Porque cualquier persona es consciente de que las consecuencias de una caída son mayores con la edad. Es decir, una rotura puede tener mayores complicaciones a los 80 años que a los 20. Sin embargo, el síndrome de la postcaída es un ejemplo de cómo el miedo puede ser tan negativo para la autonomía del mayor como cualquier otra limitación física. Porque en ese caso, este miedo se convierte en un freno para hacer las cosas.
Cómo superar el síndrome de la postcaída en personas mayores
1. Es importante que no te culpes por la caída. Y tampoco te lo tomes como algo personal. Las personas jóvenes también tropiezan.
2. Intenta hacer tu vida de antes. Piensa en la cantidad de días de tu vida que has salido a la calle sin tener ningún tropiezo. ¿Por qué ibas a tenerlo ahora?
3. Si te da más confianza, también puedes pedir a uno de tus amigos que vaya a buscarte a casa cuando salís para dar un paseo. La amistad es un valor muy importante en este tipo de circunstancia.
4. Tal vez vengan a tu mente posibles miedos sobre una nueva caída incluso en la vivienda. En ese caso, solicita información sobre los servicios de teleasistencia que te ofrecen la protección permanente de sentirte cuidado en casa. La teleasistencia está produciendo beneficios muy positivos al prolongar durante el mayor tiempo posible la autonomía en el hogar. Conviene puntualizar que el síndrome de la postcaída es más habitual en personas que viven solas y superan los 80 años.
5. En el caso de que los efectos de la caída hayan producido alguna consecuencia en el paciente, la rehabilitación es de gran ayuda para retomar la confianza en uno mismo. Pero además, mientras que las personas que sufren este síndrome pueden tender al aislamiento y al sedentarismo de estar en casa la mayor parte del tiempo, en realidad, es fundamental tener una actividad acorde a la edad para estar en forma y cuidar las articulaciones. Algunos centros ofrecen clases de gimnasia para mayores con dinámicas orientadas a alumnos de la tercera edad.
6. A veces, el síndrome de la postcaída se produce cuando la persona ha permanecido sola durante varias horas en la posición de la caída antes de ser ayudada por alguien. Si has vivido esta situación comparte cómo te sientes con alguien de tu confianza, no reprimas los miedos y sentimientos que son tan lógicos y naturales.
Caerse es humano, sin embargo, recuerda que el miedo puede llegar a ser una limitación más grave que cualquier barrera física.
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