Según el Budismo todos los seres tienen un deseo innato de acercarse a la felicidad y evitar el sufrimiento. Si no conseguimos nuestro objetivo es porque desconocemos qué origina la felicidad y el sufrimiento. El estado de felicidad surge de la paz interior y el conocimiento de uno mismo, mientras que la infelicidad es consecuencia de la ignorancia.
Mira también Qué es el Qi y Cómo Utilizarlo
Las enseñanzas de Buda
Hace más de 2.500 años, Siddharta Gautama, también llamado Buda y Sakyamuni, alcanzó la liberación del sufrimiento (nirvana), un estado en el que se percibe con perfecta claridad la verdadera naturaleza de las cosas y desde entonces el conjunto de sus enseñanzas , el budismo, se considera el sendero (dharma) que conduce a este estado de felicidad absoluta. El factor decisivo en la transformación personal es la mente. Prácticas budistas como la meditación, constituyen medios para transformarse uno mismo y desarrollar cualidades como el recto conocimiento.
Según la calidad de nuestra mente, así será la calidad del mundo que percibamos. Si mejora la calidad de la mente, mejorará la calidad de las percepciones y las experiencias, y la realidad parecerá perfecta tal como es.
Mira también Gimnasia para la Mente . El Poder de las Afirmaciones
La Mente y la Paz Interior
Según el budismo, la felicidad y el sufrimiento son estados mentales.
Las circunstancias externas en sí mismas no son la causa de nuestra felicidad o nuestro sufrimiento, desde el momento que una misma circunstancia puede ser origen de dolor para una persona y de placer o indiferencia para otra.
Los problemas y las dificultades son sensaciones desagradables que surgen de la mente, de nuestra interpretación de la realidad. La felicidad sólo puede surgir de una mente en calma. Sin esta paz interior ninguna situación externa nos hará felices. La paz interior se favorece con la práctica de la meditación que nos ayuda a comprender cómo funciona la mente.
Según la ley del karma, nuestra acciones mentales también tienen efectos o consecuencias. Por eso, es importante aprender a observar nuestros pensamientos y nuestras emociones.
Los pensamientos que generan percepciones distorsionadas de nosotros mismos, de los demás y de la realidad que nos rodea son la base sobre la que se asientan engaños, tales como la confusión y el apego.
Mira también Mente Dominadora
Bases de la filosofía budista
Buda no pretendió ser un mensajero divino, sino que atribuyó sus logros al esfuerzo y la inteligencia humana. Sus enseñanzas pueden ponerse en práctica en la vida diaria, en el aquí y el ahora, y constituyen un camino que conduce gradualmente al ser humano a la compresión de la verdad a través de su propia disciplina y desarrollo intelectual, emocional y espiritual.
La liberación del sufrimiento
La esencia de las enseñanzas del budismo está contenida en las cuatro nobles verdades, enunciadas por Siddharta Guatama.
. La primera noble verdad afirma que la naturaleza de la vida es sufrimiento (dukkha). El nacimiento, la vejez, la enfermedad, la muerte, asociarse con lo indeseable, separarse de lo deseable y no obtener lo que se desea, todo ello conlleva sufrimiento. Por eso, mucha gente considera el budismo como una filosofía pesimista, pero en realidad no es ni pesimista ni optimista, sino que propone una visión realista de la vida y el mundo, del mismo modo que un médico diagnostica los síntomas, comprende la causa de la enfermedad, descubre que puede ser curada y prescribe un tratamiento.
. La segunda noble verdad establece que la causa del sufrimiento es el deseo, acompañado de las pasiones que buscan la satisfacción y el placer. El budismo pone como ejemplo de estas pasiones tres venenos o fuegos: la ignorancia, el odio y el apego.
Dharma
. La tercera noble verdad dice que el sufrimiento se extingue si se suprima su causa. La liberación del deseo se denomina nirvana, término Sanskrito que los budistas también identifican con la verdad o realidad última.
. La cuarta noble verdad describe el sendero que conduce al cese del sufrimiento y a la experiencia del nirvana, conocido como el camino medio, así llamado porque evita los dos extremos: la búsqueda de la felicidad a través del apego a los placeres de los sentidos y su opuesto, las diferentes formas de ascetismo.
Para acceder a la plenitud, el ser humano debe desarrollar dos cualidades: compasión y sabiduría. La primera significa amor, amabilidad y tolerancia, es decir, virtudes afectivas, mientras que la segunda representa el aspecto intelectual.
Un camino de perfección
Al camino medio se le llama también el noble óctuple sendero, porque se compone de ocho elementos:
. Recto entendimiento
. Recto pensamiento
. Recto lenguaje
. Reta acción
. Recto medio de vida
. Recto esfuerzo
. Recta atención
. Recta concentración
Te puede interesar
Cómo Aplicar la Ley de Atracción
Técnicas para Armonizar los Chakras
Más Karma que Dharma
Dagostini
Gracias por leer La Filosofía Budista de la Felicidad