¿Cuáles son los aspectos claves a tomar en cuenta al estudiar y escribir nuestros objetivos?
He compactado en estos tips algunas de las recomendaciones que se deben tomar en cuenta al momento de establecer objetivos que te lleven a alcanzar tus metas con éxito.
Evalúa y reflexiona: la única manera de poder decidir razonablemente lo que queremos conseguir, e incluso el cómo lograrlo, es saber dónde nos encontramos en este momento y cuál es nuestro nivel actual de satisfacción. El propósito de esta evaluación es darle una forma objetiva a tus sueños y a la visión que tienes para tu futuro, también te muestra tu situación actual para que puedas determinar hacia donde necesitas ir. La evaluación sin duda te otorga una línea base desde donde comenzar a trabajar. Toma un par de horas esta semana para evaluar y reflexionar sobre tu estado actual. Observa dónde estas, a dónde quieres llegar y escríbelo, de esta forma, a medida que avances en el logro de tus objetivos verás donde estabas anteriormente en comparación con todo el camino recorrido y te motivarás aún más.
Define tus sueños y metas: una de las cosas más maravillosas que tenemos como seres humanos es el deseo insaciable de tener sueños de una vida mejor y la habilidad para establecer metas definidas que nos permitan convertir en realidad esos sueños. Puedes soñar una vida mejor en aspectos económicos, emocionales, espirituales o físicos, pero lo más importante es que tomes un tiempo para dedicarte a describir a dónde quieres llegar. Lo siguiente que debes hacer es dar prioridad a esos puntos. ¿Cuáles son los más importantes? ¿Cuáles son más factibles? ¿Qué te gustaría hacer primero? Debes ubicarlos en orden y acompañarlos de un plan para alcanzarlos.
Diseña objetivos inteligentes con la metodología S.M.A.R.T: (Se trata de un acrónimo en ingles: Specific, Mesurable, Attainable, Realistic, Time-bound) las características que deben tener tus objetivos según este método son:
Metodología S.M.A.R.T
Específicos: Objetivos ambiguos producen resultados ambiguos. Metas incompletas producen futuros incompletos. Es decir, tus objetivos deben ser lo más concretos posibles para poder identificar lo que deseas lograr. Por ejemplo: Voy a bajar de peso no es un objetivo específico, en su lugar debes usar: Voy a correr 30 minutos diarios de lunes a viernes.
Medibles: Nuestros objetivos deben tener la capacidad de ser observables y mesurables, de este modo podemos saber si estamos cumpliendo el plan o no estamos llegando a lo que nos habíamos proyectado. Al medir un objetivo podemos compararlo con la planificación, así, en caso de desviaciones o variaciones conseguiremos decidir qué medidas correctivas vamos a tomar. En el ejemplo anterior correr 30 minutos cada día es medible, y por tanto está correctamente planteado ya que permite saber si no se está cumpliendo.
Alcanzables: Si tus objetivos están muy lejos, es probable que nunca llegues a conseguirlos. Lo que te planteas para un futuro debe poder cumplirse con tus propias capacidades y recursos. Por ejemplo, los objetivos que incluyen a terceras personas no son ideales, ya que pueden afectar toda tu planificación de llegar a una meta.
Realistas: Deben estar dentro de las propias posibilidades. Proponerse algo irrealizable es una puerta abierta al fracaso. Si es la primera vez que vas al gimnasio, trazarte el propósito de ir 3 horas, 7 días a la semana y emplear una compleja rutina solo te dará el resultado opuesto, (no querrás ir al día siguiente).
Con tiempo límite: Los objetivos planteados inteligentemente requieren un margen de tiempo para ser ejecutados. Elaborar un plan de prioridades podría ser de gran ayuda en el recorrido, así como el establecimiento de días o plazos específicos para lograr cada propósito, de otra manera, en caso de no contar con un límite de tiempo se puede caer en la relajación y el objetivo se puede ir postergando hasta el infinito.
Photo: pixabay
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