No dejes de leer el artículo sobre ¿Cuáles son las alteraciones bucodentales asociadas al síndrome de Down (SD)?
¿Cuáles son las recomendaciones para cada grupo de edad pediátrica?
Edad preescolar (2-6 años)
La presencia de la madre o el padre en la clínica para la primera visita representa una gran ayuda para transmitir seguridad al niño.
Conforme crece, su presencia resultará menos importante e incluso puede influir negativamente y deteriorar el contacto entre el profesional y el niño.
Las experiencias previas negativas o el hecho de que el niño haya sido manipulado por diferentes profesionales pueden dificultar su colaboración.
En este período es importante alabar toda conducta positiva y dar órdenes sencillas, aunque firmes. La distracción con juegos en los pequeños o con palabras en los mayores es útil. Se requiere gran comprensión, paciencia y afecto.
Edad escolar (6-12 años)
Esta etapa exige una gran comprensión por parte del profesional, que debe dar explicaciones detalladas de lo que se está haciendo y alabar toda conducta positiva.
Es interesante usar un vocabulario pediátrico sustitutivo que elimine connotaciones de ansiedad: contador de dientes en vez de sonda, fotografía como radiografía, cepillo limpiador con agua a presión como turbina.
En esta etapa la técnica de explicar-mostrar-hacer se puede utilizar para familiarizar al niño con los tratamientos e instrumentos de la consulta dental. La paciencia y el afecto son imprescindibles.
El control de la voz puede servir para restablecer una conducta no colaboradora, consistiendo en un cambio súbito del tono.
Cuanto más mayor es el niño, más hay que motivarle para que adquiera unos buenos hábitos de higiene dental.
Adolescencia
Hay que continuar trabajando para motivarle a que adquiera responsabilidad sobre su propia salud dental, aunque según el grado de discapacidad es aconsejable que los padres revisen la higiene dental diariamente.
Hay que evitar tratar al niño con un exceso de autoridad.
Debe explicárse con detalle lo que se está haciendo y los tratamientos dentales que precisa. Es fundamental guiarlo hacia lo conveniente con tacto y paciencia. A esta edad conviene el uso del cepillo eléctrico.
Intervenciones odontológicas: EDAD ADULTA
El aumento en la esperanza de vida de las personas con SD propicia situaciones médicas con posible repercusión en el ámbito orofacial, que pueden requerir especial atención odontológica:
Alteraciones inmunológicas
Alteraciones hematológicas
Disfunciones esofágicas (reflujo)
Alteraciones cardiovasculares
Inestabilidad atlantoaxoidea
Hipotonía muscular
Enfermedad de Alzheimer
Infecciones respiratorias
Diabetes
Apneas del sueño
¿Cuáles son las implicaciones dentales que nos podemos encontrar?
Periodontitis
Leucemia
Abrasión dental
Hipersensibilidad dental
Riesgo de endocarditis infecciosa
Riesgo de lesión medular ante una manipulación de la región nucal
Hipotonía de la musculatura perioral y masticatoria, lengua protruida
Ansiedad y/o fobia leve a moderada
Falta de cooperación
Riesgo de aspiración de secreciones orales
Xerostomía, lengua/boca ardiente, periodontitis, agrandamiento de parótida, cicatrización retardada
Dispositivo de avance mandibular (DAM)
Recomendaciones generales
Es imprescindible mantener una buena higiene bucodental y realizar controles periódicos cada 6 meses de la salud dental para evitar una evolución desfavorable de las patologías bucales asociadas al SD con la consecuente pérdida de dientes.
Es fundamental la colaboración de la familia, padres y en su defecto hermanos o tutores, si son personas institucionalizadas.
Se recomienda el uso del cepillo eléctrico.
Hay que eliminar siempre cualquier foco séptico.
Hoy en día es posible realizar con éxito tratamientos de implantes osteointegrados y de rehabilitación protésica en casos de múltiples pérdidas dentarias. Sopesar el riesgo de fracaso.
Si hay gingivitis/periodontitis:
En casos agudos, uso tópico de colutorio de clorhexidina al 0,12% durante10 días, complementado con gel o spray al 0,20% en zonas de difícil acceso, y pasar al 0,05% como mantenimiento durante un máximo un mes por el riesgo de tinciones. Según el control de la placa bacteriana puede ser necesario el uso de un colutorio sin clorhexidina durante más tiempo.
Uso de cepillos interproximales para mantener una buena higiene interdental.
Terapia antibiótica en casos de periodontitis aguda (espiramicina-metronidazol)
Práctica de higienes bucodentales cada 6 meses y control de la placa bacteriana y del cepillado dental cada 3 a 6 meses según el estado periodontal y general del paciente.
Profilaxis antibiótica para prevenir sobreinfecciones y endocarditis infecciosa una hora antes de la higiene con amoxicilina, 2g v.o. En caso de alergia a la penicilina se prescribirá clindamicina 600 mg v.o.
Normas de conducta en consulta ante un paciente con síndrome de Down
El paciente ha de ir acostumbrándose al entorno y al equipo de la consulta.
El manejo de la conducta del niño con SD para conseguir un buen tratamiento dental suele exigir una cuidadosa dedicación que es perfectamente manejables con una buena técnica de control de conducta.
El niño con SD ha de ir tomando progresivamente conciencia del espacio del consultorio, del profesional y de su equipo, que deberá realizar los tratamientos de modo progresivo. Según su comportamiento puede ser necesario el uso de ansiolíticos o sedantes tales como antihistamínicos (Hidroxicina) o benzodiacepinas (Diacepan/Midazolam) aproximadamente 1 hora antes de la visita.
En adultos puede ser también necesaria la instauración progresiva de los tratamientos precisos dependiendo de su colaboración.
Realizar profilaxis antibiótica ante todo tratamiento cruento.
Es imprescindible que el profesional actúe con comprensión, paciencia y tacto.
En casos difíciles que requieran tratamientos dentales urgentes de corta duración, que se prevé no duren más de una hora, se puede utilizar la sedación consciente vía endovenosa con monitorización y supervisión de un médicoanestesista.
En casos de nula cooperación que requieran múltiples tratamientos dentales y de larga duración se recomienda la sedación profunda en un medio hospitalario. Con anestesia general, considerar la intubación, por la micrognatia y la macroglosia relativa.
En resumen podemos decir que la prevención es lo más importante para evitar posibles complicaciones y que hay que tener en cuenta las consideraciones específicas a la hora de tratar a las personas con Síndrome de Down.
Para cualquier aclaración pueden consultar el documento original en el siguiente enlace.