuerpo.
El té verde es sumamente rico en antioxidantes que ayudan a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca y la resistencia a la insulina, además contiene L-teanina, un aminoácido que aumenta los niveles de serotonina, dopamina y GABA, que ayudan a proteger el cerebro, en consecuencia a la salud intestinal.
3. Aumentar el consumo de alimentos ricos en triptófano es clave para la salud intestinal
El 95% de la serotonina se produce en nuestro intestino.
Desafortunadamente, a medida que los años hacen sentir sus efectos, los niveles de serotonina disminuyen poco a poco.
Por si eso fuera poco, el estrés y el agotamiento contribuyen aún más a promover su caída, explicando en parte por qué más y más personas pasan por períodos depresivos, ansiosos e insomnio.
Dicho en otras palabras, la depresión, los problemas digestivos, los antojos por alimentos dulces, y los problemas de insomnio pueden indicar un déficit de serotonia.
El triptófano es el precursor de la serotonina que que logra atravezar la barrera hematoencefálica y es un aminoácido esencial, o sea que lo podemos obtener a partir de la dieta.
El triptófano es uno de los aminoácidos conocidos como esenciales. El cuerpo no puede sintetizarlo solo, lo debemos obtener a través de los alimentos.
Una vez absorbido, este aminoácido se convierte en una sustancia con un nombre algo bárbaro: 5-hidroxitriptófano, así que lo llamaremos a partir de aquí 5 – HTP para simplificar.
Una vez en el cuerpo, el 5 – HTP se convierte en serotonina, el mensajero químico responsable del buen humor que permite la transmisión de información de una neurona a otra.
Para aumentar los niveles bajos de la serotonina, lo que debes hacer es o bien obtener triptófano, o su precursor directo: 5 – HTP.
Naturalmente, puedes encontrar triptófano en los alimentos que aportan proteínas como carnes, las aves de corral, pescado, productos lácteos, legumbres, frutos secos, garbanzos y la remolacha.
Preferentemente libre de hormonas y antibióticos.
4. Mínimo 30 minutos diarios de actividad física.
Los objetivos del ejercicio regular deben ser tanto el cerebro como la salud intestinal.
Puede ayudar a mejorar la digestión, la eliminación de los residuos fecales, el sueño, humor, flujo de sangre y el control del nivel del azúcar en la sangre, haciendo que las células sean más sensibles a glucosa y obtener la energía adecuada.
La actividad física también puede aumentar las endorfinas y modular nuestra respuesta al estrés.
El objetivo mínimo debe ser 30 minutos al día, como caminar, yoga, entrenamiento de intervalo alta intensidad (HIIT) o pesas.
Siempre puedes volver a conectar con la naturaleza, por ejemplo, una caminata o una excursión y recuerda practicar la respiración profunda, aspirando al máximo el aire fresco.
No hay que olvidar las maravillosas y efectivas hierbas, los remedios homeopáticos y otras terapias que también están disponibles para mejorar la salud intestinal y del cerebro.
Lo mejor de todo es que es parte de un plan de tratamiento individualizado.
Salud de todo el mundo tiene su propia historia única, y todos los aspectos deben ser abordados para descubrir la causa subyacente de alguna enfermedad o dolencia.
No olvide nunca consultar primero con su médico.
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