Generalmente es síntoma de un resfriado, de la gripe o incluso de alguna otra enfermedad más preocupante como pueden ser la amigdalitis e incluso la mononucleosis infecciosa. Si sufrís algún síntoma como fiebre, dolor de en las articulaciones o inflamación de la garganta, os aconsejo que acudáis al especialista para que él os ponga el mejor tratamiento a seguir. Pero para recuperarnos antes y aliviar las molestias causadas por constipados, gripes, anginas, etc. podemos probar alguno de estos remedios que utilizaba mi abuela Patro y mi madre Martina.
Cucharada de miel:
La miel nos ayuda a atajar las infecciones ayudándonos a destruir los microbios que las causan. También combate la tos seca suavizando la garganta, si nos tomamos una cucharadita dejándonosla en la boca y nos la vamos tragando poco a poco como si fuera un caramelo.
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Caldos y sopas:
Cualquier caldo o sopa casera con “sustancia” como dice “La Martina” (no vale el que compramos ya hecho), en mi familia somos partidarios de hacerla de gallina (más sustancia y vitaminas según ella) aunque también la hace de carne y de pollo con verduras, nunca consumir los purés de verdura que contengan tomate por la acidez que aporta. Esto siempre nos calmará a la vez que nos proporciona alimento para recuperarnos antes.
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Infusiones:
Limón con miel. Este remedio es muy popular. Calentaremos agua en una taza y la añadiremos el zumo de medio limón y una cucharada sopera de miel de La Alcarria, para mí una de las mejores mieles del mundo, le daremos vueltas hasta que consigamos que la miel esté totalmente derretida; será entonces cuando nos lo beberemos.
Multifloral. Hacemos una tisana con una mezcla de tomillo, romero, eucalipto, flor de malva o malva (una de sus cualidades es aliviar la garganta y la tos) y orégano (nos ayuda a expectorar), la dejamos reposar tapada unos 3 minutos y nos la tomamos endulzándola con miel.
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Mantenerse hidratado:
Es fundamental beber mucho líquido (agua del tiempo, nunca fría para evitar que sufra nuestra garganta) cuando estamos constipados, ya que nos ayuda a estar hidratados (nunca tomaremos bebidas con efectos diuréticos) y por otra parte todos los líquidos hacen que en las mucosas aumenten la humedad por lo que esa sensación que tenemos de dolor e irritación de garganta nos la mitigará visiblemente.
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Compresas calientes en garganta:
También nos aliviará mucho el dolor de garganta si nos ponemos una toalla pequeña o un pañuelo de caballero mojado en una infusión de manzanilla medio caliente (la sensación de frío-calor cada persona la tenemos distinta), nos la pondremos en el lado de la garganta que más molestias tengamos, la dejaremos hasta que se enfríe, esta operación la podemos repetir tantas veces cómo queramos. Veremos que con este método la inflamación pude ir remitiendo poco a poco ya que con el calor se ensanchan los vasos sanguíneos mejorando la circulación del torrente de sangre.
Otro método que me recomendó la pediatra de mi hija Beatriz (tenía bronquitis continuas cuando era pequeña) es mojar un pañuelo o una gasa grande en una parte de alcohol por dos de agua (si usamos una gasa grande con los vasitos medidores de jarabe son dos medidas de agua por uno de alcohol). Se lo ponía por la noche y al día siguiente mejoraba bastante.
Fuente: Glueckspost.ch
Gárgaras:
Vinagre de manzana. Haremos gárgaras con dos cucharadas de vinagre de manzana mezclada con un vaso de agua templada, lo podemos repetir cada hora y media.
Tomillo. Pondremos en un cazo agua y una cucharadita de café de tomillo seco, lo llevaremos todo a ebullición, lo dejaremos reposar unos dos minutos colándolo y a continuación haremos gárgaras con ésta infusión, recordar que el tomillo una de sus cualidades es ser antiséptico ayudándonos a calmar el dolor. A esta infusión la podemos añadir medio limón exprimido y una cucharadita de miel; la podremos beber como si se tratara de una infusión.
Sal. En un vaso de agua templada echaremos dos cucharaditas de sal, la disolveremos totalmente y a continuación haremos gárgaras tres veces al día durante 30 segundos. Deberemos de tener cuidado cuando hagamos estas gárgaras ya que las mucosas se resecarían y lograríamos lo contrario de lo que buscamos. ¡Es muy importante no tragar esta mezcla!
También las podemos hacer con bicarbonato de sodio, que ayuda a mitigar el malestar y a desinfectar la zona de la garganta que tengamos inflamada.
Mi madre, “La Martina”, que es muy valiente y osada, las hace mezclando agua caliente con media cucharada de sal, media de bicarbonato y un chorro de vinagre. Está malísimo, pero por el contrario sientes mucho alivio al hacer las gárgaras y consigues que la inflamación de la garganta desaparezca en un corto periodo de tiempo.
Fuente: Morphemeremedies.com
Toma caramelos:
Todo el mundo conoce los caramelos y grageas que existen en las farmacias para el alivio de las molestias que ocasiona un catarro y un constipado en la garganta, pero para aliviar las pequeñas molestias vale cualquier caramelo que podamos deshacer lentamente en la boca, todos los que lleven hiervas suizas, melisa, eucalipto, menta, miel y limón, etc.
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No fumar:
Si no podemos dejarlo porque estamos “enganchados” al tabaco, al menos trataremos de fumar lo menos posible, ya que el tabaco provoca mucha irritación de garganta favoreciendo que se nos reseque.
Fuente: Pixabay
Vahos de agua:
Lo que más daña a una garganta maltrecha es la sequedad del ambiente, para solucionarlo podemos utilizar un humidificador con unas gotas de esencia de eucalipto especial para ellos. Ducharnos sin prisas con agua caliente. También podemos hacer vahos o inhalaciones con agua caliente que previamente le habremos echado aceites esenciales (Eucalipto, Menta y Pino), también los podremos hacer con algunas plantas medicinales (hojas y bayas del Eucalipto, el Tomillo, la Manzanilla y la Menta).
Fuente: CatFly.it
Espero que con estos consejos caseros que he compartido con todos vosotros podamos hacer frente a los estragos que causan en nuestras gargantas los cambios bruscos de temperatura, los constipados, las faringitis, las anginas, los catarros, etc. Recordar también, que es muy importante llevar unas buenas medidas de higiene para combatir los gérmenes, consiguiéndolo lavándonos regularmente las manos y los dientes después de cada comida.