Efectos negativos del sobrepeso
La obesidad no es saludable en ningún momento, pero todavía menos en la tercera edad, ya que esta etapa, por sí misma, suele ir acompañada de algún tipo de achaque de salud.
En primer lugar, el peso se convierte en un lastre para realizar tareas en la rutina cotidiana, tareas específicas ya que limita la movilidad y no solo aumenta el riesgo de caída, sino que también aumenta la posibilidad de que las consecuencias de esa caída sean realmente más graves.
El sobrepeso es una enfermedad en sí misma. Pero además, también está vinculada con otros problemas como la diabetes. La obesidad también puede estar presente en la tercera edad porque en esta etapa de la vida la persona puede tener una vida menos activa. Por tanto, la obesidad como enfermedad crónica siempre resulta grave, sin embargo, la gravedad también es un factor que aumenta con la edad. Esto no significa que quienes tengan algunos kilos de más tengan obesidad.
El sobrepeso afecta de forma directa a la salud del corazón. Limita el potencial para realizar las tareas cotidianas, pudiendo incrementar la dependencia, con la limitación de autonomía que eso significa. El sobrepeso también produce un mayor cansancio cotidiano ante este menor estado de forma física.
La obesidad es en gran medida el resultado de un nuevo estilo de vida moderno marcado por el sedentarismo y la posibilidad de hacer tantas cosas en casa. Sin embargo, el movimiento es el estado natural del cuerpo que necesita actividad. Los riesgos de la obesidad en la tercera edad no se reducen al plano físico, ya que también están presentes a nivel emocional en forma de autoestima. Pero además, en caso de sufrir una enfermedad dependiente, la obesidad también hace más difícil el cuidado en casa del paciente.
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