Es curioso cómo nos pasamos media vida temiendo que nos pueda suceder algo malo y cuando sucede no estamos prepados para ello.
Para mí, vivir con miedo no es una opción. Una dosis justa te previene de peligros y te ayuda a sobrevivir pero el miedo desproporcionado te hace pequeña, vulnerable, desconfiada, te aisla y te paraliza. La previsión, la prudencia o la mesura quedan fuera de esta consideración. Hablo del miedo a una enfermedad, a quedarse sin trabajo, a perder a alquien, …
Si vivimos con estos miedos, ¿no sería más sensato vivir de tal manera que llegada una circunstancia adversa dispusiéramos de herramientas para afrontarla?
Hay tortazos de la vida que por mucho que hagas no estás preparada para encajarlos pero hay muchas situaciones que se pueden enfocar de tal manera que tengan un impacto menor sobre tí.
Preocuparse es inútil ocuparse parece mucho más productivo.
Perder la salud es un miedo constante y nadie está libre de caer enfermo pero… puedes seguir un estilo de vida en el que lleves menos papeletas par que te toque la china y, de paso, ganar bienestar.
El miedo a perder un trabajo o a que tu vida laboral se tambalee puedes paliarlo creando una amplia y sólida red de contactos y amistades que podrían ayudarte llegado el caso.
La pérdida de seres queridos es otro gran miedo que todos sentimos y este sí que es un riesgo real por el que vas a pasar en tu vida. Me gusta pensar que cuantas más experiencias viva junto a las personas que quiero más vivas seguirán siempre en mi memoria y celebro cada día que comparto con ellas.
La clave para vencer estos miedos y evitar que te condicionen podría estar en ser más consciente de todo lo que puedes ganar adoptando una actitud y unas pautas de vida saludables y dejar al azar, porque aquí la suerte también juega su papel, lo que se te escapa.
Ya habrás leido mil veces que la actitud positiva es la clave de una vida feliz, no te voy a descubrir el mundo ni voy a repetirme pero sí pretendo que te detengas a pensar que más cosas de las que crees dependen de tí y, en último caso, tu forma de afrontarlas es siempre una decisión personal.
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Gracias por leernos!!!
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