Gracias a la perseverancia en la rehabilitación fui recuperando movilidad
Mi nombre es Mayte (nombre ficticio) tengo 55 años y hoy me he decidido a contar y exponer mi caso por si pudiera ayudar a alguien, aunque no sé si es tanto una historia de superación, pero igualmente, ahí va.
Estudié medicina, profesión a la que me he dedicado. Curiosamente, trabajando habitualmente con las enfermedades y el dolor, muchos profesionales las miramos de lejos, casi con prismáticos, como si en nuestra vida nunca fuera a pasar nada de esto, como si estuviéramos protegidos por una inquebrantable mampara.
Pero un buen día, en una bofetada de estas que suelta de vez en cuando la vida para ponerte en su sitio, me dio un ictus, dejando mi cuerpo parcialmente paralizado. Comencé entonces un proceso de rehabilitación en el que aún estoy inmersa. Tienes que tener mucha fuerza mental, porque de repente toda tu vida se ve limitada. Tienes que aprender y reeducar tu cuerpo para comer, lavarte, moverte, agarrar objetos, etc. En muchos casos dependes de los demás, que casi siempre te ayudan con gusto, pero de cualquier manera y como decía antes, es el momento de perseverar y mantenerse de pie (nunca mejor dicho). Los fisioterapeutas me dan las pautas y sé que todos los días debo hacer los ejercicios; no hay lugar a las excusas. Empiezas poco a poco para ir dando pequeños pasos, luchar por ir ganando terreno a la enfermedad que en un suspiro te quitó tantas cosas. No te rindas, tú puedes, porque en el resultado final, si lo intentas, siempre encontrarás algo positivo. La cuestión es ir venciendo en pequeñas batallas.
Sé que comprender no es siempre fácil, a mi me ayudó mucho la meditación y el budismo (religión que practico) Aunque no hay mejor maestro para sentirte más cerca de las personas y saber de su dolor físico y emocional. Sí, me he he hecho más humada, más fuerte y mejor persona, dentro y fuera de mi profesión.
Me he trazado una ruta para superar un ictus que sé que debo cumplir y no me rendiré, porque soy y somos fuertes, el fracaso sólo llega si no se intenta.
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