Supongo que ya está fuera de lugar que os felicite el nuevo año pero es que desde finales de diciembre no me pasaba por aquí. La verdad es que tengo una excusa buenísima y es que durante el primer trimestre de embarazo es normal tener la barra de energía un poco baja. He tenido la suerte de no tener ninguna molestia ni mal síntoma pero aunque también lo achaco al frío horroroso que hemos pasado este invierno, sólo he tenido ganas de estar metida en la cama.
Ahora estoy en una etapa diferente, llena de vitalidad. Con esas ganas retomo el blog, analizando uno de los productos estrella de la temporada: las semillas de chía.
Un estudio reciente revela que 1 de cada 2 niños nacidos hoy, tendrá cáncer en el futuro. A mí, esto me hace replantearme mucho mis hábitos y sobre todo, mi alimentación. Las semillas de chía son un producto con tradición en otros países pero que acaba de irrumpir en el nuestro. Lo venden como un superalimento y si es así, tenía que probarlo.
La chía tiene un gran número de propiedades nutricionales: fuente de fibra y antioxidantes, calcio, proteínas y ácidos grasos omega 3.
También es muy popular para perder peso: quita el hambre ya que es muy saciente, tiene efecto laxante, evita la absorción de grasas y azúcares... Si estás a dieta, se recomienda disolver dos cucharadas de chía en un litro de agua y dejarlo reposar durante la noche. A la mañana siguiente, añadirle limón y tomarlo durante el día.
El aspecto de estas semillas es como el de cualquier otra y de esta manera la podéis usar en panes, ensaladas, postres, rebozados..., obteniendo una textura crujiente. Sin embargo, cuando entra en contacto con líquidos (sopas, zumos, batidos, yogures...) su textura cambia a densa y cremosa. La semilla se hincha y se transforma en una especia de caviar. De esta manera, es como la tomaréis en la receta de pudin que traigo hoy.
PUDIN DE CHÍA (receta de Food and Cook)Ingredientes:
-500ml. de leche vegetal (soja, avena, almendras...Con leche de coco, impresionante)
-150g. de semillas chía
-3cdas. de azúcar moreno
-1cdta. de jarabe de arce o miel
-fruta al gusto
Preparación:
1. Añadir a la leche el azúcar y el jarabe de arce. Disolver.
2. Echamos las semillas de chía, mezclamos y dejamos hidratar durante una hora. Removemos de vez en cuando.
3. Ponemos la mezcla en los recipientes donde lo vayamos a servir y metemos en la nevera durante varias horas (mejor de un día para otro).
4. Antes de servir, le añadimos la fruta que más nos guste.
Es una receta para un desayuno e incluso un postre perfecto: rápida, pocos ingredientes, nutritiva y deliciosa. Incluso es genial para llevar al trabajo.
Aún estoy en fase de pruebas y para el segundo asalto, ya tengo preparada una receta con chocolate. Si vosotros os animáis a probar las semillas de chía, soy toda oídos. Nos vemos prontito :)