Según las Naciones Unidas, siete de cada diez mujeres en el mundo han sufrido violencia de género en algún momento de su vida, y una de cada cuatro la han padecido durante el embarazo. Se trata de un problema social que sucede puertas adentro pero que puede tener consecuencias fatales. La misma organización sostiene que en el 38% de los casos de asesinato de una mujer, el homicida es la pareja.
Vale recalcar que este tipo de agresión no es solo física, sino que implica toda una serie de estrategias psicológicas que realiza el hombre violento sobre su víctima para poder dominarla.
Distintos medios y organizaciones, como Womens Aid y Ni Una Menos, han arrojado luz sobre este tema, para ayudar a las mujeres a detectar los signos de violencia doméstica. Aquí te indicamos cuáles son los síntomas a los que debes prestar atención, para detectarla a tiempo y tomar las medidas necesarias.
Violencia verbal.
Es el primer paso del agresor para denigrar a la mujer y tenerla bajo su dominio. El objetivo es destruir su autoestima y generar en ella miedo y sentimiento de culpa.
Te humilla en público o en privado, por tu aspecto o comportamiento.
Te insulta, se burla de ti o te amenaza a ti o a tus hijos.
Muestra celos extremos y te acusa de querer seducir a otros hombres.Esta situación hace tambalear la salud mental de la mujer. Como consecuencia, la víctima puede sentir palpitaciones, temor, insomnio, vergüenza, culpa y ahogo.
Violencia física
El siguiente paso es el daño físico no accidental que puede derivar en enfermedad.
Pérdida del control con empujones, golpes y bofetadas.
Te fuerza a mantener relaciones sexuales o participar de prácticas sexuales contra tu voluntad.
Quiere decidir por ti sobre tu salud sexual o reproductiva.Luego de un estallido de violencia verbal o física, el agresor convence a la víctima de que está arrepentido, que fue un exabrupto, que la ama y que no volverá a pasar.
Maltrato social.
El hombre violento, de a poco, aleja a su pareja de su círculo social.
Te separa de tu familia y amigos, criticándolos y dificultando que los contactes.
Controla cada paso que das, desde tus actividades hasta la ropa que usas.
Te dificulta pasar tiempo sola y cuando lo consigues, te pide explicaciones sobre qué has hecho y con quién has estado.
Te obliga a darle la contraseña de acceso a tu correo personal y redes sociales.
Da por hecho que la mujer es un ser inferior en la sociedad.Maltrato económico.
El hombre le quita a su pareja cualquier tipo de independencia económica.
Controla todos tus movimientos financieros.
Te obliga a entregarle tus ingresos.
El maltratador puede dejar de trabajar para forzarte a sostener el hogar.¿Cómo reacciona la víctima?
Esto puede depender de la personalidad de cada mujer, pero muchas veces la víctima niega la situación. La víctima de violencia doméstica siente miedo de su pareja y teme por sus cambios de humor. Esto genera una angustia tal que puede derivar en depresión, stress agudo, conductas adictivas y problemas de confianza para futuras relaciones.
Acabar con la violencia contra mujeres y niñas
Varias formas de violencia
Se estima que el 35 por ciento de las mujeres de todo el mundo han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia sexual por parte de una persona distinta a su compañero sentimental en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios nacionales demuestran que hasta el 70 por ciento de las mujeres han experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida.
Las mujeres que han sufrido maltrato físico o sexual por parte de sus compañeros tienen más del doble de posibilidades de tener un aborto, casi el doble de posibilidades de sufrir depresión y, en algunas regiones, 1,5 veces más posibilidades de contraer el VIH, en comparación con las mujeres que no han sufrido violencia por parte de su compañero sentimental.
Pese a que la disponibilidad de datos es limitada y que existe una gran diversidad en la manera en que se cuantifica la violencia psicológica según países y culturas, las pruebas existentes reflejan índices de prevalencia altos. El 43 por ciento de las mujeres de los 28 Estados Miembros de la Unión Europea han sufrido algún tipo de violencia psicológica por parte de un compañero sentimental a lo largo de su vida.
Se estima que en prácticamente la mitad de los casos de mujeres víctimas de homicidios en todo el mundo en 2012, el autor de la agresión fue un familiar o un compañero sentimental, frente a menos del 6 por ciento de hombres asesinados ese mismo año.
Según una encuesta realizada en 2016, más de 1 de cada 4 mujeres en Washington D. C. (Estados Unidos) han experimentado algún tipo de acoso sexual en el transporte público.
Más de 750 millones de mujeres que viven actualmente en todo el mundo se casaron siendo niñas (con menos de 18 años de edad). El matrimonio infantil es más común en África Occidental y Central, donde más de 4 de cada 10 mujeres se casaron antes de cumplir los 18 años y alrededor de 1 de cada 7 estaban casadas o viviendo en pareja antes de los 15 años. El matrimonio infantil suele dar lugar a embarazos precoces y al aislamiento social, interrumpe la escolarización, limita las oportunidades de las niñas y aumenta su riesgo de sufrir violencia doméstica.
Unos 120 millones de niñas de todo el mundo (algo más de 1 de cada 10) han sufrido el coito forzado u otro tipo de relaciones sexuales forzadas en algún momento de sus vidas. Con diferencia, los agresores más habituales de la violencia sexual contra niñas son sus maridos o exmaridos, compañeros o novios.
