Uno de los problemas de tener la autoestima baja es que nos pasamos por alto nuestros derechos y necesidades. En muchas ocasiones el no querer fastidiar al otro, el pensar que se puede enfadar si le llevamos la contraria, el miedo al rechazo, nos hace tener conductas que van en nuestra contra. ¿Te ha pasado alguna vez?
Conoce cuáles son tus derechos para que los demás no se aprovechen de ti.
“Si sacrificamos nuestros derechos con frecuencia, estamos enseñando a los demás a aprovecharse de nosotros.” P.Jakubowski.
Puede ser que la educación que hayamos recibido nos haya hecho ser sumisos y seguir las normas al pie de la letra –no digo que nos tengamos que saltar las reglas o dejemos de ser educados–; todo esto llevado al extremo puede hacer que nos sintamos inferiores y no podamos anteponer, en las ocasiones que lo requieren, nuestros derechos y necesidades por encima de las de los demás. Esto repetidas veces puede mermar, y mucho, nuestra autoestima.
¿Pero de qué estoy hablando?
La asertividad
Existe el concepto de la “asertividad”: la capacidad de poder decir nuestra opinión de manera correcta sin dañar al otro y aprender a decir que no cuando queremos decir que no para que no seamos manipulados. La asertividad sería una habilidad para la vida y para las relaciones con los demás.
Y se encontraría entre la pasividad y la agresividad. O sea existen diferentes maneras de comportarnos que afectan a nuestra autoestima, una sería la sumisión y la otra la agresividad, para trabajar dichas reacciones y estar en equilibrio deberíamos encontrarnos en la asertividad.
La asertividad sería la manera correcta de reaccionar, de comunicarnos; sería la manera neutral de comportarnos. Tampoco significa que quien es asertivo sea siempre de este modo, pero en ocasiones vamos de un lado al otro del continuo. Nadie es puramente agresivo, ni sumiso, ni asertivo, pero sí que podemos tener la tendencia estar en uno de ellos, a tener alguna de estas conductas más señalada que otras. ¿Dónde te encuentras tú: en la sumisión, la asertividad o la agresividad?
Vamos a desglosar cuáles son las características de la sumisión, la agresividad y la asertividad para que puedas ver en cuál te sitúas más a menudo.
La persona sumisa:
Tienden a respetar los derechos e intereses de los demás pero no los suyos propios.
Acostumbran a hablar en voz baja y con silencios. Se les nota inseguros a la hora de hablar por no saber qué decir y se quejan bastante a terceros culpando a los demás ya que acostumbran a tener la sensación de ser incomprendidos, manipulados y no tenidos en cuenta.Puede ser que a veces tengan reacciones agresivas repentinas.
También consideran que tienen que ser sumisos porque así no molestan a los demás ni ofenden.
Esto conlleva muchas veces a que disminuya su autoestima y puede ocasionara la pérdida de aprecio de los demás, así como la falta de respeto.
La persona agresiva:
Tienden a defender en exceso sus derechos e intereses sin tener en cuenta los de los demás.
Acostumbran a hablar en un tono de voz elevado y con tendencia al contraataque ya que piensan que si no se comportan de esta manera serán demasiado vulnerables.
Generalmente son personas con la autoestima también baja ya que si no, no estarían defendiéndose constantemente.
Su comportamiento, en muchas ocasiones, conlleva al rechazo por parte de los demás.
La persona asertiva:
Las personas que son asertivas son conocedoras de sus derechos y los defienden siempre respetando a los demás.
Acostumbran a hablar de manera fluida y segura. Saben expresar tanto los sentimientos negativos como los positivos, se saben defender sin agresión y con honestidad. Actúan así porque creen en unos derechos que son tanto suyos como de los demás.
Son personas con la autoestima buena, no se sienten ni inferiores ni superiores a los demás.
Su comportamiento conlleva a frenar a las personas que los ataquen y, en general, los demás se sentirán respetados y valorados.
“nos podremos acercar a estos rasgos utilizando las técnicas adecuadas, pero jamás seremos puramente asertivos ya que la perfección no existe”
En ocasiones, nuestra conducta puede que sea de un tipo u otro dependiendo de las situaciones, de que éstas sean más o menos difíciles para nosotros o les demos más o menos importancia. Pero como ya he comentado no existen tipos puros.
En las descripciones te he hablado de vulnerar o no vulnerar nuestros derechos. Aquí tienes la lista de derechos los cuales tienes que defender sí o sí.
Los derechos asertivos
Dentro de la asertividad existen unos derechos: los derechos asertivos. Éstos los poseemos todos, pero en muchas ocasiones se nos olvidan y cuando se nos olvidan le damos unos buenos hachazos a nuestra autoestima. Los derechos existen para valorarnos y se deben tener en cuenta para considerarnos a la misma altura que los demás.
Léete los derechos uno a uno y tenlos en cuenta siempre.
La lista de los derechos asertivos
Recuerda que de manera correcta puedes hacer prevalecer tus opiniones, tus sentimientos y que si tienes en cuenta cada uno de estos derechos no vas a sentirte inferior a los demás, ni sentir que se aprovechan de ti.
Ahora te toca a ti.
Después de leerte la lista, te pregunto: ¿Ves lógicos estos derechos? Recuerda algunas situaciones que te resulten difíciles y piensa: ¿Hay alguno de estos derechos que no estás teniendo en cuenta?, ¿cuáles? Te espero en el hilo de comentarios.
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