La vibración es causa de reacciones y efectos verificables. La música, la voz, las emisoras de telecomunicación, etc., son algunos ejemplos.
Así como, según qué tipo de melodía o pieza musical escuchamos, podemos bailar, relajarnos, excitarnos, llorar, etc., con las palabras y su tono, puede pasar lo mismo en el ámbito existencial.
En función del uso que hagamos del habla, podemos modificar el comportamiento de alguien, podemos herir, gustar, superar una entrevista de trabajo, influir en la misma salud, animarnos o caer en desaliento, hacer amigos o enemigos, enamorar, etc.
La palabra nos compromete, es contrato verbal para todo, incluso para nosotros mismos. Y la invocación se transforma en una energía tangible, que genera efectos.
Si esto lo hicieras de forma consciente, podrías beneficiarte de esta energía, por ejemplo en tu salud, trabajo, familia, en definitiva en toda tu vida.
Aprendiendo a usar la vibración
El universo es vibracional, todo es energía de diferente frecuencia. Si aprendes a utilizar la vibración que te conviene, disfrutarás de los beneficios. En caso contrario, si la vibración de tus palabras no tiene la armonía adecuada, también recibirás su efecto adverso.
Posiblemente, cada día oyes a personas con las que puedes relacionarte que, cuando te hablan, te generan “malas vibraciones”. A dichas personas las calificas de “negativas”, y procuras evitarlas, a no ser que tu también estés "en su frecuencia", o sea, pienses y por lo tanto hables como ellas. Si analizas su vida, es posible que esté llena de desgracias e infelicidad.
En el caso contrario, estarían las personas que emanan salud, buen humor, y éxitos. Muy probablemente, si las observas, sus palabras y forma de expresión verbal son muy diferentes de las de la gente “negativa”.
A partir de ahora, si quieres poner en práctica todo lo expuesto, puedes empezar a hablar de forma consciente. Puedes comprobar por ti los resultados.
¿Cómo generar beneficios con la voz?
Como prerrequisito, procura vivir el presente, aprende día a día, hazte experto en ello. Pasa página del pasado lo mejor que puedas. No temas por el futuro. El futuro te lo preparas en función de tus pensamientos y actitudes. Si, de momento, encuentras esto muy difícil, acude a expertos a que te enseñen a hacerlo y te aconsejen.
Primero, auto-observarte en cada momento. Qué estás pensando, y qué te hacen sentir, verbalizar y hacer estos pensamientos. Lleva el control de todo.
Segundo, una vez tengas a tu mente bajo control, escoge bien las palabras correctas y construye las frases en presente. Lo que digas genera efectos, recuerda, es contrato verbal sobretodo para ti. La sabiduría popular lo dice, piensa dos veces lo que vas a decir. Cuenta hasta diez... Medítalo con la almohada... Palabra de honor...Te doy mi palabra... etc.
Por ejemplo: En lugar de decir, "Me gustaría viajar"
Concreta mejor, "He preparado el viaje a (lugar, fecha, acompañantes...)"
Mucha gente diría: "Me encuentro fatal" o "Me duele la cabeza"
Verbaliza: "Enseguida se me pasa" o "Para mí, estar bien es lo normal", por ejemplo.
Nota: ten en cuenta que no es lo mismo decir “...me pasa” que “se me pasará”. Por la sencilla razón de que no terminas la frase “¿cuando se me pasará?”.
Es importante ser muy concreto y hablar con rigor y exactitud.
Otro ejemplo: Alguien que busca trabajo. "Mañana iré a buscar trabajo"
Mejor: "Mañana encontraré el trabajo que (busco, quiero...)"
Muchos dicen: "He ido a tirar curriculums por todas partes, y no me sale nada"
Si es el caso, ya los tiran las propias empresas los curriculums a la papelera.
Y ¿Qué debería salir? Repito, debemos ser más explícitos.
Espero que, siendo unos ejemplos muy básicos, se capte la idea sobre cómo funciona en la práctica el binomio Mente-Verbo.
Recuerda, eres tal como piensas, actúas y hablas, generas sentimientos y emociones. Si sientes profundamente algo, y lo invocas (en la boca) tarde o temprano se manifestará en tu vida.