La función de la quimioterapia puede ser curativa (acabar con la enfermedad) o paliativa (mejorar la calidad de vida del paciente y alargar su vida). El objetivo la quimioterapia dependerá de varios factores:
- Estado de salud del paciente.
- Fase de la enfermedad.
- Tipo de tumor.
- Localización del tumor.
- Historial médico.
La quimioterapia se administran de forma cíclica, combinando unos periodos de tratamiento con otros de descanso. Con este procedimiento lo que se busca es que las células sanas puedan recuperarse durante el descanso del daño sufrido por los fármacos. El tratamiento se puede recibir de dos formas:
- Por vía intravenosa: se realiza con una inyección en el brazo, a través de un catéter (tubo fino, largo y flexible) que posibilita que la inyección llegue directamente a la vena que el médico quiere. Este método puede durar horas (infusión continua) o 15-30 minutos. Depende de muchos factores.
- Por vía oral: el tratamiento se basa en comprimidos o sobres. Es cada vez más utilizado y el paciente solo tiene que acudir al hospital para que el médico pueda ejercer un control de la terapia.
Para saber cada cuánto tiempo tenemos que realizar los ciclos de quimioterapia o durante qué periodo vamos a estar en tratamiento debemos preguntárselo a nuestro oncólogo, ya que influyen muchos factores en la respuesta a estas cuestiones.
Uno de los motivos que causa más inseguridad en los pacientes son los efectos secundarios. Pero debemos saber que no siempre se producen y que en la mayoría de los casos, aunque pueden ser un obstáculo, no suelen impedirnos llevar una vida normal. Los efectos secundarios más comunes son:
- Náuseas y vómitos.
- Diarrea.
- Estreñimiento.
- Alteración en la percepción del sabor de los alimentos.
- Alteraciones en la mucosa de la boca.
- Alteraciones de la médula ósea: descenso de los glóbulos rojos, de los leucocitos y de las plaquetas.
- Alteraciones neurológicas, cardiacas y renales.
- Alteraciones en la sexualidad y la fertilidad.
- Caída del cabello.
- Alteraciones de las uñas y la piel.
Cada tratamiento y enfermedad es más proclive a unos efectos u otros. Nuestro médico nos advertirá de ellos y nos recomendará algunos remedios para que su efecto sea el mínimo posible.
Para finalizar, solo nos queda afrontar el tratamiento con el mayor optimismo posible y saber que la medicina avanza para que la quimioterapia sea cada vez más eficaz y para combatir los efectos secundarios con las mayores garantías.
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Fuente: Asociación Española Contra el Cáncer