Para muchos de ellos, el trasplante de médula es la única solución viable. Sin embargo, las posibilidades de encontrar un donante que sea compatible con el enfermo son bastante reducidas. A esto hay que sumarle que todavía no contamos con un amplio banco de donantes. Por ello, resulta muy importante conocer en qué consiste esta técnica y saber a dónde nos tenemos que dirigir si estamos decididos a ayudar.
Una dosis de solidaridad
A pesar de que la medicina ha avanzado y sigue haciéndolo a un ritmo espectacular, todavía se necesitan actos de tipo voluntario como las donaciones. A la importancia de donar sangre, debemos unirle la de estar dispuestos a hacer lo mismo con nuestra médula ósea, ya que podría ser la única expectativa de vida para muchas personas enfermas.Teniendo en cuenta que la probabilidad de compatibilidad entre donante y paciente es de una cada 40.000, desde la Asociación para la Donación de Médula Ósea de Extremadura (ADMO), recalcan " la importancia de crear una red mundial de solidaridad lo más extensa posible, para así poder reducir el número de muertes y dar esperanza a muchas familias que están sufriendo".
Con respecto a esto, actualmente se estima que hay alrededor de 12 millones y medio de donantes en el mundo y unos 50.000 en España. Por ello, es necesaria una mayor concienciación a la población. "Hay muchas ideas erróneas sobre este tema, la gente sigue creyendo que la donación se hace pinchando en la columna vertebral y que puede dejar paralítico", denuncian desde la asociación. Los objetivos de ésta son la información y la promoción de la solidaridad, para hacer ver que todos podemos estar necesitados algún día.
¿Quién puede ser donante?
Como ocurre con la donación de sangre, para poder dar nuestra médula necesitamos ser mayores de edad y gozar de una buena salud. Esto implica no padecer ninguna enfermedad y no estar siguiendo un tratamiento farmacológico. Además, los expertos recuerdan que hay ciertas situaciones como tatuajes, piercings o acupuntura, que son consideradas de riesgo frente a una posible contaminación de la sangre. Asimismo, tampoco se permite en el embarazo y durante la lactancia, ni cuando se han superado los 55 años de edad.Si estamos decididos a ello y cumplimos estos requisitos, deberemos acudir al centro de nuestra Comunidad Autónoma que esté autorizado para este tipo de técnicas, y concertar una cita. En ésta, nos informarán detalladamente del proceso que se llevaría a cabo. Hay que tener claro que esta donación es totalmente altruista y no se recibe remuneración alguna, sino que sólo se costean los gastos que se deriven durante el transcurso de la misma.
Un proceso sencillo
Inicialmente, "tan sólo es necesario un análisis de sangre, aparentemente igual que los que siempre nos solemos hacer, pero mucho más sofisticado y costoso en cuanto a su tipaje", comentan desde la ADMO. Los resultados, pasarán a formar parte del Registro Español de Donantes de Médula Ósea.Ante esto, hay que tener en cuenta que "la probabilidad de que dos personas sin relación familiar sean compatibles es muy pequeña", recuerdan los expertos, por lo que en la mayoría de los casos el proceso termina aquí. No obstante, en caso de que nuestra médula sea compatible con la de algún paciente, se nos comunicaría y, de seguir queriendo ayudar, se nos prepararía para la donación.
Hoy en día, "el 90% de las extracciones se realizan por aféresis, una técnica utilizada para la donación de plaquetas", puntualizan desde la ADMO. La cual supone un protocolo mucho menos extenso en el tiempo y que no precisa de anestesia, por lo que las molestias para el donante son considerablemente menores.
En el caso de que nuestra médula sea válida para una donación, estaremos en disposición de salvar una vida. Por todo esto, aunque sea muy difícil encontrar un donante, hay que tener en mente que cuantas más personas estén incluidas en el banco de donante, mayores serán las probabilidades de éxito.
Agradecimientos a la Asociación para la Donación de Médula Ósea de Extremadura (ADMO).