Desde el inicio de los tiempos, la raza humana ha sido activa. Éramos nómadas y debíamos movernos para conseguir alimento; incluso cuando se comenzó con la agricultura, que dejamos de ser nómadas, se trabajaba activamente para que los campos fueran fértiles y nos dieran alimento, además de que seguíamos cazando animales, recorriendo grandes distancias, para conseguir carne y pescado. Poco a poco con la llegada de la industrialización y más recientemente con los trabajos de oficina, cada vez es menor el gasto físico que tenemos.
Pero no es así durante toda nuestra vida, cuando somos pequeños tenemos una gran actividad física. Nuestro medio de transporte son nuestras piernas; todo el tiempo libre que tenemos lo utilizamos para jugar ya sea a las carreras, a rescate, al pilla pilla, saltar a la comba, jugar al fútbol o cualquier otro deporte, etc.; tenemos a la semana unas horas de gimnasia a las que se le suman actividades extraescolares ya sea de deportes como el fútbol, baloncesto, voleibol, o a bailes como el ballet, flamenco, gimnasia rítmica, o incluso patinaje. Aquí quiero hacer un pequeño inciso y es que, aunque hoy en día es cierto que algunos de estos juegos siguen siendo jugados por los peques, la realidad es que también priman los juegos más sedentarios con las tablets y videoconsolas, además que cada vez se le da más importancia a las actividades extraescolares para mejorar los idiomas (inglés) y el rendimiento escolar en distintas asignaturas.
Pero este es otro tema, sigamos con lo que nos concierne. Ahora bien, según vamos haciéndonos mayores, el niño que todos tenemos en nuestro interior se duerme y se nos olvida todo, dejamos de utilizar nuestras piernas como medio de transporte (conseguimos sacarnos el carnet de conducir) y utilizamos tanto el coche como el metro o el autobús para desplazarnos a cualquier sitio (incluso cuando es casi a la vuelta de la esquina), los juegos a los que jugábamos durante nuestro tiempo libre van dejando paso a quedar con los amigos en cualquier bar o cafetería a tomar "algo", o lo utilizamos para ver la televisión, para leer, para utilizar el ordenador, etc., es decir, descansar de la semana dura que tenemos.
En cuanto a nuestro colegio, salvo excepciones de trabajos de producción, casi todos los demás son trabajos de oficina en los que estamos sentados delante del ordenador u otros en los que es cierto que se está de pie, pero no por ello estamos teniendo un gasto mayor. Nuestro "recreo" además consiste en tomarnos un tentempié (en el mejor de los casos) para no perder mucho tiempo de trabajo. Y cuando llegamos a casa, cansados y en muchas ocasiones bien entrada la noche, lo último que nos apetece es ponernos a ejercitar, sólo queremos cenar y tirarnos en el sofá a ver lo primero que pongan en la televisión para luego irnos a dormir.
Con todo esto es comprensible que nuestra actividad física diaria haya ido en disminución. La solución de muchos es apuntarse al gimnasio, pero no es la única. También podéis retomar los partidos de pádel con los amigos o incluso decidiros aprender a nadar. Asimismo, y sin necesidad de gastar tanto dinero, diariamente podemos hacer pequeñas cosas para mantener el bienestar físico, que no sólo nos ayudará mantenernos activos y sanos, sino más positivos y mejor.
No quiero ser como todos y caer en el tópico de sugeriros utilizar las escaleras en lugar del ascensor o bajaros una parada de metro/autobús antes de la vuestra, ni aconsejaros caminar al menos media hora al día y dejar de utilizar tanto el coche.
El que sí quiero utilizar es el de utilizar los fines de semana para salir a hacer excursiones, podéis utilizar ese tiempo tanto para salir al campo o a la montaña, respirar otro aire y cargar las pilas, ahora que empieza el buen tiempo es lo mejor, como para descubrir vuestra propia ciudad, recorrer distintos sitios (no los que frecuentes a diario) y perderos por las calles, quizá os sorprenda algún rincón que no sabíais que existía. Alguno puede pensar, ya, pero yo utilizo los fines de semana para arreglar la casa y preparar comidas o simplemente no tengo la disponibilidad de ir al campo y no me apetece salir a recorrer la ciudad... pues bien, en casa también podemos realizar este "descanso activo". Sólo por el mero hecho de limpiar la casa, ya estamos realizando una actividad física moderada, ya que este trabajo pone en movimiento muchos de nuestros músculos, si además nos ponemos música, nos animará a bailar, aumentando aún más nuestro gasto físico. Lo mismo ocurre con la cocina, quizá no sea una activad tan moderada como la limpieza, pero con la música, algún que otro meneo de cadera y cantar a voz en grito, ya lo tenemos solucionado. Si tienes hijos juega con ellos por ejemplo, a "la búsqueda del tesoro", y si no los tienes, hazlo con la mascota... y si tampoco la tienes, ¿por qué no lo dedicas a la jardinería?
En cuanto al trabajo, lo primero que se me ocurre es levantarse de la silla todo lo que sea posible. Para ello hay distintas opciones. Si tienes que hablar con un compañero, en lugar de llamarlo por teléfono, utilizar el chat/mail interno de la empresa o incluso hacerlo a gritos, procura levantarte hasta su puesto de trabajo, sé que es más aburrido y engorroso, pero tus piernas te lo agradecerán. También puedes intentar tener un vaso o botella de agua al lado para beber un trago cada poco tiempo, así conseguirás dos objetivos: conseguir beber el litro y medio-dos litros de aguaque recomendamos los profesionales de la salud y, por otra parte, tener que levantarte cada X tiempo al baño o para tener que rellenar el vaso/botella. Además, si estás descargando algún fichero y va a tardar, levántate de la silla y da un paseo.
En los descansos de medio día y después de comer, en lugar de estar quietos en la sala de descanso, ¿por qué no te aireas dando un pequeño paseo alrededor del barrio?
Por otra parte, mientrasestamos sentados hay que tener una serie de consideraciones, como cambiar la postura cada 20 minutos, estirar y doblar las piernas unas cuantas veces, hacer rotaciones con los tobillos hacia derecha e izquierda. Contraer y relajar varias veces tanto el abdomen como los glúteos. Para la espalda, de vez en cuando moverla hacia delante y hacia atrás, así como hacia los lados. Si crees que no te vas a acordar de todas estas cosas, prueba a ponerte una alarma y cuando suene puedes bien levantarte y caminar o bien realizar alguno de estos ejercicios.
Estar en el trabajo no es una excusa para no hacer ejercicio, aquí queda demostrado. Y no dejes de realizar estas actividades por vergüenza de lo que los demás puedan pensar, al contrario, quizá sirva para concienciarlos a ellos también y que sigan tu ejemplo.
Con esto me despido hasta el próximo día. ¡Feliz empiece de semana!
Realizado por Cristina Vallespín Escalada