No hay que confundir con la musicoterapia que sí tiene una base consolidada de estudio dentro del grupo de las terapias creativas. Es una profesión del ámbito sanitario, ejercida por un profesional cualificado (musicoterapeuta) con sólidos conocimientos musicales para ayudar a restablecer la salud mental y física de la persona a través de las emociones, la creatividad, la comunicación, etc para atender a sus necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas.
¿Cómo nos puede ayudar la sonoterapia?
Nos puede ayudar aprendiendo y descubriendo nuevos sonidos, a desconectar de los problemas cotidianos, en los periodos de convalecencia o simplemente a pasárnoslo bien.
No hay que ser músicos profesionales para experimentar con la música. Liberándonos de juicio y crítica, podemos tener nuestro propio taller instrumental. Esta es para mi la parte más terapéutica de la sonoterapia, pues particularmente he encontrado en ello una válvula de escape cuando las circunstancias adversas se presentan.
Instrumentos recomendados
Salvo que queráis profundizar en los efectos de la vibración en el cuerpo lo suyo es comenzar a plantearlo como un juego, aprendiendo por ejemplo a sacar matices a un cuenco tibetano, un gong o a entremezclar sus sonidos con los de nuestra voz.
Un instrumento que a mi me gusta mucho, es el de la flauta nativa americana. En estos años hay fabricantes que han sacado modelos afinados en escala pentatónica, lo que hace que todas las notas combinen bien entre si. En esta misma línea está el Hang, un instrumento de percusión muy agradable de escuchar. Es un instrumento caro y difícil de adquirir por su proceso artesanal, pero también han ido saliendo instrumentos parecidos más asequibles y sencillos. Échale imaginación, darbukas, djembé, maracas, claves, palos de lluvia, etc son geniales para adquirir sentido rítmico.
Algunos complementos
A mí me gusta crear un ambiente agradable y personalizado en función de las necesidades de la persona para que el cuerpo se relaje y esté en una mejor disposición.
Sabemos que la música y gama de colores que nos rodea influye en nuestro estado psíquico y anímico. No es lo mismo estar en una habitación Roja que en una blanca ¿Verdad? Igual con la música, según nos encontramos, seleccionamos del repertorio algo que se adapte al patrón rítmo y sinfónico para ese momento.
El aroma también es importante. Las esencias y aceites tienen también un efecto potente sobre nuestra salud; ya sea en uso tópico, ingerido o inhalado. Todo en su conjunto se selecciona y se adapta a la persona para crear un ambiente propicio que refuerce su capacidad de sanación.
Un poco de mi Historia
La música como para casi todo el mundo es para mí algo esencial en mi vida. He entrado algo “tarde” a la hora de aprender algún instrumento, aunque en el momento oportuno (antes no hubiera tenido tanto sentido). Mi planteamiento ha sido primero desde un punto de vista lúdico y después como elemento para experimentar y generar estímulos.
Me inicié con la perscusión sinfónica y étnica, pero no he podido evitar picotear por otros instrumentos. Cada instrumento me genera sensaciones nuevas, cada sonido. Aquello que se ha dado en llamar “Sonoterapia” juega además de con el sonido con la vibración; resulta idóneo aplicar los cuencos tibetanos, los diapasones o el Gong en el masaje o en terapias para ayudar a relajar o profundizar en la meditación.
He colaborado con el grupo Tanai (música sufí) con instrumentos de percusion como la darbuka, el riq o el Bendir. En la actualidad colaboro con la Asociación sin ánimo de lucro “Cometa Vida” participo con instrumentos variados (Flauta Nativa Americana, Digeridoo, Darbuka, Pandero, Hang y Voz)
Nunca es tarde para la música, a todos nos puede ayudar porque es divertida, desarrolla nuestras capacidades cognitivas en su aprendizaje y porque induce a estados emocionales y mentales que nos darán un plus para aquello que necesitemos. No es necesario ser un Mozart, simplemente experimenta; eso es en parte la Sonoterapia. ¿Te animas?