Todas las personas disponemos de mecanismos para fortalecer la autoestima y optimizar el concepto que tenemos de lo que somos y lo que valemos.
Sin embargo, nadie nos enseña a utilizarlos, y muchas veces terminamos por rendirnos ante un autoconcepto nocivo y desalentador de nosotros mismos.
Hay quienes se creen destinados a tener el peor concepto de sí mismos, y otros que, ni siquiera saben que esa imagen es fabricada por ellos mismos.
Quienes creen que valen poco no pueden sentirse bien consigo mismos, y por lo tanto, tampoco pueden valorar a otras personas, circunstancias o cosas.
Por otro lado, quienes aprenden a valorarse, apreciarse y disfrutar de sí mismos, también son más capaces de disfrutar su vida y de todo cuanto les rodea.
Si quieres aprender a valorarte más y no sabes cómo lograrlo, aquí aprenderás a utilizar los mejores mecanismos para fortalecer la autoestima.
¿Qué son los mecanismos de autoestima?
Los mecanismos para fortalecer la autoestima son las creencias, actitudes y actividades que nos llevan a desarrollar un sano aprecio por nosotros mismos y nuestras capacidades.
Fortalecer la autoestima es una cuestión de percepción, podemos aprender a vernos de manera distinta, e incrementar el valor personal que nos autoasignamos.
Es decir, nuestra autoestima es una creencia, el criterio que nos indica si somos valiosos o despreciables, buenos o malos, capaces o incapaces, etc.
Y el nivel donde esas características se encuentran respecto a sus polos. Concretamente, la autoestima se refiere al valor que nos atribuimos como personas.
¿Necesito fortalecer mi autoestima?
Una pregunta simple pero reveladora: ¿Cuánto valor consideras que tienes? Procura ser lo más honesto posible y esfuérzate en desarrollar tu respuesta.
¿En qué criterios te basas para juzgarte de esa manera?, esos criterios ¿cumplen con tus propias convicciones o con las expectativas de otras personas?…
¿Quién o qué determina cómo “deberías ser”? bien, ahora puedes darte cuenta de muchas cosas, pero sobre todo, de cuál es tu nivel de AUTO-estima.
Para tener un punto de referencia, podemos decir que las señales inequívocas de que necesitas fortalecer tu autoestima son las siguientes:
No sabes lo quieres de la vida.
Tienes poca motivación.
Postergas tus deberes.
Tienes un estilo de vida sedentario.
Mantienes adicciones o prácticas nocivas.
Te consideras incompetente.
No sabes defenderte.
Te aterra decir: “NO”.
Te aíslas, eres tímido o apocado.
Nunca dices lo que realmente piensas.
Dependes emocionalmente de tu pareja.
Eres hipersensible a las críticas.
Nada te apasiona (vacío existencial).
Maltratas o descuidas tu propio cuerpo.
Te aburres, no puedes divertirte.
También es importante señalar que hay ocasiones en que nuestra autoestima puede disminuir como consecuencia natural de problemas y dificultades.
Por ejemplo: un divorcio o separación, un despido laboral, la pérdida de un ser querido, una enfermedad crónica, crisis financieras o problemas legales, etc.
Es decir, es normal y esperable que tu autoestima disminuya ante cualquier experiencia relevante que afecte tu calidad de vida, pero sólo temporalmente.
Durante las “malas rachas” o “épocas duras” es natural que nuestro estado de ánimo decaiga, incluso teniendo una buena autoestima, no somos máquinas.
Sin embargo, una persona con autoestima elevada pondrá todo su empeño para enfrentar el desafío, y de considerarlo necesario pedirá ayuda profesional.
Si te identificas con estas experiencias o ya las superaste, pero aun así percibes la necesidad de fortalecer tu autoestima, entonces debes poner manos a la obra.
10 mecanismos para fortalecer la autoestima
Nuestra autoestima depende en gran parte de nuestra dieta mental, es decir, de la calidad de nuestros pensamientos y actitudes hacia nosotros mismos.
Por lo tanto, debes enfocar tus esfuerzos en crear contenido de calidad para tu mente, tanto en la forma en que piensas sobre ti, como en tus experiencias.
Y esto sólo lo puedes lograr, si estimulas aquellas ideas y actividades que “le hablen bien” a tu propia mente, de lo que eres y la forma en que te conduces.
Nuestra recomendación es poner en práctica los mecanismos para fortalecer la autoestima, durante un periodo mínimo de 30 días para lograr buenos avances.
1. Aspecto personal
De todas las rutinas, esta es la más fácil de llevar a cabo y la que más pronto da resultados, sin embargo, es tan básica, que muchas veces la pasamos por alto.