Al menos 200 millones de mujeres y niñas que viven actualmente han sufrido la mutilación genital femenina en los 30 países donde existen datos de prevalencia representativos. En la mayoría de estos países, la mayoría de las niñas fueron mutiladas antes de cumplir los 5 años.
Las mujeres adultas representan el 51 por ciento de las víctimas de trata de seres humanos detectada a nivel mundial. En conjunto, las mujeres y las niñas representan el 71 por ciento, siendo las niñas casi tres de cada cuatro víctimas infantiles de la trata. Casi tres de cada cuatro mujeres y niñas víctimas de la trata lo son con fines de explotación sexual.
Una de cada 10 mujeres de la Unión Europea declara haber sufrido ciberacoso desde la edad de los 15 años, lo que incluye haber recibido correos electrónicos o mensajes SMS no deseados, sexualmente explícitos y ofensivos, o bien intentos inapropiados y ofensivos en las redes sociales. El mayor riesgo afecta a las mujeres jóvenes de entre 18 y 29 años de edad.
Se estima que 246 millones de niñas y niños sufren violencia relacionada con el entorno escolar cada año, y una de cada cuatro niñas afirma que nunca se ha sentido segura utilizando los aseos escolares, según indica una encuesta a jóvenes realizada en cuatro regiones. El alcance y las formas de la violencia relacionada con el entorno escolar que sufren niñas y niños varían, pero las pruebas señalan que las niñas están en situación de mayor riesgo de sufrir violencia sexual, acoso y explotación. Además de las consecuencias adversas que produce en la salud psicológica, sexual y reproductiva, la violencia de género relacionada con el entorno escolar es un impedimento de envergadura para lograr la escolarización universal y el derecho a la educación de las niñas.
En una encuesta realizada en 27 universidades de los Estados Unidos en 2015, el 23 por ciento de las estudiantes universitarias de pregrado declararon haber sufrido algún tipo de agresión sexual o conducta sexual indebida. El índice de denuncias ante funcionarios del campus, fuerzas del orden u otros oscila entre el 5 y el 28 por ciento, según el tipo específico de conducta.
En un estudio realizado por la Unión Interparlamentaria en 39 países de cinco regiones, el 82 por ciento de las parlamentarias encuestadas declararon haber experimentado alguna forma de violencia psicológica durante su mandato. Definieron la violencia psicológica como los comentarios, gestos e imágenes de índole sexual, sexistas o humillantes que se hacen en su contra, o las amenazas y/o formas de acoso de las que han podido ser objeto. Mencionaron las redes sociales como el principal canal a través del cual se ejerce esta violencia psicológica. Casi la mitad de las encuestadas (el 44 por ciento) informaron haber recibido amenazas de muerte, violación, agresión o secuestro contra ellas o sus familias.
Medidas para abordar la violencia
En la mayoría de los países donde existen datos, menos del 40 por ciento de las mujeres que sufren violencia buscan algún tipo de ayuda. Entre las mujeres que lo hacen, la mayoría recurre a la familia y amistades, y muy pocas confían en instituciones y mecanismos oficiales, como la policía o los servicios de salud. Menos del 10 por ciento de aquellas mujeres que buscaron ayuda tras haber sufrido un acto de violencia lo hicieron recurriendo a la policía.
Al menos 140 países han aprobado leyes sobre violencia doméstica, y 144 tienen leyes sobre el acoso sexual. Sin embargo, ni siquiera contar con una ley garantiza que los países respeten o implementen siempre e los estándares y las recomendaciones internacionales. Todavía hay 37 países en los que no se procesa a los autores de violaciones que están casados o se casan posteriormente con la víctima.
La disponibilidad de datos sobre la violencia contra las mujeres ha aumentado significativamente en los últimos años. Desde 1995, más de 100 países han llevado a cabo al menos una encuesta tratando esta cuestión. Más de 40 países llevaron a cabo al menos dos encuestas en el periodo entre 1995 y 2014, lo que significa que, dependiendo de la comparabilidad de las encuestas, se podrían analizar los cambios a lo largo del tiempo.Violencia grupos vulnerables
Las pruebas reflejan que determinadas características de las mujeres, como, por ejemplo, la orientación sexual, la discapacidad o la etnicidad, y algunos factores contextuales, como las crisis humanitarias, incluidas las situaciones de conflicto y posteriores al conflicto, pueden aumentar la vulnerabilidad de las mujeres ante la violencia.
En 2014, el 23 por ciento de las mujeres no heterosexuales (aquellas que identificaban su orientación sexual como lesbianas, bisexuales u otras opciones) entrevistadas en la Unión Europea indicaron haber sufrido violencia física y/o sexual por parte de agresores de ambos sexos, en comparación con el 5 por ciento de mujeres heterosexuales.
En una encuesta realizada a 3706 alumnas de primaria de Uganda, el 24 por ciento de las niñas de 11 a 14 años con discapacidad dicen haber sufrido violencia sexual en la escuela, frente al 12 por ciento de las niñas sin discapacidad.Si estás pasando por una situación de violencia doméstica, no vaciles y pide ayuda lo antes posible.
Ninguna mujer o niña merece ser maltratada. NUNCA.