Pérdidas y desperdicio de alimentos
La FAO está especialmente sensibilizada con las pérdidas y el desperdicio de los alimentos. Las pérdidas de alimentos se definen como «la disminución de la cantidad o calidad de los alimentos». Los productos agrícolas o pesqueros destinados al consumo humano que finalmente no se consumen o que pierden calidad, valor nutricional, económico o inocuidad alimentaria.Una parte importante de las pérdidas de alimentos es «desperdicio», es decir, los alimentos inicialmente destinados al consumo y que son desechados o utilizados de forma alternativa (no alimentaria), porque se ha dejado que se estropeen o caduquen por negligencia.
Estudios encargados por la FAO y la Comisión Europea estiman que cada año se pierde y desperdicia un tercio de la producción mundial, lo que supone más de 1.300 millones de toneladas de alimentos, de los que 89 millones están en buen estado. Se desperdicia un 30 % de cereales, un 40–50 % de tubérculos, frutas y hortalizas, un 20 % de semillas oleaginosas, carne y productos lácteos y un 35 % de pescado. El valor de los alimentos que se pierden o desperdician cada año en todo el mundo es de un billón de USD.
Los españoles desperdiciamos 2,9 millones de toneladas de alimentos al año, que suponen unos 250 € por persona. El desperdicio per cápita de alimentos por consumidor es de 95 a 115 kg/año en Europa y América del Norte, mientras que en el África subsahariana y en Asia meridional y sudoriental esta cifra representa solo de 6 a 11 kg/año.
Con los alimentos que actualmente se desperdician en Europa se podría alimentar a 200 millones de personas. La cantidad de alimentos que se pierden o desperdician cada año equivale a más de la mitad de los cultivos de cereales anuales del mundo. Si consiguiésemos evitar un cuarto de las pérdidas de alimentos se podría alimentar a 870 millones de personas hambrientas en todo el mundo.
Las causas de desperdicio de alimentos en los países de ingresos medios y altos están principalmente relacionadas con el comportamiento del consumidor y la política, como las subvenciones agrícolas, que pueden provocar un excedente de cultivos, del que una parte se perderá o desperdiciará. En el comercio minorista se desperdician grandes cantidades de alimentos debido a estándares de calidad que sobrevaloran la apariencia.
Las pérdidas y los desperdicios de alimentos también tienen un impacto negativo en el medioambiente debido a la utilización de agua, tierra, energía y otros recursos naturales para producir alimentos que nadie consumirá. La magnitud del impacto aumenta con el nivel de procesamiento y refinado de los productos alimentarios y el eslabón de la cadena de suministro de alimentos.
Se estima que para 2050, la producción mundial de alimentos deberá aumentar un 70% para poder abastecer la población futura, que será de 7.000 a 9.000 millones de habitantes. El desperdicio de alimentos provoca una menor capacidad de mitigar el hambre y la pobreza, y mejorar la nutrición, la generación de ingresos y el crecimiento económico de los países en vías de desarrollo.
Tipos de desperdicio alimentario
El desperdicio alimentario se puede clasificar en:
• Desechos evitables: alimentos y bebidas en perfecto estado para ser consumidos.
• Desechos potencialmente evitables: a pesar de ser comestibles y estar en estado óptimo de consumo, algunas personas no los consumen dependiendo de cómo se elaboren.
• Desecho inevitables: no comestibles en circunstancias normales.
Qué es la huella de carbono
Se define como huella de carbono, los gases de efecto invernadero (GEI) producidos por una persona, organización o durante el ciclo de vida de un producto. Es una medida del impacto ambiental.La huella ecológica (ecological footprint), se define como la demanda que el ser humano hace de los recursos del planeta (cultivos, pastos, bosques, ecosistemas acuáticos y atmósfera) y permite evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo de vida, es un indicador clave para la sostenibilidad.
