Comencemos con una historia…
Marta se sintió atrapada por su casa y desesperada por cambiar una situación que estaba paralizando su vida. Estaba tan avergonzada de que alguien pudiera ver el interior de su casa a través de una ventana que mantenía cerradas todas sus persianas. El interior de su casa era deprimente incluso en días soleados. Dentro había un laberinto de decenas de cajas, bolsas de botellas de refresco vacías, pilas de correspondencia sin abrir, y capas de ropa.
Marta confesó que siempre se le había hecho difícil organizarse. Ella no podía decidir dónde deberían ir las cosas. No había permitido que nadie, ni amigos cercanos y familiares, entraran en su casa durante muchos años. Le había costado un enorme esfuerzo invitar a alguien a su espacio, pero esta mujer de 29 años lo explicó entre lágrimas: “Es abrumador. ¡No quiero seguir viviendo así!”
Sentirse totalmente abrumado: ese es el mantra más comúnmente pronunciado por aquellos que se encuentran en medio del caos y el desorden que crece con cada entrega de correo, notas de la escuela, repique de teléfono, la llegada a casa luego de comprar. Las pilas crecen porque se deben tomar decisiones, y las decisiones no se pueden realizar debido a que las opciones parecen no tener fin. La frustración y el agotamiento pronto se instalan, y el resultado es la sensación desesperante de estar “abrumado”.
¡La vida cotidiana no debería ser tan difícil!
¿Sientes poca o ninguna predisposición cada vez que tienes que ir a alguna parte o debes hacer algo? Las llaves parecen eludirte. Tus niños se acercan a la puerta, listos para salir, pero a uno le falta un zapato? ¿Te demoraste en realizar algunos pagos y finalmente llegó la fecha ineludible y deberás pagar con intereses, simplemente por posponer el trámite?
Caos y Desorden: ¡un círculo enloquecedor!
Para algunos de nosotros, este es un escenario ocasional, pero para otros, la confusión constante los aleja de una vida productiva.
Aquellas personas que viven un escenario caótico y desordenado de manera permanente en general están pensando: “Si tan sólo pudiera ser organizado…“. Tienen una idea de lo que quieren y necesitan hacer, pero por algún motivo, no logran hacerlo. ¿Qué se puede hacer en estos casos?
Si ya has realizado considerables esfuerzos en el pasado como ser leer libros, comprar contenedores e intentar ordenar aquí y allá sin demasiado resultado, tal vez sea hora de contratar ayuda.
Nota: Desde luego, hay inclusive situaciones delicadas que podrían inclusive llegar a ciertos trastornos psicológicos, algo que definitivamente debe tratarse con un especialista. Si algo así te sucede, ¡no demores más! Consulta a algún profesional o a tu propio médico. Podrán ayudarte.
¡Ser organizado no es solo cosa de otros!
De hecho, casi podríamos afirmar que “ser organizando” no es una meta en sí misma sino una habilidad adicional que contribuirán a que lleves una vida más placentera y puedas ir en busca de metas y logros concretos tanto a nivel personal como laboral. Desde luego, un profesional o coach especializado en organización y productividad podrá guiarte y ayudarte con técnicas, consejos, metodologías y mejores prácticas según tus necesidades y estilo de vida.
Algunos organizadores profesionales inclusive podrán concertar citas telefónicas o vía Skype y proporcionarte muy buenos consejos especialmente diseñados y orientados a tus necesidades particulares.
El caso de Marta mencionado arriba, requirió de la intervención de un profesional con quien poco a poco fue tratando su desorganización crónica.
No esperemos a llegar a un punto de desorganización y desorden crónico para tomar riendas en el asunto. Si sientes que podrías mejorar algunos aspectos en lo que respecta a tu organización y orden, hazlo una prioridad. Redundará en beneficios para todas las áreas de tu vida: los temas personales, los familiares, los laborales y/o profesionales.
Organizar y ordenar es siempre liberador y genera ?espacio? para nuevas cosas en nuestras vidas.
Y tú, ¿hace mucho que no ordenas y organizas?
No encontramos articulos relacionados.