Generalmente nos arreglamos para otros cuando asistimos a un evento, y solemos subestimar el impacto de nuestra estética personal sobre nosotros mismos.
¡Arréglate y vístete para ti! Al invertir más en tu higiene, aspecto personal y vestimenta invariablemente comenzarás a sentirte mucho más atractivo.
La gente que te rodea lo notará y te lo hará saber. Si no tienes idea de cómo mejorar tu arreglo personal observa los aparadores de las tiendas de ropa.
Pon atención a los conjuntos, consulta revistas o acude a la estética y pide sugerencias al personal, mejor aún pide a un amigo que te acompañe y asesore.
2. Cuida tu cuerpo
Sin lugar a dudas cuidar tu cuerpo y ejercitarlo hará que te sientas fuerte y lleno de energía. Además, reducirás tus niveles de estrés y estrás de buen humor.
No se trata de cambiar tu cuerpo de la noche a la mañana, sólo enfócate en hacerlo y déjate llevar, sin importar cuál sea tu complexión o cuanto peses.
Respecto a tu alimentación procura reducir la ingesta de azúcar y carbohidratos (comida chatarra), consume vegetales variados y toma mucha agua.
En unos cuantos días podrás notar como tu sueño y apetito se van regularizando, además le estarás enviando a tu mente un poderoso mensaje subliminal:
“Soy una persona valiosa, por lo tanto, me amo y cuido de mí”. 20 minutos de ejercicio al día es suficiente para lograr un impacto positivo en tu autoestima.
3. Congruencia
Habitúate a mantener un comportamiento acorde al bienestar, evita fruncir el sueño, apretar la boca, y mover las piernas o manos nerviosamente.
Exprésate de acuerdo a tus propias convicciones, sé directo, habla con voz sonora y sin vacilaciones. Practica con amigos y sus reacciones te sorprenderán.
Al caminar elimina la rigidez de tu cuerpo, siempre manteniendo la frente en alto (no te encorves). Y lo más importante: diviértete, sonríe y se tú mismo.
4. Ejerce liderazgo
Ser líder es simplemente invitar a los demás a conocer tu realidad, no necesitas convertirte en jefe de la compañía, capitán generalísimo o alcalde de la ciudad.
Eres un líder cuando te enfocas en tus propios gustos y convicciones, en lugar de reaccionar a la opinión, actitudes o preferencias de otras personas.
Tu liderazgo radica en que los demás te escuchen y tomen en cuenta. Enfócate en aquellas cosas en las que eres bueno, o mejor aún en las que eres un experto.
Habla constantemente de aquello que te apasiona, involúcrate ayudando a solucionar problemas y pon tus habilidades al servicio de la gente que te rodea.
5. Apasiónate
Dedícate de manera constante a aquello que más te entusiasma, y si ya estás en camino sólo hazlo con pasión y comprometiéndote contigo mismo:
“Durante los próximos (X) días me dedicaré a realizar apasionadamente aquello que más amo en la vida”. Y recurre a este compromiso con frecuencia.
Si actualmente no tienes un interés particular sobre algo, entonces es hora de que repases tu lista de sueños pendientes y enciendas la llama de la pasión.
Todos tenemos intereses distintos, y aquí es donde precisamente entra la autoestima. Date el permiso de realizar aquello que siempre has dejado rezagado:
Emprender un negocio, afiliarte a un club de lectura, escribir poesía, aprender a cantar, iniciar (o terminar) una carrera, escalar montañas, salir con tus hijos, etc.
Seguramente ya habrás escuchado aquello de “todos somos únicos e irrepetibles”, bueno pues no sólo es cuestión de tu huella dactilar, sino de tu huella de vida.
Entregar parte de tu tiempo, a una actividad que según tus intereses haga del mundo un lugar mejor, es algo que nadie jamás podrá hacer por ti, sólo tú puedes.
6. Sé compasivo
Durante tu entrenamiento esta será tu oportunidad para dar algo y desprenderte de tu ego. Empieza a dejar huella en la vida de otros sin pedir nada a cambio.
Haz algo con lo que puedas decirte a ti mismo: “Soy una persona tan increíble que puedo contribuir de manera valiosa al bienestar de otras personas”.
Visita un asilo para ancianos, un orfanato, acude de voluntario a un hospital, apoya en los servicios de tu iglesia, planta un árbol, adopta un perrito, etc.
Si tienes hijos, sobrinos o amistades con niños, pídeles que te acompañen y al mismo tiempo estarás haciendo algo que muy pocos hacen: educar con el ejemplo.
7. Diviértete
Planea actividades que te hagan reír y pasarla bien. Dedica un día a la semana a olvidarte de tus preocupaciones, y has todo lo posible por DISFRUTAR DE TI MISMO.
