En efecto, el reino vegetal, ademas de proporcionar los alimentos más sanos y sabrosos, brinda las medicinas mas eficaces para preservarse de la enfermedad y restablecer la salud quebrantada por transgresión de la ley natural.
"ser peor el remedio que la enfermedad". En parte esto fue favorecido por el hecho de que la terapéutica vegetal fue desdeñada por la mayoría de médicos.
Afortunadamente, hoy la fitoterapia, sometida a los más exigentes cánones científicos, es ya reconocida por todos como rama imprescindible de la terapéutica, y apreciada como uno de los principales recursos de la medicina natural.
Para utilizar bien las plantas, la mejor preparación dependerá dependerá de que ésta sea fresca o seca y que de la parte que se utilice de la misma sea la flor, la baya, la extremidad en flor, la hoja, el tallo, la corteza, la barba, el cono, la yema, la raíz o su totalidad.
Independientemente, de las preparaciones que requieran un material especializado como esencias o extractos, vamos a indicar los procedimientos más normales como la decocción, infusión, maceración y "digestión.
Para la infusión, se echa la planta en agua hirviendo y se retira del fuego, manteniéndose el recipiente lo más cerrado posible para evitar así la volatilización de sus diferentes principios útiles, como es el caso de algunas plantas, como la malaria, de la que es necesario conservar sus valiosos salicilatos, el recipiente deberá ser herméticamente cerrado.
La preparación se deja así durante algunos minutos si debe tomarse caliente (por ejemplo, después de una comida), hasta que se enfríe si se trata de una tisana-bebida que deba ingerirse en el transcurso de la jornada.
La decocción puede realizarse, bien poniendo la planta en agua fría y haciéndola después hervir durante un corto espacio de tiempo, bien introduciéndole directamente en agua hirviendo dejándola después al fuego durante algunos minutos, que en general bastan dos o tres minutos, aunque a veces como sucede en los casos de las hojas de boj, el tiempo de ebullición debe ser más largo.
Para la maceración, la planta se pone en agua fría (en este caso se denomina una "digestión") o en agua hirviendo, manteniéndola así durante varias horas (en general toda la noche); a veces, la planta debe hervir durante bastante tiempo y ser mantenida al calor durante varias horas.Este tipo de maceración se hace generalmente con agua, pero ésta puede ser sustituida por aceite (en especial en la preparación de aceites para masajes) y en estos casos, toda la operación (ebullición y maceración en caliente) se realiza al baño maría ( el recipiente que contiene el aceite es colocado en otro de agua que se encuentra en contacto directo con la fuente de calor). También se puede mantener hirviendo al baño maría durante media o una hora (ya que se necesite tiempo para que el calor del agua alcance al aceite y su recipiente), dejando a continuación el recipiente sobre un recipiente sobre un radiador a lo largo de toda la noche.
Por regla general las flores y extremidades en flor se emplean solo en infusiones; los tallos, barbas, hojas, conos, yemas o plantas completas, en decocciones ligeras, bien introduciendo en agua fría, llevando a ebullición y retirando del fuego, o bien introduciendo en agua en agua hirviendo y dejando así durante dos o tres minutos; las raíces y cortezas deben ser sometidas a una ebullición ligeramente prolongada ( de cinco a diez minutos).