El estrés es uno de los factores más negativos que cuando se hace crónico afecta a la salud emocional de los empleados que pueden llegar a sentir un cansancio frecuente, molestias físicas o el síndrome del trabajador quemado. Por esta razón, en el inicio del mes de septiembre es un buen momento para reflexionar sobre qué rutinas pueden ser gratificantes para incrementar la salud emocional en la jornada laboral. En Psicología y Autoayuda compartimos ocho consejos prácticos.
Consejos de salud mental
1. Practica la filosofía de comenzar desde cero cada día tu jornada laboral, sin ir acumulando asuntos pendientes que pasaron ayer. Si tuviste un conflicto con un compañero de trabajo, intenta relativizarlo y que con la perspectiva de un nuevo día, la distancia entre ambos no sea mayor. Así como es natural tener conflictos familiares que son fruto de la convivencia, también es posible que en el contexto profesional, puesto que los trabajadores pasan tantas horas compartiendo en común, puedan existir diferencias. ¡Afróntalas de una forma natural!
2. Tus compañeros de trabajo no tienen por qué ser tus amigos, ni siquiera tienes que sentir simpatía por todos ellos. Lo ideal sería que cuando nos sumamos a un nuevo trabajo tengamos un alto nivel de afinidad con todos los compañeros. Sin embargo, la realidad es distinta y esto no suele ocurrir. Conviene tener siempre presente que en el contexto profesional debemos priorizar la eficacia en el trabajo bien hecho por encima de cuál sea nuestro grado de simpatía hacia otra persona. Lo importante es mantener siempre el respeto.
3. En el contexto profesional actual, existe un alto nivel de incertidumbre puesto que muchos trabajadores conviven con el miedo a ser despedidos. Sin embargo, esta preocupación no mejora la salud mental. Por el contrario, puede ser perjudicial. De hecho, lo más recomendable es aceptar la incertidumbre como una realidad e intentar establecer más planes a corto plazo y menos objetivos a largo plazo.
4. Llega con puntualidad a la oficina y despídete de tus compañeros también en la hora precisa. El tiempo es uno de los factores más valorados por los profesionales y estos sencillos gestos incrementan la calidad de vida personal. No te acostumbres a llevarte trabajo a casa de un modo habitual.
5. No conviertas el trabajo en un monotema en tus conversaciones con tu familia, tus amigos e incluso, en tu propio diálogo interno. Es gratificante desconectar, priorizar otros aspectos de la vida, hacer pausas y recordar que aunque el trabajo es importante no es lo único que de verdad importa. Si convertimos el trabajo en un bien supremo corremos el riesgo de sufrir una gran frustración durante el tiempo libre del fin de semana o las vacaciones.
6. El cansancio del trabajo, además de las largas jornadas laborales suele ser la excusa por la que muchas personas sienten que no tienen tiempo libre para hacer deporte. Puedes ir caminando al trabajo para poder encontrar espacios cotidianos en los que practicar la actividad física.
7. Si el estrés se convierte en un malestar frecuente consulta ayuda profesional antes de que el malestar se agrave. Tu médico de cabecera podrá orientarte sobre la posibilidad de recibir apoyo psicológico. Si la empresa ofrece servicios de coaching para los empleados también podrías valorar la posibilidad de hacer un proceso.
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