La enfermedad que se produce en el cerebro, es de vital importancia, ya que, el cerebro es uno de los órganos vitales más importantes de nuestro cuerpo. Su función, reguladora de todo el sistema nervioso, es la que permite que nos mantengamos con vida. Por ello, cuando aparece un problema, actuar con rapidez es la única manera de que el paciente sobreviva.
Es el caso del ictus, un término que, según José Álvarez, coordinador del Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología, "engloba a todas las enfermedades que afectan al cerebro que son debidas a un problema circulatorio.
Una enfermedad peligrosa
Como toda dolencia que afecta a la circulación de la sangre, el ictus se convierte en un serio problema de salud. Cuando hablamos de esta enfermedad nos podemos referir o bien a un infarto cerebral, "cuando se obstruye una arteria y no irriga bien la sangre", o bien una hemorragia cerebral, que se presenta cuando "la arteria se rompe y la sangre invade el cerebro", detalla el doctor Álvarez. Estas afecciones también son conocidas como trombosis y embolia, cuando hay un infarto, o como derrame cerebral para referirse a las hemorragias.
Las principales causas señalan a que la edad puede ser un condicionante, ya que, aunque puede aparecer en cualquier persona, "es más frecuente a medida que avanza la edad", asegura el experto. A esto hay que sumarle que si se padece alguna otra enfermedad como hipertensión, diabetes, obesidad o si se tiene el colesterol alto, también se es más vulnerable.
Actualmente, se barajan unas cifras que rondan los 130.000 casos anuales sólo en España, aunque se estima que puede haber un millón de pacientes vivos, lo que supone una alta supervivencia. No obstante, "el ictus es la primera causa de muerte en varones y la segunda para las mujeres, siendo también el principal motivo de discapacidad en la persona adulta", explica José Álvarez.
El tiempo, un factor clave para la curación
Cuando se habla de un infarto de miocardio, todos entendemos que se trata de una urgencia hospitalaria que requiere de atención médica de inmediato. Lo mismo sucede con los casos de ictus, siendo mucho más esperanzadoras las posibilidades de recuperación cuando se trata en las primeras horas. Por ello, si creemos estar sufriendo un ictus, deberemos "acudir lo antes posible a un centro de salud en el que haya un neurólogo especializado en enfermedades vasculares", comenta el especialista.
Las señales que pueden hacernos creer que podemos sufrirlo son bastante similares para ambas tipologías de ictus: "aparece una debilidad de fuerza en la mitad del cuerpo, acompañada de una pérdida de sensibilidad y de dificultad para hablar y entender lo que nos dicen", enumera Álvarez. Asimismo, también puede presentarse una pérdida brusca de visión, vértigos o descoordinación general y un dolor de cabeza muy intenso.
Prevenir un desenlace fatal
"Un tercio de las personas que sobreviven a un ictus tienen secuelas". Es la triste estadística que nos presenta el doctor, siendo muy habitual encontrar parálisis, la pérdida de fuerza en un lado del cuerpo y síntomas continuos de fatiga, problemas de equilibrio y deterioro cognitivo en los pacientes.
Sin embargo, como en todo, prevenir es curar. Por ello, las personas que se encuentran dentro de los grupos de riesgo, deben tener muy presente controlar su estado de salud constantemente. El experto advierte que es muy importante que éstas "conozcan el estado de su presión arterial, eviten el alcohol y el tabaco, y lleven una vida sana en general, en la que se incluya una buena alimentación y un buen estado de forma física".
Además, hay que tener en cuenta que las personas que han sufrido un ictus, tienen más posibilidades de tener una recaída, por lo que éstas deberán tomarse muy en serio el cuidarse más. José Álvarez asegura que es una enfermedad prevenible, por lo que, una vez más, tener una buena salud está en nuestra mano.
Agradecimientos a José Álvarez, coordinador del Grupo de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.