Las prácticas de mindfulness a las que Jon Kabat-Zinn puso nombre en Occidente, provienen del budismo y David Loy, en “un nuevo sendero budista” nos ofrece un desarrollo de las intersecciones de las enseñanzas budistas con el mundo moderno.
“Un nuevo sendero budista”. La búsqueda de la iluminación en el mundo moderno. David Loy. Editorial Kairós.
Confieso que si me tuviese que definir “religiosamente” hablando, diría que soy un agnóstico profundamente interesado por las enseñanzas del lado místico de las religiones y en especial por aquellas que vienen del budismo y en concreto de “la filosofía Zen”.
Pero en el camino, hace años apareció el descubrimiento de mindfulness de la mano de Jon Kabat Zinn y me permitió conocer una serie de prácticas que, fuera de todo condicionamiento religioso, me ofrecían la posibilidad de reunir un gran conjunto de herramientas válidas para nuestro desarrollo personal y profesional sin tener que “creer” o “no creer”. Es la práctica de la atención plena o mindfulness
Es por eso que recomiendo la lectura de libros como este que te presento hoy del filósofo budista David Loy, que tiene otro estupendo libro para encontrar muchas de las claves de porqué en el mundo está ocurriendo lo que está ocurriendo y que es “El gran despertar. Una teoría social budista” también publicado por Kairós.
Practicar mindfulness es poner atención en nuestro día a día para ser conscientes en todo momento de lo que ES aquí y ahora. Instante presente tras instante presente y en un nuevo sendero budista, el autor, además de esbozar los rasgos fundamentales del budismo, nos pone en la tesitura de reconocer si, a través de mindfulness, lo que se desea es trascender el mundo o permanecer implicado en él.
Dice Loy en Un nuevo sendero budista que “Algunas versiones contemporáneas del budismo entienden el sendero budista como un programa de desarrollo psicológico que nos ayuda a afrontar nuestros problemas personales, especialmente la “mente simiesca” y sus emociones aflictivas” y que “el movimiento mindfulness constituye otro prometedor desarrollo, pero, igual que la psicoterapia, tales perspectivas sobre el budismo tienden a poner el acento en la aceptación y la adaptación a este mundo”
Es por esa línea de trabajo y reflexión que David Loy nos presente en este un nuevo sendero budista lo que me llama para recomendarte su apasionante lectura, porque ahí está la clave de la discusión entre aquellos que creemos fervientemente en que la práctica de mindfulness derivada de los trabajos de Jon-Kabat Zinn como precursor de su uso “desideologizándola” de toda pátina religiosa, sirve y mucho para el desarrollo personal y profesional en el mundo actual, pues soy de los que me apasiona el mundo en el que habito, y aquellos que, con todos los respetos, creen que mindfulness es una parte indisoluble del budismo y que, por tanto, no se debe suprimir el verdadero trasfondo religioso de la cuestión.
Creo, y así lo apunta Loy en Un nuevo sendero budista que la clave está más en pensar que, en realidad, no somos seres separados e independientes como cabría pensar en un mal uso de mindfulness que se derivaría en lo que se está dando a conocer como McMindfulness, (te recomiendo la lectura del artículo) sino que formamos parte de una unidad y que, por tanto, nuestro propio desarrollo personal y profesional no debe ser trabajado como una práctica egocéntrica más, sino como parte de un deseo de transformación del mundo en el que vivimos para conseguir que sea un lugar más habitable. Es, al fin y al cabo, un nuevo “gran despertar”. Por eso hay que tener mucho cuidado con la práctica, por ejemplo, de mindfulness en la empresa y el trabajo. La práctica lleva la aceptación pero no la resignación. Practicar mindfulness es, en sí mimso, el nacimiento de una revolución interior y en muchas empresas está siendo utilizado como una nueva herramienta de explotación.
Te recomiendo la lectura pausada y reflexiva de Un nuevo sendero budista porque sea como sea, bien desde una profunda creencia religiosa o desde la práctica de unas herramientas que nos favorecen el nacimiento de una nueva forma de SER, ESTAR, HACER y TENER ante un mundo hacia la nueva era, es importante reconocer y saber que como individuos, mucho podemos hacer por mejorar el mundo en el que habitamos.
Mindfulness no debe de ser un proceso de individualización de vuelta a la cueva y autoaislamiento, sino de resurgimiento de un nuevo despertar hacia un mundo más humano en el que los valores sociales sean punta de lanza de una profunda transformación.
Muchos son los retos y muchos los problemas pero también las oportunidades. Como señala David Loy “Ha llegado a ser evidente, para cualquiera que preste atención, que vivimos momentos críticos. Los desafíos más obvios son el ecológico y el conómico, pero hay otros muchos problemas que pueden añadirse, especialmente la superpoblación. Nuestra finita biosfera no puede sostener indefinidamente un sistema económico que exige un crecimiento indefinido para evitar el colapso, ni una especie cuyo número explosivo parece exigir tal crecimiento. Lo que resulta tan evidente es que hay un problema incluso más fundamental que subyace a tales crisis: en su raíz se halla una historia defectuosa acerca de quiénes somos, qué es el mundo y cuál nuestro papel en él”.
Un libro, este un nuevo sendero budista que puedes complementar con las lecturas de estos otros que te recomendaba en estos artículos:
– “Despertar espiritual y acción política”
–“crisis actual: espiritualidad y política”
– “Hora de despertar: Política y espiritualidad”
–“Cambiar tu vida para cambiar el mundo: Acción y meditación”
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