Ve al cine, acude a los bolos, escucha un concierto, prepara un platillo, lee un libro entretenido, sal a pasear con tu mascota, asiste a un lugar desconocido
visita un museo, juega al futbol con tus hijos, prepárale una cena romántica a tu pareja ¡y sedúcela! En fin ¿Cuántas experiencias eres capaz de disfrutar?
Búrlate de tus problemas, aprende a saborear el simple hecho de estar vivo y agradece todas las posibilidades que esto implica, y si, ¡es muy divertido!
Esta actividad (al parecer tan sencilla) para quienes no están acostumbrados a divertirse puede ser todo un desafío. Divertirse es sano, placentero y necesario.
8. Socializa
Proponte salir con otras personas cada fin semana durante los próximos días. Cultiva tu círculo, sal con tus conocidos y aprovéchalos para conocer gente nueva.
No importa si tienes pocos o muchos amigos, lo importante es seleccionar a personas que realmente te estimen y sean una influencia positiva para tu vida.
Aun si crees que no eres una persona muy sociable, o incluso si consideras que no tienes amigos, no te desanimes ¡iniciativa es lo único que necesitas!
Toma el teléfono y queda con alguien, será suficiente con estar dispuesto y hacer la prueba. Te sorprenderá la cantidad de gente que espera una llamada así.
¿Por qué es tan importante socializar? Simple, porque es una de las experiencias donde más puedes poner en práctica las actividades que ya hemos mencionado.
El hecho de salir con gente positiva te ayuda a retroalimentar la imagen que tienes de ti mismo, conocer a gente nueva te hará sentir interesante y valiente.
Como consecuencia empezarás a sentir una sana adicción por cuidarte y mejorarte cada vez más. Y por supuesto, disfrutarás más la compañía de otras personas.
9. Mentalízate
Mentalizarse significa preparar la mente a través de mensajes que seleccionarás previamente, para despertar o estimular determinadas emociones.
Puedes hacerlo diseñando tú mismo tus mensajes, por ejemplo: “Me amo y me acepto, soy una persona que disfruta de sí misma en cualquier momento”.
Puedes tomar como fuente de inspiración: frases de libros, documentales, películas, entrevistas, biografías, o incluso ¡tus propias experiencias de vida!
Sabrás que has seleccionado el mensaje correcto cuando este te haga sentir de manera especial, y seas capaz de recordarlo y repetirlo con facilidad.
El objetivo de este mensaje es interiorizarlo y reflexionar sobre ello de manera periódica: ¿Por qué me quiero decir esto a mi mismo?, ¿Por qué creo que soy así?…
10. Planifica
Debes concéntrate en la práctica de los mecanismos para fortalecer la autoestima, para que tu mente se adapte por completo a tu nueva autoimagen.
Es indispensable que revises tu agenda, elijas con antelación el tiempo que dedicarás “a quererte” y dosifiques bien tus actividades a lo largo de la semana.
Sin embargo, tampoco debes excederte, el límite para ponerlos en práctica depende de la relación entre tu espacio disponible y tus tareas obligatorias.
Para obtener buenos resultados, será más importante que te centres en la calidad e intensidad de las actividades, que en la cantidad de hits o repeticiones.
¿Qué puedo hacer después?
La autoestima es un proceso que está siempre en construcción, y como cualquier otra habilidad, nuestras metas deben estar orientadas a la permanencia.
¿Quién se toma la molestia de aprender un nuevo idioma, para después nunca ponerlo en práctica? Sólo aprendemos lo que realmente vamos a utilizar.
El músculo que no se usa se atrofia. El hecho de que hayas aprendido a fortalecer tu autoestima, no significa que ya nunca tendrás que trabajar en ella.
Las habilidades se adquieren con miras a utilizarlas constantemente, hasta que dejan de representar un reto y se convierten en “nuestra forma de ser”.
Fortalecer la autoestima requiere disposición y esfuerzo. No existe una receta para la autoestima eterna, pero si mecanismos para mantenerla.
Si practicas los mecanismos para fortalecer la autoestima con determinación, además de obtener buenos resultados terminarás sorprendiéndote a ti mismo.
Esperamos que esta guía para fortalecer la autoestima te haya resultado útil. Si tienes dudas o inquietudes no dudes en contactarnos, será un gusto poder ayudarte.
REFERENCIAS: Roca, E. (2013). Autoestima sana: una visión actual basada en la investigación. Valencia: ACDE Ediciones. || Torrabadella, Paz. (1998). Test y ejercicios prácticos para aumentar la autoestima y actuar de manera positiva. Barcelona : Integral. || Ross, M. (2013). El mapa de la autoestima. Buenos Aires: Dunken.
Consulta la publicación original: "" de Ayuda Psicológica en Línea.