El plátano es la comida ideal para llevar en nuestra mochila. Rico en hidratos de carbono y fibra que recarga nuestras pilas antes, durante y después del ejercicio y ayuda a la recuperación, suministrando energía de forma paulatina durante el ejercicio y ayudándonos a eliminar los metales tóxicos del organismo.
Es una fruta con un elevado índice de fructosa (azúcar natural que se encuentra en la fruta), por ello, las personas que siguen una dieta de adelgazamiento lo evitan. No obstante, para los deportistas es de una gran ayuda ya que nos aporta una buena dosis de hidratos que nuestro organismo asimila rápidamente. Cuanto menos maduros más ricos en almidón, un hidrato de carbono de asimilación lenta que te llena de energía para practicar ejercicio.
Aunque se suele oir que los plátanos engordan, no es una fruta rica en calorías, un plátano mediano sólo te aporta 105 calorías. Rico en minerales, destacando el potasio, que previene los calambres musculares y ayuda a recular nuestro metabolismo haciendo que se equilibren los niveles de agua, y al mismo tiempo, contrarrestando el efecto que el sodio puede provocar en muchas personas que tienden a retener líquidos.
También tienen magnesio, manganeso y vitaminas E y B6 vital para subir tus ánimos estivales y ayudar al metabolismo básico en el entrenamiento. Ayuda a acelerar las digestiones actuando como protector del estómago. De esta manera ayuda a prevenir dolencias como las úlceras. Contiene triptófano, el aminoácido que ayuda a conciliar el sueño. Tiene efecto laxante y aún hay más, contiene sustancias antibióticas que combaten las infecciones.
Así que, no te olvides de cargar tu mochila con un par de plátanos o barritas energéticas que contengan plátano.
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