Cómo reducir la huella de carbono a través de la alimentación
Un estudio encargado por la Comisión Europea en 2012, analizó los cambios de comportamiento relacionados con la movilidad, la vivienda y la alimentación y su potencial para reducir las emisiones de CO2 y gases efecto invernadero (GEI). Se pueden agrupar en varias áreas de mejora:
-Consumir productos de temporada y cercanos y si es posible ecológicos.
-Consumir más alimentos de origen vegetal que animal.
-Utilizar la energía de forma eficiente antes, durante y después de cocinar.
-Reaprovechar los restos de comida para elaborar otras recetas.
-Reciclar los envases alimentarios.
Zero Waste o Desperdicio Cero
Este movimiento es una filosofía de vida, que trata de reducir al máximo la cantidad de basura que generamos para contribuir a la sostenibilidad y a la conservación del medio ambiente.
Es conveniente tomar conciencia de nuestros gestos que, a diario contaminan el planeta, intentando minimizar la utilización de productos de un solo uso, como las bolsas de plástico o los estuches y barquetas de comida empaquetada, que tardan años en descomponerse y perduran en los ecosistemas.
Si pones en práctica medidas de economía sostenible o ecointeligentes, obtendrás un ahorro importante en el presupuesto doméstico y estarás preservando nuestro planeta para que llegue a las nuevas generaciones en mejores condiciones. Estas medidas van en la línea de tomar conciencia de los consumos energéticos, reducir desperdicios, reutilizar o reciclar productos y envases o en el peor de los casos, utilizar los biodegradables.
Las creadoras de este movimiento son Bea Johnson, con su Zero Waste Home y Lauren Singer, con su blog Trash is for Tossers (La basura es para inútiles). Además de las 3 erres (Reducir, Reutilizar, Reciclar), se incorporan Rechaza lo que no necesites y Rot (composta el resto).
La Alianza Internacional del Residuo Cero (ZWIA – Zero Waste International Alliance), creada en 2002, lleva a cabo acciones de sensibilización ciudadana sobre los beneficios ambientales y sociales de aprovechar los residuos como recursos y propone alternativas ecointeligentes para evitar que nuestra basura acabe en vertederos o incineradoras.
La Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) ha desarrollado la certificación Residuo Cero que reconoce a las empresas que se compromete en la reducción de los residuos desde la producción a la comercialización de sus productos. Muy conectado con los planteamientos de la Economía Circular.
El movimiento Desperdicio Cero nos ayudan a ser más conscientes de nuestras pautas de consumo y de los bienes materiales que tenemos. Nos ayuda a utilizar de forma más eficiente los recursos minimizando los posibles perjuicios que nuestro actual estilo de vida está provocando en el medio ambiente.
Cualquier empresa puede poner en práctica medidas de desperdicio cero, diversas herramientas están siendo desarrolladas para concienciar a la población, como esta calculadora de residuos empresariales generados a diario.
Comida Zero waste o Comida de Deperdicio Cero
En una comida de desperdicio cero, el objetivo es reducir de manera significativa, y con el tiempo eliminar por completo, la cantidad de residuos que enviamos a recuperación de energía o desecho.
Las comidas de desperdicio cero pueden ser organizadas por cualquiera, y pueden dirigirse a distintos tipos de público: niños en colegios, ciudadanos, empleados de una empresa, instituciones públicas, etc. La comida de desperdicio cero es una comida con desperdicio de alimentos cero y desperdicio de envases cero.
Para ello es necesario hacer una planificación adecuada y proponerse un reto, como un picnic o una cena de desperdicio cero con tus amigos. Compra los alimentos a granel para evitar residuos innecesarios, calcula bien las cantidades necesarias de alimentos, utiliza bolsas reciclables, fiambreras, termos, cubiertos metálicos y servilletas de tela.
Al terminar, almacena las sobras para poder utlizarlas más tarde, los restos orgánicos que no sirvan para consumir, destínalos a compost, como los corazones de las manzanas y si es necesario lleva al contenedor de reciclaje algún envase.
Qué te ha parecido este reto Desperdicio Cero? Anímate a incorporarlo en tu día a día y cuéntanos tus progresos.