Existen numerosos estudios que demuestran que el sonido, y en concreto la voz humana, tiene estas propiedades sanadoras.
En el siglo XVIII, Ernst Chladni, conocido como el padre de la acústica, demostró cómo el sonido afectaba a la materia.
En el siglo XX, el Dr. Hans Jenny, médico y científico, comprendió la importancia de la vibración y el sonido, cómo el sonido le da vida a la materia. Sus experimentos en el estudio de los fenómenos de ondas lo llamó cimática.
Médicos, biólogos, músicos; han constatado cómo el sonido puede ayudar a sanar, cómo determinadas frecuencias inciden en el estado de nuestras células, hasta de nuestro ADN.
El compositor musical e investigador bioenergético, Fabian Maman, afirma que,
“La voz humana lleva algo en su vibración que hace que sea más potente que cualquier otro instrumento musical”
El artículo “Ver el sonido” señala cómo el sonido tiene esa repercusión a nivel físico, y señala diferentes estudios que se han realizado que lo demuestran, como el estudio que Fabian Maman y la bióloga francesa Helene Grimal llevaron a cabo con células cancerosas y sanas para ver cómo respondían a la voz y a varios instrumentos.
El artículo “Fabien Maman descubrió que tu propia voz vence tu cáncer. Cántale a tu cáncer”, relata el estudio de año y medio que realizó con Helene Grimal en el Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas de París. Tras ver el efecto del sonido a bajo volumen (30-40 decibelios) en las células humanas con diferentes instrumentos, incluída la voz, vieron que
el sonido afecta en forma progresiva la desestabilización de la estructura de células cancerosas. Al aumentar la escala de sonidos (más agudos), las células cancerosas eventualmente explotaron.
Y lo más sorprendente fueron los resultados con la voz, las células cancerosas explotaban más rápidamente. Así Maman afirma que,
“La voz humana lleva algo en su vibración que hace que sea más potente que cualquier otro instrumento musical: la conciencia … Al parecer, las células cancerosas no fueron capaces de soportar una progresiva acumulación de frecuencias vibratorias y se destruyeron”
Se decidió continuar el estudio con dos pacientes con cáncer de mama, donde se comprometían a trabajar con su propia voz tres horas y media cada día durante un mes. En una de ellas, el tumor desapareció totalmente; la otra paciente se sometió a cirugía para extirparle el tumor y se vió que se había reducido considerablemente y se había secado; se recuperó totalmente de la cirugía y del cáncer.
Es interesante leer la entrevista con Fabian Maman, “La música puede sanar células enfermas” y ver cómo ha juntado sus conocimientos musicales y de acupuntura.
En el siguiente vídeo, Los sonidos armónicos y su aplicación en la salud, Albert Rabenstein ofrece una interesante presentación dentro del II Congreso Internacional de Oncología Integrativa.
El Dr. Mitch Gaynor, oncólogo, publicó el libro El Poder Sanador del Sonido, tras su experiencia con pacientes que lograban recuperarse de enfermedades graves a través del sonido: música, sonido de cuencos, mantras, y su propia voz.
En el artículo “¿Pueden las palabras modificar tu cerebro, tu ADN?, explico más sobre las inmesas posibilidades sanadoras que la voz, las palabras, tienen.
Este fin de semana hemos tenido una nueva formación de Bioconsciencia en Murcia y ha sido maravilloso acompañar a nuevos compañeros en el descubrimiento del gran poder de sus propias voces para su propio bienestar, y también para quienes le rodean. Aquí al final de la primera jornada, vibrando alto.