En un porcentaje muy alto de casos se produce un ictus cuando falla el riego sanguíneo cerebral y en otros, los ictus son hemorrágicos, y se deben a la rotura de una arteria.
El ictus requiere un diagnóstico precoz rápido pues a medida que pasa el tiempo las posibilidades de recuperación se reducen.
Después de un ictus las técnicas de rehabilitación mejoran mucho las secuelas neurológicas y reducen su gravedad.
La prevención ,conociendo los principales factores de riesgo, la detección de los primeros síntomas y un seguimiento concienzudo de la farmacoterapia impuesta juegan un papel muy relevante.
¿Qué es un ictus?
Un ictus es una alteración aguda, transitoria o permanente, en el funcionamiento de una o varias zonas del encéfalo debido a un trastorno en la circulación cerebral.
Puede ser global si afecta a todo el encéfalo o focal si afecta a una zona concreta por ocluirse una arteria cerebral.
Dentro de esta isquemia localizada puede distinguirse un ataque transitorio,breve y cuyos síntomas y signos revierten por completo en menos de una hora o infarto cerebral,donde el déficit neurológico ya es persistente pues ha habido una necrosis (muerte) de tejido cerebral.
En España es la segunda causa de muerte y la primera en las mujeres (datos del año 2014). No obstante en los últimos años ha disminuido la mortalidad por ictus, por la mejora en las medidas de prevención secundaria y a los avances en la atención al ictus en fase aguda.
Pero, además de ser causa de mortalidad importante, también es uno de los condicionantes más importantes de discapacidad permanente en el adulto (parálisis,trastornos del habla,inestabilidad...) y la segunda causa de demencia tras la enfermedad de Alzheimer.
Qué factores multiplican el riesgo de padecer un ictus
En el caso de los ictus isquémicos:
Además de algunos factores no modificables como edad, sexo femenino, raza y factores hereditarios, están los factores sobre los que nosotros podemos actuar o cambiar y que llamamos modificables.
¿Cuáles son ?
Hipertensión arterial, tabaquismo ,diabetes,colesterol elevado,enfermedades del corazón,obesidad,anticonceptivos orales,ictus isquémico previo,sedentarismo y dieta no saludable.
De todos ellos la hipertensión arterial es la más importante. Así pues los pacientes hipertensos tienen un riesgo de ictus de 3 a 5 veces mayor que los normotensos.
Mención especial me gustaría hacer al consumo de drogas y su relación con el ictus en adolescentes y adultos jóvenes.
El abuso en el consumo de cualquier droga aumenta más de 6 veces el riesgo de ictus.
La cocaína o el crack se asocia a un alto riesgo de infarto cerebral, así como las anfetaminas o el éxtasis.
Cómo detectar precozmente un ictus
El ictus sugiere urgencia en la actuación, tanto en el diagnóstico médico como el tratamiento precoz.
Los síntomas aparecen súbitamente y algunos son muy relevantes.
¿Cuales son?
Perdida súbita de tensión muscular en la cara, brazo y / o pierna de un lado del cuerpo.
Alteración brusca de la sensibilidad con sensación de acorchamiento de un lado de la cara, brazo y / o pierna.
Alteración en el habla, dificultad para expresarse.
Pérdida de visión.
Dolor de cabeza instantáneo y de gran intensidad, diferente al de un dolor de cabeza habitual.
Vértigo intenso, inestabilidad, desequilibrio.
¿Y después de un ictus?
Tras el ictus se establece un tratamiento como prevención secundaria, para evitar su reincidencia.
Para ello se usan diferentes tipos de medicamentos según el tipo de ictus, los más comunes son los anticoagulantes orales como el Sintrom, Pradaxa, Xarelto,Eliquis.....
También antiagregantes plaquetarios como el Ácido Acetilsalicilico, Clopidogrel,Triflusal.....
Y si procede hipolipemiantes y ciertos vasodilatadores.
Superar mitos en estos tratamientos
En ocasiones se considera que el ácido acetilsalicílico es un remedio antiguo y superado por otros,pero esto no es cierto.
El AAS es uno de los fármacos más eficaces en la prevención de nuevos episodios de infarto cerebral y otros accidentes vasculares, como los coronarios, frecuentes en pacientes que han sufrido un ictus.
En cuanto a la recuperación del habla o la fuerza, ésta es una cuestión que solo debe responder el neurólogo.
En general, las posibilidades de recuperación,en general , dependerán de la localización y del tamaño de la lesión, y se estima que hasta pasados 6 meses o más existen posibilidades reales de mejorar los déficit neurológicos.
También es importante estar alerta en cuanto a la interacción entre medicamentos y entre estos y los alimentos.
Por ejemplo los anticoagulantes cumarínicos y alimentos con altos contenidos de vitamina K, como las espinacas y otros vegetales de hoja verde.
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¡Hasta pronto!