Partiendo del concepto de violencia doméstica, voy a dirigir el artículo hacia la violencia en la pareja o el noviazgo, que es cada vez más común en la adolescencia.
Cómo se produce la violencia en el noviazgo y cuáles son sus principales causas, son algunos de los temas que se abordarán para aclarar, informar pero sobre todo prevenir este problema que tiende a aumentar, asumiendo situaciones cada vez más graves.
Violencia doméstica: entendida en las sociedades occidentales y en sentido amplio, como la práctica de uno o más delitos en el contexto de una relación de parentesco, adopción, afinidad o simplemente intimidad.
Violencia en el noviazgo: es un acto de violencia, puntual o sucesiva, cometido por una de las personas en una relación amorosa. Ocurre cuando una de las dos partes ejerce poder y control sobre el otro para conseguir lo que quiere.
Se estima que uno de cada cuatro jóvenes o adolescentes es víctima de la violencia en el noviazgo. Este tipo de violencia se considera un delito público punible por la ley y forma parte del marco jurídico de la violencia doméstica.
¿Cómo identificar la violencia en el noviazgo?
La violencia en las citas se identifica a través de:
Abuso físico y psicológico.
Abuso y violencia sexual, intimidación.
Humillación.
En las etapas iniciales, la mayoría de los jóvenes que sufren violencia en una relación de pareja consideran que es natural que su novio o novia exprese o demuestre su amor, terminando por considerar que los celos excesivos y las actitudes agresivas de control y los sentimientos de posesión son comportamientos normales, aunque no se sientan bien pensando la mayor parte del tiempo: “Si está celoso es porque le gusto mucho“.
¿Cuáles son las principales causas de la violencia en las citas?
Tendencia a ejercer la violencia basada en creencias y actitudes, por ejemplo, pensar que la manera más fácil y rápida de resolver una situación es ser violento o agresivo;
Niños víctimas de agresión y violencia Ex: Niños que crecen observando comportamientos de violencia o agresión en sus figuras de referencia (padres).
Celos posesivos, trastornos psicológicos, uso de alcohol y drogas, etc.
Varias formas de violencia:
La violencia no consiste sólo en puñetazos y patadas, es decir, violencia física; la violencia más común es emocional: insultos, humillaciones, amenazas, intentos de control.
En el cortejo, las agresiones son mutuas y la víctima interpreta estos actos “erróneamente” como celos, minimizando el episodio, y cree que con el matrimonio, las cosas cambiarán. Pero esto no siempre es cierto y la violencia generalmente se intensifica.
Algunas mujeres terminan sufriendo tanto como las que ya están casadas, diferenciándose sólo por la inexistencia del vínculo del matrimonio y los hijos. Pero la ocurrencia de la violencia en el noviazgo debería representar “una señal de alarma” para las mujeres.
Como en el matrimonio, también en las citas “el miedo de la mujer es aliado del agresor”. El miedo a la persecución y a las represalias la lleva a rendirse al dominio de su novio, lo que a menudo le impide reaccionar antes.
¿Cuáles son las principales consecuencias de la violencia en las citas?
Algunas de las principales consecuencias de la violencia en las citas desencadenan los siguientes signos y síntomas:
Pérdida de apetito
Manchas negras en el cuerpo y/o la cara
Nerviosismo
Tristeza
Ansiedad
Sentimientos de culpa
Baja autoestima
Depresión
Aislamiento
Embarazo no deseado
Enfermedades de transmisión sexual
Bajo rendimiento escolar o abandono escolar
Suicidio (en una etapa posterior del problema)
Aunque hay algunos casos de violencia por parte de las mujeres hacia los hombres, la mayor parte de la violencia en las relaciones de pareja es ejercida por los hombres. Los casos de violencia se identifican en todas las parejas (independientemente de su orientación sexual, raza, religión, grupo de edad, etnia o estrato social). Es urgente concienciar a los jóvenes de esta realidad para prevenir e intervenir en situaciones en las que hay signos de violencia en el noviazgo, porque el amor no es obsesión y la violencia no es amor.