Saludos, estimados lectores
¿Sabías que no estamos ni diseñados ni acostumbrados para vivir en compañía de fríos extremos? Los humanos en general tenemos poca grasa y escaso pelo. Los animales que viven en el Ártico, al contrario de los humanos, tienen grandes reservas de grasa (incluso de varios centímetros) y mucho pelaje que atrapa el calor cerca del cuerpo. La grasa no transfiere bien el calor y por eso se mantiene en el cuerpo. Ahora bien, hay pueblos, como por ejemplo los nenets (localizados en el ártico de Canadá) o los inuits (localizados al norte de Rusia), que se han aclimatado a estas temperaturas tan extremas pero por norma general lo más conveniente sería alejarse de estos ambientes tan helados.
Si sigues mi blog ya sabrás que la función principal del cerebro es la supervivencia a toda costa y ahora te voy a explicar que es lo que hace en caso de fríos extremos para sobrevivir. Para que os hagáis una idea de estos ambientes tan gélidos si retirásemos el agua hirviendo de una olla al cabo de 1´ya estaría congelada.
Nuestro organismo, dirigido por nuestro cerebro inconsciente, tiene distintos mecanismos para subir nuestra temperatura y protegerse del frío extremo como por ejemplo:
1) Los dientes castañean.
2) El temblor de los músculos.
3) Los pelos se erizan (por eso nuestros ancestros estaban recubiertos totalmente de vello).
4) La piel se pone de gallina.
Además, el hipotálamo que es un órgano del cerebro cuya función es similar a la de un termostato para mantener los órganos vitales (corazón, pulmones, etc) activa estas reacciones hasta localizar un refugio o una fuente de calor siempre y cuando sea posible.
El hipotálamo ha de mantener el calor cueste lo que cueste aunque tenga que renunciar a otras partes del cuerpo no vitales como las extremidades e incluso sacrificarlas. Ya te he comentado anteriormente que la función prioritaria del cerebro es vivir. Se puede vivir sin pierna o sin brazo pero nunca sin corazón.
El hipotálamo da órdenes para llevar la sangre a los órganos diana limitando este suministro de sangre en nuestras extremidades y por eso, notamos un hormigueo cuando hace mucho frío en los dedos de los pies y en los dedos de las manos.
Nuestro cerebro ya ha activado el programa de supervivencia por lo que pueda pasar. Es un cerebro precavido y miedoso. Sería la misma situación que ocurre en el dolor crónico de espalda. Tu cerebro piensa que al moverte habrá un peligro y para evitarlo te proyecta un dolor en tu espalda. Te dejo un enlace de recordatorio > http://goo.gl/ZnuGT6
Al reducir considerablemente el flujo de sangre en estas partes del cuerpo no vitales pueden sufrir de congelación con graves secuelas en caso de que perdure el frío extremo como por ejemplo: las amputaciones que sería la peor de todas.
Ahora bien, una amputación no es tan importante como morir de frío y seguramente llegado al caso no tendrías tanto dolor y, ¿quieres saber por qué? El dolor es contexto y comparado con la muerte no le darías tanta importancia y tu dolor sería menor de que si hubiera sido una amputación derivada de un accidente de tráfico.
Espero que te haya servido de ejemplo para entender la importancia que tiene nuestro cerebro en todas las acciones que realizamos y la gran mayoría no somos conscientes que somos marionetas para bien o para mal de sus decisiones. Muchas de sus decisiones son incorrectas como en el dolor crónico de espalda y por contra, en el caso del frío extremo estaríamos ante una decisión correcta.
Como siempre antes de finalizar os dejo el enlace de mi página de fans de Facebook donde cada día pongo consejos para tu dolor crónico de espalda. Espero veros por allí link > http://goo.gl/z32Uqa
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