***ATENCIÓN: ESTE POST CONTIENE UN SUPERPODER.
No te aferres al “no puedo, yo soy así” en realidad no sabes quién eres ¿o sí?
Hace días ronda por mi salón una pizarra con esa frase. La sentí así, la escribí y decidí reflexionar sobre ella.
Uno de los mayores aprendizajes de la vida no está en los libros, si no en la capacidad de observar lo que pasa a tu alrededor.
Un observador imparcial, abierto a las emociones, que no juzga.
Tenía esa frase delante mía. Significaba algo muy importante para mí:
SIEMPRE PUEDES CAMBIAR DE IDEA
Y es que a menudo nos ponemos limitaciones absurdas. Como decía en un post anterior pensamos demasiado. Y pensamos generalmente mal. Nos aferramos a lo que pensamos como si fueran verdades universales.
Una de las afirmaciones más estúpidas que podemos hacer son los “yo soy”. Podemos usar esa frase muchas veces al día. Cuanto menos conozcamos a la persona que tenemos en frente más lo usamos. De los que tenemos día a día frente a nosotros asumimos que ya conocen nuestros “yo soy”.
Y ahora te pregunto ¿Acaso sabes quien eres? ¿Eres lo que piensas? ¿Eres lo que sientes? ¿Eres lo que haces? ¿Tus principios? ¿tus valores? Si no eres capaz de saber quien eres, no puedes limitar tu existencia con esos odiosos “Es que yo soy así” Y punto.
Seguro que te has enfrentado a miles de situaciones en tu vida que los “yo soy” se han ido modificando.
Si piensas bien recordarás esos momentos que superaste a pesar de que pensabas que no eras fuerte. Esa vez que tuviste que mentir a pensar de que te consideras una persona sincera. Cuando no ayudaste a esa persona a pesar de que eres una persona generosa.
Quizás, y sólo quizás, lo que tú eres lo definen tus límites. Pero la cuestión es si esos límites son reales o no. Muchos de esos límites lo construimos en base:
A las personas que han influenciado y siguen influenciando nuestra vida. Esas personas que un día te dijeron que no podías y tú te lo creíste.
A las construcciones culturales y sociales. Eso que la sociedad dice que no podemos o sí podemos hacer. Del modo en que antes, por ejemplo, se podía pensar que las mujeres no eran lo suficientemente capaces para poder votar.
A las creencias internas. De alguna manera asumimos un enorme saco de creencias limitantes. Las interiorizamos.
Cuando esas creencias que tenemos están interiorizadas ponemos en marcha el piloto automático. Ya sólo se trata de darle al bontón y que salga de manera natural un “yo soy” un “es que yo no puedo”.
Cambia de idea
¿No te ha pasado alguna vez que te sientes encerrada en una serie de historias porque un día decidiste que ibas a elegir un camino a tomar? Pues olvida eso.
Desde este mismo momento tienes un nuevo “superpoder”: Puedes cambiar de idea.
¿No es absolutamente liberador? Puedes cambiar de idea. Si ayer decidiste que tu habitación sería azul porque es tu color favorito puedes cambiar de idea. Puedes tener otro color favorito. Puedes tener otros límites diferentes. Puedes “no ser como tú has sido siempre”.
Felicidades. A partir de ahora puedes hacer cosas diferentes. Por fin te has liberado de ese lastre. Eres libre para volver a redefinir:
Quién eres
Cómo te vas a comportar
Qué te gusta
Qué no te gusta
Qué vas a hacer con tu vida
Qué no vas a hacer con tu vida
Con quién vas a compartir tu vida
Con quién no vas a compartir tu vida
De qué forma usarás tu tiempo
En qué vas a dejar de desperdiciar tu tiempo
Quién será tu amigo
Quién dejará de ser tu amigo
Qué tipo de personas te gustan
Con qué tipo de personas no tiene ningún sentido permanecer a su lado
Este nuevo cambio de filosofía de vida te permite crear SIEMPRE, la realidad de tu vida. Porque siempre puedes cambiar de idea. El mundo no va a dejar de girar porque decidas cambiar de idea. El resto del mundo seguirá con su vida… Si embargo te permite a ti estar más cerca de lo que consideras ser feliz.
¿Quieres regalar este superpoder a otras personas? Ahí debajo tienes los botones sociales para compartir y ofrecer este don a otras personas.
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