Nuestro pensamiento se basa en que todo el mundo debería de comer determinados alimentos como son verduras, frutas, carne magra o huevos y que otros como los dulces, caramelos y pasteles hay que dejarlos de lado lo máximo posible.
También hay alimentos que se encuentran entre el bien y el mal, como es el caso de la leche, porque dependiendo del individuo que los consuma puede generarle beneficios o perjuicios en su organismo.
Lo cierto es que, como individuos que somos, cada uno de nosotros presenta unas características siendo que en el caso de la alimentación podemos definirnos y agruparnos, metabólicamente hablando, de la siguiente manera:
Ectomorfo: personas que su constitución es delgada y necesitan ingerir grandes cantidades de calorías para ganar masa. Hemos comentado que la comida “chatarra” debe dejarse de lado lo máximo posible, pues estas personas pueden permitirse no dejarla tan de lado si hablamos en exclusiva del efecto de su consumo sobre el peso corporal.
Mesomorfo: personas que no aumentan de peso por accidente pero tampoco les supone una lucha ganarlo. Este grupo también tiene cierta libertad a la hora de cantidades y tipos de alimentos a consumir, obviamente sin excesos porque ganarán en grasa.
Endomorfo: personas que aumentan de peso fácilmente. Asunto que puede atajarse con una buena alimentación y un entrenamiento duro. Este tipo, al contrario que los anteriores, ha de tener cuidado en las cantidades y tipos de alimentos a ingerir, incluso con alimentos saludables como pueden ser el AOVE, cereales o frutas.
Ahora, independientemente de que seas ecto, meso o endomorfo, también existen en cada uno de nosotros otros factores endógenos y exógenos, que deben tenerse en cuenta a la hora del consumo de alimentos tanto en cantidad como en tipo. Por lo que, por regla general, las personas que practican deporte, necesitan un mayor aporte calórico que aquellas personas sedentarias.
En este post daremos algunos consejos a tener en cuenta a la hora de realizar la compra.
Las personas deportistas/activas consumimos más calorías que las sedentarias, por ello debemos ser conscientes de que acudiremos con mayor frecuencia al mercado. Una vez a la semana mínimo, dos como óptimo e incluso tres veces, dependiendo del tamaño del frigo, calorías totales al día, etc.
La cantidad de alimentos a comprar va a ser mayor, por lo que su coste también. Ya no sólo por el hecho de que a mayor cantidad mayor coste, sino porque los alimentos saludables y de calidad suelen ser más costosos que los alimentos poco o nada saludables.
Una buena opción para poder ahorrar es comprar al por mayor siempre que sea posible, esto conllevará que el coste de los alimentos sea más reducido que adquiriéndolo por unidades y reducirá la frecuencia con la que visitar el mercado de alimentos.
¡IMPORTANTE! ¡Comprar lo que necesites! No comprar por capricho, apetencias, estado de ánimo… es recomendable elaborar una lista con los alimentos que necesitas. No es aconsejable ir seleccionando lo que te hace falta mientras vas realizando la compra porque conlleva, en la mayoría de los casos, a llevarte cosas innecesarias. SOMOS LO QUE COMEMOS…por tanto comemos aquello que compramos y tenemos a nuestra disposición en casa.
Productos con bandera roja. Aquellos que no necesitamos porque la etiqueta nutricional no nos aporta los beneficios que buscamos. Un ejemplo de esto serían los alimentos que contienen alto nivel de grasas no saludables, conservantes o edulcorantes artificiales.